Lasquetty debería haber dimitido previamente en al menos dos
ocasiones:
1.
Cuando traicionó la minima ideología liberal que
en teoría sustenta a su partido, planteando unas privatizaciones que eran sin
mas obligar al sufrido usuario a ser atendido -sin posibilidad de replica- no
por el servicio publico que ya conocía, sino por el contratista de turno,
escogido según acrisolada experiencia española de combinación de BOE y
despacho, sobre y comisión.
2.
Cuando se le cuelan en las privatizaciones, como
contratistas, unos a modo de timadores americanos, que simplemente viene a
hacer negocio de los sufridos españoles y sus impuestos. Vamos, para matar de
un disgusto al mismo Blas Piñar: ¡que venta mas cutre de España¡.
¿Por qué ha dimitido ahora Lasquetty?. Porque alguien debe
de haberse dado cuenta que las privatizaciones propuestas en Madrid eran una
barbaridad, que no convenía ni a los usuarios, ni a los trabajadores de la
sanidad, ni a los proveedores de sanidad privada, ni a la seguridad jurídica.
Un absoluto fracaso.
Lasquetty simplemente recalará a buen sueldo en la sanidad
privada, el no tendrá problemas.
Esperanza Aguirre (quien mueve los hilos) ha preferido dar
la sensación de derrota del PP para inyectar endorfinas a los de la marea blanca,
para atontarlos, y contraatacar, pero ya con la lección aprendida: algo que
cuente con el beneplácito -y la financiación- de los intereses privados
implicados.
Personalmente soy muy pesimista. El PSOE está con los votos,
la marea blanca, y no piensa mas allá de esto. El PP, o plantea propuestas
liberalizadoras o solo tiene que esperar a que las próximas mareas jueguen a su
favor. La sanidad publica, si no hace reformas estructurales, y no siendo posible
hacer inyecciones masiva de dinero, simplemente se deteriorará cada vez más, y
al final serán los usuarios los que exijan un cambio radical, pero todo ello a la
española, tras un malestar profundo, no negociando y pactando por quienes
corresponde antes del deterioro.
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