Son muchos los calvos que de forma honrada y cuerda piden urgente
solución a su problema. En esto ha acudido a la plaza mayor del pueblo (Puerta del
Sol) un afamado charlatán (Pablo Iglesias) que vende un crecepelo mágico.
Los calvos están entusiasmados según muestran las encuestas,
pero algunos preguntan la formula del invento y demostración de su eficacia. De
su formula nada se sabe, e incluso cada mes sugieren una composición distinta.
Como buen publicitario a falta de formula el charlatán abusa de eslóganes, del
tipo pronto se conquistara el cielo capilar, o Tic Tac, Tic Tac, poco falta
para que los calvos tengan melena.
El crecepelo era original de Venezuela, pero visto que allí
conforme se usa cada día hay mas calvos, pues Iglesias dijo que el milagro era
de fabricación sueca. Como los suecos se hicieron el sueco y no le hicieron el
mínimo caso a nuestro heroe, pues el verborreico ahora dice que los griegos
serán los beneficiarios del uso del producto milagroso. En esa estamos, deseando que los griegos
arreglen su problema, aunque parece mas probable que a los pobres helenos se
les caiga el poco pelo que les queda con el usos del crecepelo insolvente.
En cualquier caso Iglesias insistirá en que el crecepelo es
maravilloso y si les falla a los griegos será por culpa de la malvada bruja
teutona, y que lo que hay que hacer es aplicarlos de todas formas en España. Si
lo consiguen y al final todos terminamos calvos ya lo saben, la culpa –como
siempre- será de otros, de la Merkel, de la casta y de los orcos, todos muy
malos.
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