Uno de los escritos más dañinos contra la monarquía de Alfonso XIII fue el publicado en el Diario Sol de Madrid el día 15.11.1930, vísperas de la segunda República, siendo el autor nada menos que Ortega y Gasset. Delenda est Monarchia, la monarquía debe ser destruida. El artículo es de difícil comprensión, confuso, y peca de lo que tantos médicos, filósofos profesionales y autosatisfechos intelectuales pecan, de escribir una jerga incomprensible en vez de explicar a lo llano, como corresponde en un periódico dirigido al gran público. Prefiero menos jerga narcisista, y hablar en mas popular, como nuestro actual rey, que dijo a un populista y demagogo, no de Estepona, “¿porque no te callas?”. Volviendo pues al lenguaje regio pero popular, se me permitirá que subtitule mi articulo “Delenda est pamplineria” como “Valadez, ¿porque no dimites?”.
Antes de interesarle a Valadez que dimita, que lo haré, le aconsejaré que revise los conceptos de democracia, elecciones, mayorías y minorías, gobierno y oposición, y responsabilidades absolutas de los equipos de gobierno.
La existencia de oposición, que conforman las minorías, es algo natural en la democracia. A algunos no les gusta que haya oposición, por ejemplo Franco nunca la toleró, ni en lo sindical, y por eso creó el sindicato vertical, ni en lo político, y creo las cortes sin oposición, llamando aquello democracia orgánica, justo apelativo al pestazo dictatorial que emanaba. Tal invento no debía ser muy apetecible, pues costo muchos miles de muertos imponerlo, ni al final fue duradero, pues a la muerte del inventor la democracia orgánica termino como correspondía, arrojada a la cloaca. Reaparecido el concepto de oposición solo quedaba por definir el concepto de gobierno, el que gobierna, el responsable de que las cosas funcionen, sea a nivel nacional, sea al nivel más modesto del Ayuntamiento de Estepona.
Entendido lo anterior es fácil comprender que el alcalde, Valadez, tiene la responsabilidad de gobernar, con su equipo de gobierno, con o sin tránsfugas, igual que la oposición tiene la misión de hacer de oposición. Gobernar es actuar de acuerdo con un programa, que no es el caso, y obtener unos resultados, a ser posible algo más que precipitar la ruina del pueblo, que si es el caso.
No entro en la legitimidad de la alcaldía de Valadez, no entro en Astapa ni en el presunto torticero protagonismo del alcalde –ruego se lea lo de presunto antes de denunciar en juzgado-, no entro en la excusa de Valadez respecto a la difícil situación heredada de sus antecesores, o sea de si mismo. La cuestión que planteo es: ¿ha hecho Valadez algo positivo desde que es alcalde?. La respuesta es un no absoluto, se ha gastado el dinero que había y los anticipos del patronato de recaudación, ha fomentado al limite la crispación, pero ha sido incapaz de crear algo parecido a un plan de saneamiento, ha mentido mas que hablado, y a fecha de hoy la situación del Ayuntamiento es un desastre, en lo económico y en lo espiritual.
Valadez es hábil en echar la culpas a otros, pero a los lectores imploro entiendan que en la democracia la responsabilidad de gobernar es siempre del equipo de gobierno, y si no se puede gobernar por incapacidad o por minoría el mecanismo democrático es simple, no lloriquear, solo dimitir. Señor Valadez, dimita si solo nos aporta desastre tras desastre, ya tendrá oportunidad en próximas elecciones de saber que opina de usted el pueblo, pero mientras no siga haciendo daño a la esencia de la democracia: o gobiernas bien, obteniendo resultados positivos, o dimites.
Hace 130 años se fundó el PSOE, entonces muy minoritario pues la mayoría de los trabajadores aborrecían el juego político, cosas de los políticos para mantener sus privilegios. Con usted renace mí querido anarquismo de cuando era joven: no cuente más milongas, no más mentiras, no más excusas, no más pamplinas. Delenda est pamplineria. Valadez, ¿porque no dimites?
Damián Zamorano Vázquez
Publicado en Estepona Información el 29.8.2009
viernes, 28 de agosto de 2009
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