Para juzgar un gasto público concreto haría tres preguntas
1. ¿Es necesario o conveniente que se realice este gasto a cargo del Estado, y por tanto de los impuestos?. Hay acuerdo en que los servicios mínimos de cualquier Estado son lo relacionados con la seguridad (policía, ejercito, justicia) y además no pueden ser delegados a la empresa privada, pues son el alma del monopolio exclusivo del Estado, la violencia y la represión del delito. Respecto a los servicios englobados en el estado de bienestar hay bastante acuerdo en nuestra sociedad en mantenerlos sin cambios significativos. Incluso los liberales más radicales no pueden defender su ideología sino desde el principio de libertad de oportunidades, y esto exige una educación de calidad disponible para todos. En España no se toleraría socialmente una situación como la de EEUU, con muchos millones de personas sin seguro de asistencia sanitaria, y como mucho en España puede discutirse el funcionamiento, pero no el concepto de sanidad publica de calidad, universal, de trato igualatorio y casi gratuita en el lugar de la prestación. Hay otros muchos servicios y políticas públicas que gestiona el Estado, y aun están pendientes de desarrollar nuevas iniciativas enmarcadas en el estado de bienestar, como la ley de dependencia y el salario social.
2. ¿Los resultados obtenidos están acordes al dinero gastado, son eficientes los servicios y prestaciones públicas?. Despilfarrar dinero público es una inmoralidad, que debería ser criticada sobre todo por los que defienden amplios espacios de lo público, la izquierda. Un ejemplo es el enorme número de empleados en el sector publico, ¿son eficientes?, por ejemplo el exceso de plantilla en el Ayuntamiento de Estepona, y aquí no solo se trata solo de aumentar la productividad, se trata de cambiar de raíz el concepto de que los Ayuntamientos son oficinas de empleo y no órganos gestionados por eficaces y avaros administradores del dinero público.
3. ¿Recibe el ciudadano gracias al gasto público lo que necesita, es la prestación de calidad?. Esta pregunta es muy interesante pero con frecuencia se acusa de traidor al que la formula. Recuerdo en alguna confrontación en mi anterior hospital público contra la gerencia como nos advertían que no criticásemos el funcionamiento, pues era darle excusas a la derecha para aplicar privatizaciones en sanidad. Se nos exigía saber mentir inteligentemente. Nada pertenece mas al derecho de los ciudadanos que describir las cosas como las ve, denunciar lo que funciona mal, y no perder su honestidad intelectual por cumplir la consigna ideológica, partidista o sindical de turno. Eso no quiere decir que el ciudadano tenga por fuerza la razón en el análisis de problemas concretos, pero si tiene razón en exigir se hable con claridad.
Juzgar todo dinero público gastado preguntándose por la necesidad, la eficiencia o la calidad de lo que recibe puede ser un buen ejercicio intelectual y practico. A efectos de Estepona, y solo por poner algunos ejemplos, me preguntaría si la televisión pública es una necesidad y si además ofrece un servicio satisfactorio, o solo es un comecocos a la mayor gloria del alcalde de turno. La eficiencia y la calidad final del producto serian los puntos clave para analizar si Estepona requiere un Hospital comarcal o un Chare. El exceso de plantilla municipal, ¿es necesaria?, ¿hay dinero para tanto gasto?, ¿seguimos extorsionando al contribuyente para mantener el tinglado?, ¿es eficiente la gestión de personal que realizan los responsables políticos?, ¿seria conveniente anular servicios y prestaciones que no se justifica sean pagados con dinero público?, ¿seria mas eficiente privatizar algunos servicios, o esto es una media que abre vías a corrupción y mas deuda para el futuro?.
Muy interesantes preguntas, pero las respuestas que dicta el sentido común son en muchos casos demasiado incomodas. No creo que nadie haga caso a lo que acabo de escribir.
Damián Zamorano Vázquez
Publicado en Estepona Informacion 5.9.2009
viernes, 4 de septiembre de 2009
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