Las épocas de bonanza no son propicias para la aparición de líderes, es el momento de funcionarios y técnicos ocupándose de gestionar la cosa pública, bien aprendida que su misión en estos momentos es estorbar lo menos posible para no estropiciar la bonanza. Pero en épocas de crisis la dinámica es distinta; cuando las cosas van mal parece como si se activara un resorte de génesis desconocida, una ley no escrita del devenir de la historia, es el momento en que surgen personalidades carismáticas, los lideres, que trasmutan la zozobra en ilusión, que son capaces de trasmitir una energía que es captada por el cuerpo social, modificando de forma radical el desanimo por la crisis en esperanza de nuevos tiempo, convirtiendo la desesperanza en ilusión, la derrota en victoria y el estancamiento en progreso.
Algunos ejemplos de líderes que consiguieron lo anterior y obtuvieron clamorosos triunfos: Napoleón, Roosevelt, Kennedy, Felipe González, Toni Blair, Sarkozy, y, el último de la serie, Barack Obama. Pero quizás quien mejor represente a todos sea Winston Churchill que, cuando la derrota de Inglaterra frente a la Alemania nazi parecía inminente, insufló fuerzas con unas promesas que solo podían ser bien recibidas por una población ya henchida de moral pues, caso contrario, su promesa –sangre, sudor y lágrimas-, le hubiera supuesto la lapidación.
Que la situación de Estepona es crítica es bien conocida, y lo es en lo político, en lo económico y en lo social. Es el momento pues en el que, por imperativo de la ley histórica, surja el líder que contagie la necesaria ilusión, antesala del progreso y las cosas bien hechas.
El PSOE lo lleva fatal, diezmados su dirigentes por Astapa, la jefatura del negociado local ha quedado en manos del rey del transformismo, nuestro actual alcalde David Valadez. Transformar el desastre cotidiano en un rosario increíble de supuestos logros es, en verdad, un arte que pocos dominan como él, pero Estepona necesita mucho mas que juegos trileros y autopropaganda en prensa y televisión adicta. Necesita por ejemplo que se gobierne. Quizás la diferencia más nítida entre derecha e izquierda es que la primera tiene como objetivo máximo el dinero, la izquierda la felicidad. Si se acepta la receta de Antonio Machado para conseguir la felicidad, tener buena salud y la cabeza vacía, Estepona tiene al menos la mitad de los requisitos, la cabeza -es decir el gobierno- vacía, pero desgraciadamente su salud económica y moral esta bajo mínimos. Pero es que lo de Machado es un chiste criticando a los necios, por lo que nos quedamos incluso sin logros menores.
Descartado Valdez por impresentable, el PSOE de Estepona necesita con urgencia un líder, y su perfil inicial debe ser el de un sant@ que no le importe sufrir martirio, pues es lo que le espera dentro del PSOE, y lo que se prevé en próxima contienda electoral, pero torres mas altas han caído, y en cualquier caso la única salida al gran desastre acaecido en una potente regeneración, absolutamente necesaria se obtenga o no el gobierno municipal en un futuro.
Lo del PP de Estepona es “de nota”. Mucha gente opina que ganará las próximas elecciones incluso sin necesidad de hacer campaña, máximo una video-conferencia desde una playa tropical. Puede ser que si o puede ser que no, pero no es este el tema. La cuestión es que si la derecha tiene una política local, que la tiene, esta debe ser trasmitida de forma convincente, que cuando mas desanimada esta la militancia, incluso la población en general, mas agradece el aliento de unos lideres enérgicos y buenos comunicadores, que insuflen esperanza, ilusión, que cambie el color del cristal de sus gafas del negro al rosa, que convierta pesimismo en optimismo.
Mis amigos de derechas me miran con compasión, pobrecillo buscado un líder socialista imposible, yo les contesto que si se busca es porque se tiene sangre en las venas, que ellos lo llevan peor, que solo tienen horchata.
Damián Zamorano Vázquez
Publicado en Estepona Informacion el 12.9.2009
viernes, 11 de septiembre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario