Cuando escribo un artículo a veces se me escapan palabras gruesas en el fragor de la redacción. En la segunda o tercera lectura suelo suprimirlas, la cuestión es no escribir nada que no sea capaz de decir ante gente razonable en una discusión razonable.
Pero he aquí que leo en un periódico: repugnante, vomitivo, miserable “y un largo etcétera”. De entrada pensé era una traducción del guión de la película “El exorcista”, esa en que una niña poseída por el diablo levita, gira la cabeza, y espurrea una mezcla de vómitos biliosos y expresiones del tipo de las del articulo. Pero no era la niña del exorcista la responsable de estas palabras, era ni más ni menos que una persona con rango de ilustrísima –espero transitorio-, era lo escrito por el alcalde de Estepona, David Valadez, en una tribuna publicada bajo el título de “El felón de Salado”. Dado que mi profesión no es de censor de groserías, que cada cual escriba lo que quiera, incluso desnudando su alma ante la opinión publica a base de insultos. Imagino que Valadez hizo el escrito para satisfacción de sus hooligans, afortunadamente minoritarios, pues seria terrible que una horda que se satisface de tales bodrios biliosos fuera mayoría y convirtieran Estepona en un coto de un Torquemada local.
Dejando las deplorables formas de Valadez, pasemos al fondo.
El PP acusa al PSOE de corrupción generalizada en Estepona, pero por las mismas entiende que Valadez es parte de la corrupción, todo ello en presunto, como corresponde a una lectura del sumario, donde mas de 300 contrataciones posiblemente irregulares fueron realizadas cuando Valadez era responsable de la delegación de personal, y cuando convenios también estudiados como irregulares fueron defendidos y aprobados en pleno con ardor juvenil por Valadez, cuando era juvenil y portavoz de PSOE. Si a eso se le une papeles que le implican en los sucesos en estudio, y su gozosa participación en listas electorales encabezadas por presuntos corruptos, comiendo los mismos canapés que estos presuntos en fiestas de campañas electorales también juzgadas de presunta financiación ilegal, lógico es que el PP dude del que reúne tantos presuntos y se aprovecha de tantos presuntos, y termine por acusar a Valadez de trigo nada limpio, todo ello sometido a la ultima decisión de la justicia.
Por esta acusaciones del PP contra Valadez, que se me antojan bastante razonables, el portavoz del PP, señor Salado, ha sido insultado por Valadez llamándolo felón y miserable. Que pensaran pues de Valadez los imputados, que le acusan de mentir de forma ignominiosa y malientencionada en sede policial para hundir a sus rivales políticos. Tendrían que decirle supermegafelón y supermegamiserable, pero no es cuestión de concurso friki de insultos, mas vale no entrar en esa espiral, que asemeja esto los programas de telebasura donde seudofamosos se insultan por un puñado de euros.
Valadez amenaza a Salado con llevarlo al juzgado para que responda de sus acusaciones. Dado la lentitud de Astapa, la mayor satisfacción del Salado, el PP, los imputados en Astapa y muchos ciudadanos seria que Valadez los llevara a los tribunales para hablar sobre su persona.
Valadez asegura que solo defiende su único bien, su honorabilidad. Eso es lo que dicen todos, pero defender la honorabilidad no es plagiar los insultos de la niña del exorcista, es no mentir, ni en el ejercicio del cargo publico ni ante la policía, es gestionar en beneficio del pueblo y no solo pensando en conservar el sillón, es no manipular los medios de comunicación, es no fomentar el linchamiento de los aun no juzgados. Si yo fuera Valadez defendería mi honorabilidad apoyando una investigación en sede del Parlamento Andaluz de lo ocurrido en Estepona, como propone el PP, no insultando en la prensa. Pero yo no soy Valadez, afortunadamente, me moriría de vergüenza con solo ver la cara de los denunciados a golpe de mentiras. No valgo para felón
Damián Zamorano Vázquez
Publicado en Estepona Información el 24.10.2009
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