sábado, 12 de mayo de 2012

El tertuliano adivino


Hace unos meses oí a un tertuliano de la radio, de los cercanos a la caverna, pronosticar la desaparición de la socialdemocracia en Europa. El aspirante a poeta pontificaba que las masas por fin habían visto la luz, la llama de la libertad, y tras la destrucción del muro de Berlín se aprestaban a derrotar uno por uno a esos gobiernos socialitas que robaban vía impuestos a los esforzados para mantener a los vagos.
A todo esto, el socialista Hollande ha ganado la elecciones en Francia, Obama probablemente revalide su mandato en EEUU, y para  la batalla decisiva para la resurrección de la socialdemocracia, a celebrar en Alemania, sólo queda un año.

El tertuliano como adivino era malo, muy malo. En cualquier caso lo de los tertulianos es algo mágico, han conseguido lo que no estuvo al alcance de Newton o Einstein, saber de todo, sin ningún atisbo de duda. Sólo se rompe el encanto en el raro caso de que la radio o la televisión traiga a alguien que de verdad entienda de algo, de su oficio, y entonces es cuando apreciaremos la diferencia entre formarse e informarse o directamente perder el tiempo. Tampoco es que la misión de nuestro tertuliano fuera adivinar o formar, simplemente trabajaba de comercial, sólo que en vez de vender una aspiradora vendía una ideología trucada, un adorno para ocultar los intereses -de clase o grupo- de los que le aseguran su diario plato de lentejas.

Europa tiene un sistema sociopolítico bastante consolidado, con iniciativa privada y sector público, ambos potentes y complementarios, y para la gestión de este sistema se alternan derecha e izquierda. Tras años de gobierno de izquierdas se envician algunos mecanismos del sector público, y entonces viene la derecha para restaurar estropicios, pero crea otras anomalías, y entonces gana la izquierda, y así sucesivamente.

Con la crisis algunos no ocultaban su gozo suponiendo, tras el chantaje financiero, la victoria definitiva de la derecha, por los siglos de los siglos. Francia nos ha enseñado que eso no es así, aunque tampoco intuyo que la crisis traerá la victoria definitiva de la izquierda. Volveremos a la alternancia política sosegada, una vez las aguas vuelvan a su cauce y se supere la crisis. Doy por hecho que la crisis se superará, pues a fin de cuentas lo que hay es una disyuntiva: o se hunden los bancos o nos hundimos todos. Estoy convencido de que Europa es sabia, por vieja más que nada, como para negociar los términos de la disyuntiva, o si no hay acuerdo decidir que al menos sólo se hundan los bancos.

El PP sabe que con sólo ideología de derechas no gana elecciones, y por eso intenta atraer al electorado de centro, aunque Rajoy lo haga de forma muy curiosa: simplemente no mostrando ideología. Desde luego mas moderado que el exabrupto de su secretaria de partido, que sin rubor afirma que el PP es el partido de los trabajadores, mientras aniquila los servicios públicos en su comunidad. A mi la que más me gusta del PP es Esperanza Aguirre, que dice sin complejos lo que los otros no se atreven a decir. La Espe no tiene pelos en la lengua, y cuenta lo que otros callan, la esencia de la derecha: tanto tienes tanto vales, que lo demás son cuentos.

En cualquier caso el mayor activo actual del PP es el PSOE, que ha defraudado profundamente a amplios sectores de la clase media, y sin el apoyo de estos sectores es imposible ganar unas elecciones. Son incontables las personas que tienen miedo a ambos, al PP y al PSOE; al PP por lo que pueda destruir, al PSOE porque sea incapaz de crear. Los sociólogos que elaboran los informes a los partidos tiene que estar saturados de trabajo, al borde de un ataque de nervios. Los del PP advirtiendo a sus jefes que su medicina es demasiado amarga, que puede rechazarla el enfermo, no estando además probaba su eficacia. Los del PSOE advirtiendo de que, o buscan una tercera vía, o seguirá regalando victorias al PP si persiste sin ideas aglutinantes y en manos de titiriteros.

Damián Zamorano Vázquez
Estepona Información. 12.5.2012

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