sábado, 19 de mayo de 2012

Los comediantes


Tengo la impresión de que España es un inmenso teatro donde se está representando una inmensa farsa. La obra no tiene guión, simplemente se trata de que todos mientan, a los demás y a sí mismo. Mienten todos, y a mayor importancia del actor más gorda es la mentira. El problema es que la obra no es una comedia, sino un triste drama que afecta a todos los españoles.

La crisis económica empezó como una crisis financiera, por prestamos impagados concedidos alegremente con fines especulativos. En eso sacamos pecho afirmando que nuestros bancos, los españoles, eran de una excelente solvencia, y ahora resulta que era una gran mentira. Era de suponer que así fuera, que nuestros bancos tenían o tendrían grandes problemas, dado el enorme volumen de créditos concedidos a proyectos inmobiliarios que quebraron, y la imposibilidad de hacer negocio bancario pues dejaron de prestar: o no tenían dinero, o no tenían clientes solventes.

Se podría decir que vanagloriarse de la solvencia de nuestros bancos era una patriótica mentirijilla bien intencionada, más que nada para engañar un poquito a los inversores para que siguieran financiando a bajo interés nuestras deudas. Evidentemente esa mentira solo se la creyó el publico general, que no los inversores, que directamente bajaron la calificación de nuestra deuda y subieron los intereses de los prestamos (la famosa prima de riesgo). Hubo que crear dos nuevas mentiras para ocultar la primera. Por un lado que las agencias de calificación mentían para perjudicarnos maliciosamente, y que lo mejor era crear una agencia de calificación pública, colocando de paso a algún político, que como se sabe nunca mienten. Por otro lado se aseguró que los inversores eran todos unos tiburones ávidos de sangre, mezclando los tiburones, que seguro lo hay, con los pensionistas noruegos, que simplemente quieren obtener de sus fondos un razonable beneficio y no perder dinero.

Tampoco Europa se creyó la mentira, y lo que hizo fue prestar dinero a los bancos para que se los prestase al Estado, con el resultado de que la deuda española, antes en manos de inversores extranjeros, ahora esta en manos de los bancos españoles. Esta maniobra, motivaba porque no se fiaban de nosotros, tenia una finalidad: ahora no podemos declararnos insolvente y que se fastidien los extranjeros, ahora nos debemos a nosotros mismos, y se acabó la trampa y el cartón.

Otra mentira era que el único problema de los bancos era que muchos eran muy chiquitos, y así que buscaron fusionar bancos, con la absurda idea de que juntando dos bancos arruinados se crearía un banco solvente. Así se creó el monstruo de Bankia, el banco del PP, tan grande que ahora no se le puede dejar quebrar, como sería lo suyo, pues parece que nos iríamos todos a hacer puñetas.

Otra mentira, esta del PP: todo era por culpa de Zapatero. Gobernando el PP todo se arreglaría sólo con tolerables esfuerzos. Era una gran mentira. Gobernará quien gobernará hacia falta una gran disminución del gasto publico, más que nada porque no hay dinero, y como mucho cabía negociar con Europa el ritmo de la reducción y la posibilidad de dinero extra para políticas de crecimiento, pero en otro capitulo contable que nada tendría que ver con los obligados ajustes.

Otra mentira. El PP asegura que con los recortes no disminuirá la calidad de los servicios públicos, cuando lo honrado es que dijeran que intentarán que se deterioren lo menos posible. El PSOE ha visto un filón político: criticar las consecuencias de los ajustes. EL PP de Andalucía también ha visto otro filón: criticar la consecuencia de los ajustes en Andalucía. Comediantes.

Creo que habría que dejar la farsa y contar de una vez lo que pasa y luego, con los datos en la mano, decidir lo importante, por ejemplo si es mejor bajar salarios en el sector publico o crear parados, y dejarse de banalidades como que el mundo se hunde si los maestros tiene que dar más horas de clase a más alumnos.

Damián Zamorano Vázquez
Estepona Información. 19.5.2012

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