Nadie quiere prestar dinero a España, y nos hace falta
dinero con desesperación. Lo que está en estos momentos en el aire es si España
será intervenida, siendo Europa quien dicte la política económica, es decir quien
intensifique los recortes. Para muchos seria un desastre, sobre todo para el PP,
que vería peligrar el inmenso poder institucional acumulado. No tengo criterio
propio para opinar, así que aceptaré lo que dicen aquellos en los que confío.
No me inspiran confianza nuestras instituciones. Para no
hablar de la familia real, podemos hablar de la justicia, capaz de expulsar a
Garzón, pero incapaz de simplemente investigar si el presidente del tribunal
supremo pagaba sus lujos particulares a costa el dinero publico. Para mas dolor
una justicia que permite tanta demora en sus procedimientos es simplemente una
justicia inútil.
No me inspiran confianza nuestros empresarios, obsesionados
con aumentar sus ingresos, ajenos a las calidad de vida de sus trabajadores. De
la banca mejor no hablamos, buitres insaciables para obtener beneficios y
sobresueldos para sus directivos, y cuando hay perdidas se las endosan al
erario publico, es decir al resto de los españoles.
No me inspiran confianza los partidos políticos, dominados
por mal hablados, agencias de empleo de los suyos, encubridores de la
corrupción que ha asolado España, expertos en la mentira como procedimiento
habitual, y probablemente también poco patriotas, mas atentos a su interés que
a los de la mayoría, y como muestra el deseo de Montoro de que se hundiera
España para él y los suyos hacerse dueño de los despojos. Hablando de partidos
políticos y de ideologías es sintomático que sí la causa de la crisis del país
es una crisis de planteamientos éticos, de moralidad publica, pues van los
socialistas de Málaga y se enrocan en su vicioso clientelismo.
No me inspira confianza el gobierno, y eso que me gustaría
que todo le saliera bien. Se les ve desconcertados, sin programa, improvisando,
muy a lo Zapatero. Además dudo que todo su esfuerzo sea honesto, por el bien de
todos, dado que una potente extrema derecha esta inmersa en el aparato del PP,
intentando aprovechar la crisis para cocinar sus recetas más ultramontanas.
No me inspiran confianza muchos aspectos de la sociedad
española. Demasiada gente ensucia las calles, y sí paga impuesto o cumple con
las normas de trafico es por temor a la multa, que no por convicción sentida de
lo correcto. La economía sumergida es tremenda, y aun no me creo que hubiera en
España un 9% de parados cuando acudían millones de emigrantes a ocupar puestos
de trabajo que nadie quería.
No me fío de Alemania, pero es que Alemania no se fía de
nosotros. Nada. Le estamos pidiendo que nos regale mas dinero, y ellos, su
opinión publica, dicen que nanay de la china. Cuestión de confianza.
No me inspiran confianza los movimientos populistas, tipo Argentina,
desastre de país que prepara concienzudamente su enésima crisis. Tampoco los
colectivistas, y es que conocí la URSS y conozco Cuba: miseria.
No me esta inspirando confianza Europa, a pesar de que lo
que siempre quisimos ser es ser europeos, y es lo que podemos dejar de ser si
nos hundimos en la crisis. Otra vez África empezando en los Pirineos.
Me hubiera dado confianza una Europa no centrada en los
intereses de los potentados y los prestamistas, sino en las preocupaciones de
la gente común. Me hubiera dado confianza un acuerdo entre PSOE y PP para salir
de la crisis, sin extras añadidos. Me hubiera dado confianza un acuerdo en
Europa y España, por el que nosotros nos comprometiéramos a una a ser un país
con gestión pública y empresarial razonable y honesta, y ellos nos ayudarían en
la financiación de la deuda y en estimular la economía.
Deshojada la margarita verán que me he quedado sin opciones
para confiar, en nada ni nadie. ¡No, esperen, me queda por deshojar una hoja de
la margarita¡. La hoja se llama Hollande: ¿confío o no confío?.
Damián Zamorano Vázquez
Estepona Información. 9.6.2012
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