Picasso pintaba bien a la forma ortodoxa, véase uno de sus primeros cuadros, Ciencia y Caridad. Pero utilizó su inmenso genio para hacer un requiebro a la pintura, encabezando movimientos vanguardistas que modificaron para siempre este arte. Después de mucho esfuerzo Picasso me gusta, incluso en su fase cubista, aunque conforme más me acerco a la pintura moderna más me gusta el arte gótico
Chiquito de la Calzada, otro genio malagueño, ha realizado a la manera picasiana el requiebro definitivo al chiste. Gracias a su arte un chiste corto (“Don Juan, ¿suspiráis?”. “No, Inés, me quedaré un poquito mas”) es requebrado a un espectáculo de mayor duración y coreografía que la novena de Beethoven.
Pero para genio andaluz el último, el conseguir el requiebro del requiebro, quedando la cosa tras la complicación como al principio, en la nítida verdad y realidad. El autor de lo sublime ha sido otro andaluz. José Chamizo, Defensor del Pueblo Andaluz. El requiebro se lo ha realizado a los ya requebrados políticos. Lo que les ha dicho a los políticos lo entienden hasta los niños de pecho: “la gente esta muy cabreada con ustedes, no se si lo saben , esta muy enfadada, porque los ven todo el día en la peleita; la gente esta hasta el gorro de todos ustedes … por favor, un ejercicio de buena voluntad, de avanzar realmente en resolver los problemas que tiene el personal”. Estas verdades iluminan, y además se te erizan los pelos cuando ves el video, con Chamizo en su acento algecireño.
En todas las cortes siempre ha habido un bufón al que se le dejaba decir lo que otros no podían decir. Al inicio, en la corte de Griñan (Parlamento andaluz), se interpretó de lo Chamizo como la bufonada del momento, pero luego recapacitaron. Los bufones usan la ironía, el sarcasmo y exageración, pero Chamizo simplemente ha desnudado la verdad, y en su cruda desnudez la verdad, que les cuenten lo que piensa la gente de los políticos, es imposible de tragar por ellos. Le han llamado al orden: “no era el lugar, el momento ni la forma”, ha dicho uno de los de la peleita. No han atacado más a Chamizo, no hace falta, simplemente dejará de ser defensor de pueblo, que ya se traerán a un dócil político para este trabajo que simplemente se conforme con repartir mentiras.
Olvidémonos pues de esta bocanada de aire fresco que ocurrió en el Parlamento andaluz, fue obra de un “loco” ya adecuadamente deslegitimado, y nuestros políticos ya han vuelto a lo suyo, a la peleita.
Pero no es solo es cuestión de genios en Andalucía, también tenemos buena gente, gente sencilla que apoya de corazón a un vecino pillado en un pecadillo, pero considerado buena persona. Como ejemplo las palabras de un pescador del campo de Gibraltar que pretendía llevar sus reivindicaciones al rey de España en su reciente visita a Algeciras: “Hablaremos con el, pero con moderación, que no es cuestión de irritarlo más”.
Pero no todo es genio y bondad en mi Andalucía, que también hay comportamientos de particulares que dejan mucho de desear. No hay que ir muy lejos, lo he comprobado en Estepona a raíz del conflicto de los despidos en el Ayuntamiento, y no necesariamente disputas entre políticos, que las mayores han sido entre afectados y no afectados por el ERE. Y la cosa se ha quedado en la simple confrontación verbal, pues alguien dijo “el que esté libre de culpa que tire la primera piedra”, y nadie tiró piedra alguna.
El futuro es muy oscuro, y no solo en el carbón, y merecería la situación mas Chamizos y menos adictos a la peleita. Pero no le echemos la culpa de todo a los políticos profesionales, que si los ciudadanos comunes también pierden los papeles cuando son ellos tiene que resolver el problema (despidos o disminución de sueldos), esto es síntoma de que la degeneración moral que afecta a la política también afecta a la sociedad, y esto es grave. Muy grave, pues solo los ciudadanos pueden sacar a España del pozo al que otros han introducido.
Damián Zamorano Vázquez
Estepona Información. 30.6.2012
sábado, 30 de junio de 2012
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario