sábado, 26 de mayo de 2012

Fandangos de Huelva


El otro día nuestro Rajoy hizo un romántico paseo en barco por los canales de Chicago con Ángela Merkel, la alemana que provoca más dementes que el otro alemán, el tal Alzheimer. Rajoy le cantó un fandango: “Amor, porque no veniste amor, la otra noche y la pasada, estando la noche clara, y el caminito andador, sabiendo que te esperaba”.

La dama, discreta como todas las damas, no ha dicho ni mú respecto al hipotético romance. Y no ha debido haber tal, pues el chico, español y por tanto proclive a exagerar en cuestión de lances amorosos, sólo ha dicho que ella dice que le cae bien, que es lo mismo que nada de nada. El único avance es que la chica le ha invitado a una fiesta pijama que ha organizado con sus amigotes, un francés (un tal Hollande) y un italiano (un tal Monti). Algo es algo.
 

Es difícil de entender porque la Merkel no cae rendida a los encantos de Rajoy. Es un chico serio (registrador de la propiedad), discreto (parece mudo, pero sólo es que habla poco), bien mandado (se le dice recorta en educación y sanidad, y recorta) y además de buenos principios (de derechas de toda la vida). Rajoy, recortando con sus tijeras podaderas, le ha dejado el caminito andador, pero ni por esas acude la Merkel a entregar a nuestro galán su bien más preciado, que en realidad son tres: que no nos cobren la deuda a intereses de usura, que se mueva dinerillo para estimular el crecimiento, y que Europa nacionalice Bankia.

Rajoy ha hecho todo que hay que hacer para conquistar a una teutona de corazón de hierro y cabeza cuadrada, incluyendo la reforma laboral y la jibarización de los servicios públicos, pero la chica no acude al encuentro en el tálamo nupcial, y así estamos frustrados todos los españoles, pues desearíamos que como fruto de la unión dejáramos de parir parados.
 

Yo me barrunto que el problema es que Merkel no se fía de la familia de Rajoy, con una fama de juerguista impresionante. Si ese es el problema busquemos entre todos la solución. Yo propongo que nos aseemos la familia de Rajoy y fuésemos formalmente a pedir la mano a la esquiva. No hace falta que vaya toda la familia, pues Cayo Lara a estas cosas no va, y los del 15-M están aun reunidos en asamblea. Pero sí podría ir a la pedida Rajoy con el encargado de las autonomías, el capataz de la banca, y el jefe de la oposición (Rubalcaba o el tándem Griñan-Heredia). Le diríamos: “Guapa, te prometemos no gastar lo que no tenemos y pagar lo que debemos, y además le vamos a quitar la pulsera de todo incluido al presidente del Tribunal Supremo, pero, amor, no nos ahogues mas, danos un cuartelito”.

A Rubalcaba le ha parecido bien mi idea, y le ha propuesto algo parecido a Rajoy, pero éste no quiere, debe de temer que el físico le robe  la chica aprovechando su escasa química, pero este es un miedo absurdo: Rubalcaba es más del Hollande que de la Merkel.
 

También, por si el cortejo no sale bien, habría que insinuarle a la Merkel que a los españoles no nos importa que nos toquen un poquito los compañeros, pero no demasiado, que somos capaces de explotar y montar de nuevo la invencible armada invencible. Que nos proponga como única opción recortes sin crecimiento, como a los griegos, no es de recibo. Podemos, con mucho sacrificio, ordenar nuestras cuentas y hacer eficiente nuestra administración y servicios públicos, es nuestra obligación, pero nuestro futuro como país también depende de una política económica europea diseñada para resolver 
problemas, no para eternizarlos, y los bancos centrales están para prestar dinero a intereses razonables, y los organismos europeos para diseñar lo que requieren y necesitan los ciudadanos (crecimiento económico), que para eso les pagamos y les votamos, y no para estrangular nuestro futuro. 

Hay una generación perdida, la de nuestros hijos, así que déjense de tanta reunión pamplinosa por canales, y no salgan de ninguna otra reunión hasta que puedan anunciar que finaliza la crisis.

Damián Zamorano Vázquez
Estepona Información. 26.5.2012

viernes, 25 de mayo de 2012

Carta abierta a José María García Urbano

Estimado José María:

1. Imagino que lo estarás pasando mal, con alguna que otra noche sin poder dormir. Elegir entre dos opciones malas en un mal trago. Como médico conozco la angustia que se siente en estas elecciones desagradables: ¿intubar o no?, ¿iniciar quimioterapia o dar el cáncer por incurable?. Con el tiempo los médicos aprendemos a hacer la elección de forma aséptica, intentando que no nos embargue la emoción, pero la posibilidad de tener que despedir a casi 200 empleados es un trago demasiado fuerte como para aturdir a cualquiera que no sea profesional de la gran empresa privada.

2. Reconozco que, de forma aséptica, lo mejor para Estepona y su Ayuntamiento es despedir el personal que es excesivo o no pueda pagarse (en este caso es el mismo concepto). Con una simple decisión se solventa de forma casi definitiva el imprescindible saneamiento del Ayuntamiento.

3. Pero este un momento dramático de paro en España y Estepona. Si se plantean los despidos no es por un tema coyuntural, es por culpa de la misma crisis que a todos afecta. Desde el inicio de la crisis coincidí con el planeamiento del Nobel de economía, Krugman, que propuso una reducción de salarios del 15% a todos los españoles, en vez del desordenado proceso que se siguió de quiebras y despidos. El gobierno Griñan-Valderas ha optado por reducción de salarios en vez de despidos, y me parece bien. Por la misma excepcionalidad de la situación mi propuesta es no efectuar despidos en el Ayuntamiento de Estepona sino reducción de salarios.

4. Esta reducción debe afectar a todos los trabajadores, también a los funcionarios, que a fin de cuentas también tiene un convenio colectivo mejor que el de sus homólogos funcionarios públicos de otras administraciones (policías municipales versus guardias civiles, etc.), y en cualquier caso están en el mismo barco del Ayuntamiento, el que pretendemos que no se hunda. La condición impuesta de que los distintos sindicatos se pongan de acuerdo, funcionarios y labores, es imposible, por lo que dicha condición debe eliminarse, asumiendo la alcaldía toda la responsabilidad de la decisión final.

5. No se me escapa que hay un exceso de plantilla, y padecemos las secuelas morales de la sinvergonzonería de enchufados colocados a dedo. Ese tema debe resolverse, pero con criterio y método. En su caso aprovecharía la crisis actual para anunciar un plan a realizar en esta legislatura por el que se convocarían de forma oficial las plazas necesarias en el Ayuntamiento. El que no aprobara la oposición tendría que abandonar el Ayuntamiento, pues alguien con mas meritos merece obtener esa plaza concursada.

6. No se me escapa que si tienes que proceder a despidos tendrás mucha gente en contra (casi toda la gente “relevante” en este pueblo) y se creara una situación muy tensa. En su momento te ofrecí mi apoyo, que mantengo, y como tengo claro que ante una elección difícil cualquiera puede equivocarse, por ejemplo yo con mi propuesta, y que no soy tan estúpido como para liarme en demagogias de superioridad moral de una y u otra elección, pues puedes dar por sentado que continuare apoyándote independiente de la opción final que tomes, que imagino dependerá de las múltiples negociaciones que aun nos esperan.

Un abrazo 
Damián Zamorano Vázquez

sábado, 19 de mayo de 2012

Los comediantes


Tengo la impresión de que España es un inmenso teatro donde se está representando una inmensa farsa. La obra no tiene guión, simplemente se trata de que todos mientan, a los demás y a sí mismo. Mienten todos, y a mayor importancia del actor más gorda es la mentira. El problema es que la obra no es una comedia, sino un triste drama que afecta a todos los españoles.

La crisis económica empezó como una crisis financiera, por prestamos impagados concedidos alegremente con fines especulativos. En eso sacamos pecho afirmando que nuestros bancos, los españoles, eran de una excelente solvencia, y ahora resulta que era una gran mentira. Era de suponer que así fuera, que nuestros bancos tenían o tendrían grandes problemas, dado el enorme volumen de créditos concedidos a proyectos inmobiliarios que quebraron, y la imposibilidad de hacer negocio bancario pues dejaron de prestar: o no tenían dinero, o no tenían clientes solventes.

Se podría decir que vanagloriarse de la solvencia de nuestros bancos era una patriótica mentirijilla bien intencionada, más que nada para engañar un poquito a los inversores para que siguieran financiando a bajo interés nuestras deudas. Evidentemente esa mentira solo se la creyó el publico general, que no los inversores, que directamente bajaron la calificación de nuestra deuda y subieron los intereses de los prestamos (la famosa prima de riesgo). Hubo que crear dos nuevas mentiras para ocultar la primera. Por un lado que las agencias de calificación mentían para perjudicarnos maliciosamente, y que lo mejor era crear una agencia de calificación pública, colocando de paso a algún político, que como se sabe nunca mienten. Por otro lado se aseguró que los inversores eran todos unos tiburones ávidos de sangre, mezclando los tiburones, que seguro lo hay, con los pensionistas noruegos, que simplemente quieren obtener de sus fondos un razonable beneficio y no perder dinero.

Tampoco Europa se creyó la mentira, y lo que hizo fue prestar dinero a los bancos para que se los prestase al Estado, con el resultado de que la deuda española, antes en manos de inversores extranjeros, ahora esta en manos de los bancos españoles. Esta maniobra, motivaba porque no se fiaban de nosotros, tenia una finalidad: ahora no podemos declararnos insolvente y que se fastidien los extranjeros, ahora nos debemos a nosotros mismos, y se acabó la trampa y el cartón.

Otra mentira era que el único problema de los bancos era que muchos eran muy chiquitos, y así que buscaron fusionar bancos, con la absurda idea de que juntando dos bancos arruinados se crearía un banco solvente. Así se creó el monstruo de Bankia, el banco del PP, tan grande que ahora no se le puede dejar quebrar, como sería lo suyo, pues parece que nos iríamos todos a hacer puñetas.

Otra mentira, esta del PP: todo era por culpa de Zapatero. Gobernando el PP todo se arreglaría sólo con tolerables esfuerzos. Era una gran mentira. Gobernará quien gobernará hacia falta una gran disminución del gasto publico, más que nada porque no hay dinero, y como mucho cabía negociar con Europa el ritmo de la reducción y la posibilidad de dinero extra para políticas de crecimiento, pero en otro capitulo contable que nada tendría que ver con los obligados ajustes.

Otra mentira. El PP asegura que con los recortes no disminuirá la calidad de los servicios públicos, cuando lo honrado es que dijeran que intentarán que se deterioren lo menos posible. El PSOE ha visto un filón político: criticar las consecuencias de los ajustes. EL PP de Andalucía también ha visto otro filón: criticar la consecuencia de los ajustes en Andalucía. Comediantes.

Creo que habría que dejar la farsa y contar de una vez lo que pasa y luego, con los datos en la mano, decidir lo importante, por ejemplo si es mejor bajar salarios en el sector publico o crear parados, y dejarse de banalidades como que el mundo se hunde si los maestros tiene que dar más horas de clase a más alumnos.

Damián Zamorano Vázquez
Estepona Información. 19.5.2012

sábado, 12 de mayo de 2012

El tertuliano adivino


Hace unos meses oí a un tertuliano de la radio, de los cercanos a la caverna, pronosticar la desaparición de la socialdemocracia en Europa. El aspirante a poeta pontificaba que las masas por fin habían visto la luz, la llama de la libertad, y tras la destrucción del muro de Berlín se aprestaban a derrotar uno por uno a esos gobiernos socialitas que robaban vía impuestos a los esforzados para mantener a los vagos.
A todo esto, el socialista Hollande ha ganado la elecciones en Francia, Obama probablemente revalide su mandato en EEUU, y para  la batalla decisiva para la resurrección de la socialdemocracia, a celebrar en Alemania, sólo queda un año.

El tertuliano como adivino era malo, muy malo. En cualquier caso lo de los tertulianos es algo mágico, han conseguido lo que no estuvo al alcance de Newton o Einstein, saber de todo, sin ningún atisbo de duda. Sólo se rompe el encanto en el raro caso de que la radio o la televisión traiga a alguien que de verdad entienda de algo, de su oficio, y entonces es cuando apreciaremos la diferencia entre formarse e informarse o directamente perder el tiempo. Tampoco es que la misión de nuestro tertuliano fuera adivinar o formar, simplemente trabajaba de comercial, sólo que en vez de vender una aspiradora vendía una ideología trucada, un adorno para ocultar los intereses -de clase o grupo- de los que le aseguran su diario plato de lentejas.

Europa tiene un sistema sociopolítico bastante consolidado, con iniciativa privada y sector público, ambos potentes y complementarios, y para la gestión de este sistema se alternan derecha e izquierda. Tras años de gobierno de izquierdas se envician algunos mecanismos del sector público, y entonces viene la derecha para restaurar estropicios, pero crea otras anomalías, y entonces gana la izquierda, y así sucesivamente.

Con la crisis algunos no ocultaban su gozo suponiendo, tras el chantaje financiero, la victoria definitiva de la derecha, por los siglos de los siglos. Francia nos ha enseñado que eso no es así, aunque tampoco intuyo que la crisis traerá la victoria definitiva de la izquierda. Volveremos a la alternancia política sosegada, una vez las aguas vuelvan a su cauce y se supere la crisis. Doy por hecho que la crisis se superará, pues a fin de cuentas lo que hay es una disyuntiva: o se hunden los bancos o nos hundimos todos. Estoy convencido de que Europa es sabia, por vieja más que nada, como para negociar los términos de la disyuntiva, o si no hay acuerdo decidir que al menos sólo se hundan los bancos.

El PP sabe que con sólo ideología de derechas no gana elecciones, y por eso intenta atraer al electorado de centro, aunque Rajoy lo haga de forma muy curiosa: simplemente no mostrando ideología. Desde luego mas moderado que el exabrupto de su secretaria de partido, que sin rubor afirma que el PP es el partido de los trabajadores, mientras aniquila los servicios públicos en su comunidad. A mi la que más me gusta del PP es Esperanza Aguirre, que dice sin complejos lo que los otros no se atreven a decir. La Espe no tiene pelos en la lengua, y cuenta lo que otros callan, la esencia de la derecha: tanto tienes tanto vales, que lo demás son cuentos.

En cualquier caso el mayor activo actual del PP es el PSOE, que ha defraudado profundamente a amplios sectores de la clase media, y sin el apoyo de estos sectores es imposible ganar unas elecciones. Son incontables las personas que tienen miedo a ambos, al PP y al PSOE; al PP por lo que pueda destruir, al PSOE porque sea incapaz de crear. Los sociólogos que elaboran los informes a los partidos tiene que estar saturados de trabajo, al borde de un ataque de nervios. Los del PP advirtiendo a sus jefes que su medicina es demasiado amarga, que puede rechazarla el enfermo, no estando además probaba su eficacia. Los del PSOE advirtiendo de que, o buscan una tercera vía, o seguirá regalando victorias al PP si persiste sin ideas aglutinantes y en manos de titiriteros.

Damián Zamorano Vázquez
Estepona Información. 12.5.2012

miércoles, 9 de mayo de 2012

Resignación


Vivimos con el corazón en un hilo con tanta mala noticia. Cada día hay más paro, más impuestos, más recortes en prestaciones sociales, más amenazas sobre la sostenibilidad económica de España, y más miedo a los viernes, cuando los teleñecos de Rajoy anuncian el último conejo improvisado y agónico, made in Germany, que sale de la chistera del consejo de ministros. En la calle el lamento es unánime, o no hay dinero, o no hay trabajo, o no hay esperanza, o no hay ninguna de las tres. Sin embargo, sorprendentemente, la gente está extraordinariamente tranquila. Como mucho despotrica en el bar, o acude a alguna manifestación, pero repudiando actos de violencia o antisistema, paradójicamente dudando de la viabilidad de nuestro sistema político y social.

Tal tranquilidad la definiría como resignación: lo que hay es lo que hay, y no hay más. Los activistas políticos y sociales luchan sin descanso contra esta resignación pasiva, bien con proclamas incendiarias estilo Pasionaria, bien con análisis críticos -más o menos bien argumentados- de las medidas del gobierno. Pero estos mensajes no calan en el conjunto de la ciudadanía, que aguanta estoica lo que se le va viniendo encima. Mi impresión es que esta resignación obedece a un estado se shock colectivo, de esos tan fuertes que obligan a un razonamiento y actitud pausados, rechazando por el momento hacer divertimentos o frivolidades.

El shock tiene un nombre, miedo, miedo al futuro, al propio, al de los hijos, al de la sociedad en conjunto. La parálisis no sólo se explica por lo intenso del miedo, sino también al remordimiento por las culpas cometidas y a la sensación de que los acontecimientos nos superan por su magnitud.

España esta atrapada entre unas deudas difíciles de pagar (los prestamistas aprietan) y la necesidad de aumentar el endeudamiento para generar riqueza. Problema insoluble para España como país, pues la llave maestra para resolver el problema está en Europa, en el prestamista.  Rajoy está haciendo los recortes que obliga Merkel, tal como los hizo Zapatero, y si son más intensos que antes es simplemente porque la situación económica es peor. Pero Rajoy comete errores: no concierta con nadie, es incapaz de ofrecer ideario propio, se ha metido en un lodazal de mentiras sin precedentes, y aprovecha las necesarias reformas para favorecer descaradamente a la clase empresarial y a los elementos sociales mas conservadores. Si la situación no mejora la mayoría no perdonará al PP por su soberbia, y la derecha volverá a ser poco relevante otros muchos años, una vez más.

Un signo de madurez en España  es que no afloran movimientos populistas. Dado que el PP aprieta y ahoga, y al PSOE por ahora casi nadie le hace caso, lo lógico es que surgieran personajes como Le Pen o Perón que aglutinaran a muchos descontentos, pero en España estos personajes no están, ni por ahora se les espera.

Cuando hablo de sentimiento de culpa me refiero a un sentimiento colectivo de fracaso. Se ha avanzado mucho en España en políticas sociales, es verdad, pero eso no quiere decir que la educación y sanidad pública eran magnificas como ahora quieren vendernos; había mucho por mejorar. Pero lo peor es que, al rebufo de esta apuesta por lo social, han proliferado una panda de sinvergüenzas que han medrado sin escrúpulos, defendiendo (en algún caso robando) intereses particulares o grupales.  Mientras se les llenaba la boca de hablar del bien común, muchos políticos simplemente nos tomaban el pelo, y todos somos culpables de no haber sabido mandarlos a la quinta puñeta. En esto no hemos sido un país serio.

Mi impresión es que no hemos llegado a entender por qué hemos sido tan vulnerables como país ante la crisis, y esto es muy arriesgado pues incapacita el propósito de enmienda. Además, demasiados ciudadanos corrientes padecen el mal de los políticos: extraordinariamente dotados para la critica al contrario, pero desconocedores de la autocrítica.

Damián Zamorano Vázquez
Estepona Información. 5.5.2012