viernes, 28 de enero de 2011

Elecciones municipales. Málaga

En la última remodelación del PSOE andaluz muchos socialistas nos sentimos muy esperanzados con la elección de Pepe Griñán, primero como presidente de la Junta de Andalucía, luego como secretario general del PSOE andaluz. Temíamos que nuestro partido se había distanciado peligrosamente de la sociedad.

Por una parte el PSOE no tenia nada que ver con sus orígenes, un partido de trabajadores que luchaba por mejorar las condiciones de la clase social de la que se nutría su militancia, y cada vez se parecía peligrosamente más a una partida de cargos institucionales, y funcionarios al servicio de estos (con beneficio propio).

Por otra parte una centenaria tradición de luchadores desprendidos, con convicciones éticas e ideológicas intachables, líderes naturales en su entorno, estaba siendo sustituida por una plaga de dirigentes sin ideología, sólo atentas a su provecho propio, sin escrúpulos -ni para el contrario ni para el compañero-, sin conocer la vida real, la del trabajador a quien en teoría representan, en muchos casos genuinos representantes de los “nini”, los que nunca estudiaron ni trabajaron, pero que a fuerza de intrigas y codazos pasaron del fracaso escolar al coche oficial y otras múltiples prebendas. Estos “ninis” tienen un único objetivo, vivir siempre de la política, única actividad que conocen, y no se andan con remilgos para conseguir sus objetivos, siendo tácticas habituales emponzoñar lo que tratan y jubilar o ignorar a los mas capaces.

Griñán no es ningún “nini” insolvente. Todo lo contario. Es un buen economista, tiene amplia experiencia en gestión, su discurso engancha a los que quieren oír propuestas y no chorradas, y es además un socialista del mundo real, que reconoce que para mantener un Estado de Bienestar adecuado, principal aspiración de la izquierda, tienen que cambiar muchas cosas, por ejemplo potenciar a los emprendedores y limitar la política del subsidio. Si no se genera riqueza no existirá estado de Bienestar, sólo reparto de miseria.

Estábamos muy contentos con la elección de Griñán, pero pronto sufrimos una gran decepción. Escogió una ejecutiva del PSOE andaluz repleta de políticos infumables, algunos genuinos representantes de estos “nini” aborrecibles. Muchos eran poderosos en el partido por ser secretarios de organización, pero sin ninguna relevancia social. Se podría decir que sólo eran conocidos en su casa, a la hora de comer, pero es falso, no comen en su casa, comen en restaurantes usando nuestra VISA.

Pronto sufrimos una segunda decepción, la negativa del PSOE andaluz a celebrar elecciones primarias, en la búsqueda de los mejores candidatos a las elecciones municipales. Cosa de catetos: los socialistas catalanes aceptan y alientan las primarias, es consustancial en un partido demócrata y de izquierdas. En Málaga Ignacio Trillo no pudo competir con María Gámez en limpia contienda para elegir la mejor opción socialista a la alcaldía.

María Gámez nace pues con pecado original, y es una pena pues, de los datos que dispongo, puedo asegurar que no es ninguna “nini”. De extracción humilde logró su prestigio profesional por puro esfuerzo personal, sus cargos institucionales derivan de su valía, no de ser experta en codazos, y es una socialista de convicción, y con criterio defiende que deben de cambiar muchas cosas para que lo fundamental en la izquierda no cambie: la igualdad en la libertad.

La lista que ha presentado María Gámez para las municipales de Málaga es un autentico lujo. Como ejemplo cinco de los seis primeros de la lista son profesionales de gran valía. Tres de ellos (mujeres) no son militante socialistas, son simplemente las mejores. Como podrán imaginar hay mucho rechazo en el PSOE a esta lista. Militantes sustituidos por independientes, ¡que escándalo! No entienden que el objetivo de un partido es servir a la sociedad, no a sus militantes.

El próximo artículo será de humor: la lista municipal del PSOE en Estepona

Damián Zamorano Vázquez
Estepona Información. 29.1.2011

viernes, 21 de enero de 2011

Políticos. ¿No, gracias?

Lo queramos o no necesitamos personas que administren nuestros intereses comunes. Dicho de otro modo, tenemos que aceptar que existan los políticos. Probablemente la solución anarquista es mejor, la autogestión grupal, pero por desgracia esta forma de gestionar la sociedad directamente por los implicados, sin intermediarios poderosos, solo sea aplicable en dosis ajustadas y en sociedades maduras, pues en otras circunstancias solo engendraría caos.

Hace tiempo oí a Alberto Ruiz Gallardón decir que estaba orgulloso de ser político, y puso un ejemplo, gracias a tal actividad conseguía que en un solar baldío se pudiera construir un hospital: de la nada surgía algo necesario para la sociedad. Me gustó su exposición, lo decía con convicción y me cae bien el alcalde de Madrid, más que nada porque es educado, y eso es importante en este mundo de carroñeros. Pero, estropeando el ejemplo, también son políticos los que no construyen un hospital necesario disponiendo del solar, caso de Estepona, o quienes lo construyen despilfarrando el dinero público en proyectos demagógicos y caros, o directamente los que se enriquecen desde la nada mientras dicen hacer política.

El problema es pues, mientras tengamos que convivir con los políticos, cómo diferenciar lo buenos de los malos. Antes no existía ese problema pues el dictador o cacique de turno decidía por nosotros. Pero desde la democracia tenemos la infinita suerte, y por tanto la infinita responsabilidad, de elegir a los mejores políticos de entre todos ellos.

Nuestro actual alcalde de Estepona, David Valadez, no fue elegido por el pueblo. Estaba de segundón en las listas del PSOE, en el cupo reservado para los disidentes. Cualquier persona decente –existen políticos con vergüenza- no hubiera aceptado la alcaldía obtenida por carambola tras Astapa, por eliminación aun no juzgada de los cabezas de lista. Pero su ambición personal, y un torpe cálculo electoral del PSOE, le llevó a la alcaldía. La consecuencia fue un desastre: tres años perdidos para Estepona, y precisamente en plena crisis, acumulando deudas y errores de gestión, todo ello a pagar por todos a escote en un futuro.

Valadez es un mal gestor, como muchos otros políticos, pero atesora defectos aun más graves: es un mentiroso compulsivo y es vengativo con quienes no le aplauden. En definitiva, es una mala persona. Ahora pretende lavar su imagen, con foto electoral realizada en Madrid, emulando a un galán de Hollywood, y dejando que las maniobras y palabras sucias las realice un propio contratado para tal menester, Fernando Centeno. Nunca un gañan fue tan fiel reflejo de su empleador.

La cuestión es que en mayo hay elecciones municipales, y a partir de ese momento no cabe seguir lamentándose. La ciudadanía tiene en su mano elegir a los mejores políticos disponibles y, dada la lamentable situación de Estepona, más le vale no equivocarse.

Una noche cené con el candidato del PP, José María García Urbano. Me dio su garantía personal de que actuaría con honradez, sentido común y eficacia, todo por el bien de Estepona. Confío plenamente en su promesa, y por tanto cuenta con mi apoyo, independientemente de que algunas de sus propuestas no las vea muy claras.

Pero puestos a escoger, me gustaría apoyar a un partido de izquierdas moderado, por supuesto no al PSOE usurpado por Valadez. Me temo que esta opción es inviable, y sólo cabe esperar los movimientos de antiguos militantes socialistas, y juzgar -si toman algún protagonismo- si su opción es aceptable.

Pero esto son elucubraciones mías. Nada importantes. Lo crucial es que los votantes de Estepona sepan que en las próximas elecciones municipales deciden el futuro del pueblo y hay dos opciones, mantener la mierda actual al servicio de los intereses y ambiciones de cuatro impresentables, o apostar por personas –políticos- que sean creíbles como personas, que presenten proyectos razonables, y que se acompañen de equipos solventes.

Damián Zamorano Vázquez
Estepona Información. 22.1.2011

sábado, 15 de enero de 2011

Malos humos. Mala leche

De entrada aplaudo la nueva ley antitabaco que prohíbe –con escasas excepciones- fumar en lugares públicos cerrados. No obstante me gustaría hacer algunas precisiones.

La ley parte de dos filosofías. La primera es la de salvaguardar escrupulosamente los derechos de quienes no fuman. No sólo hablo de las molestias que les provoca el humo del tabaco, sino también del perjuicio para la salud que sufren de forma involuntaria los fumadores pasivos. La anterior ley no se cumplía, y para un no fumador era difícil encontrar un bar libre de humos para tomar un desayuno con su hijo pequeño. La actual ley es bastante clara al respecto y conseguirá evitar tantos lugares vedados a los no fumadores. Al final todos agradecerán que cualquier lugar público tenga el aire limpio, como es norma en los países occidentales avanzados.

La segunda filosofía de la ley antitabaco, la que no se cuenta, es directamente fastidiar a los fumadores. Este acoso provocará en los fumadores cabreo y sensación de estar proscritos, y no son precisamente ciudadanos llenos de mala leche los pilares de una sociedad amigable. Los motivos para fastidiar al fumador son piadosos, evitarles el perjuicio de su hábito (o mejor, de su adicción), pero una sociedad que valora la libertad individual no puede sin más coartar la libertad del fumador, siempre que cumpla escrupulosamente la norma de no ahumar a su vecino. La mayoría de los fumadores que conozco han intentado mas de una vez dejar de fumar. De los que persisten en el vicio la mitad han decidido seguir fumando porque les gusta, y la otra mitad lo hacen porque no pueden dejarlo, la adicción puede más que la razón. Intentemos que se convenzan de dejar de fumar, pero por otra parte dejémoslo en paz mientras no molesten.

Veamos ejemplos de cómo fastidiar a los fumadores.

En los aeropuertos en general no se puede fumar, y allí las personas pasan horas, o días, si los controladores, el tiempo o los volcanes se enfadan. Pero hay una solución muy fácil para que puedan hacerlo sin molestar: abrir espacios al exterior, como tiene el aeropuerto de Barcelona. En Nueva York había un espacio similar pero lo cerraron. En Málaga y Madrid imposible fumar, no se contemplan terrazas al exterior. En el aeropuerto de San José de Costa Rica se prohibió fumar, y todas las esquinas estaban llenas de colillas; hicieron un bar abierto al exterior, desaparecieron las colillas, y el bar esta repleto, entre otros motivos porque hacen muy bien el coctel Margarita.

En bares y restaurantes no contemplo la posibilidad de habilitar espacios cerrados para fumadores, pues quedarán perjudicados: los camareros. En Dinamarca vi campanas extractoras en algunos bares bajo las cuales se podía fumar, pero es una chapuza. La solución para no fastidiar a los fumadores es habilitar terrazas con los artilugios necesarios para resguardarles del frío y la lluvia.

Anecdótica es la prohibición de fumar a la entrada de los hospitales. Imagino será por evitar la mala imagen de una multitud agolpada en las puertas alrededor de gigantescos ceniceros rebosantes de colillas. Esta multitud esta formada por visitantes (ropa de calle), personal sanitario (bata o pijama) y pacientes (pijama y suero). Ahora se trasladarán al exterior del recinto hospitalario donde ampliarán la mala imagen. En hospitales como el Clínico de Málaga cambiar de fumadero sólo requiere trasladarse veinte metros, pero en grandes recintos hospitalarios la procesión parecerá el peregrinaje al Rocío. Sería más útil para evitar la mala imagen buscar un lugar exterior discreto habilitado para fumar.

En muchos hoteles del mundo no se puede fumar, ni en las habitaciones. La solución más ingeniosa la vi en Boston, el hotel tenia en cada planta una terracita habilitada para fumar.

Creo que debe mantenerse la ley antitabaco pues nadie que no lo desea debe someterse al humo del tabaco, pero deben de arbitrarse medidas para no fastidiar sin motivo al fumador.

Damián Zamorano Vázquez
Estepona Información. 15.1.2011

sábado, 8 de enero de 2011

Ponerle el cascabel al gato

Hay dos opciones: hacerlo por las bravas, con el riesgo de que el gato te arañe y te destroce, o hacerlo por las buenas, que sea el gato el que quiera ponerse el cascabel.

Veamos tres ejemplos en la reciente historia de España.

En 1976 Adolfo Suárez fue nombrado presidente del gobierno. Su tarea era lograr la transición de la dictadura a la democracia, pero debía hacerlo sin poner en grave riesgo los privilegios de los poderes fácticos (políticos, militares, empresariales y financieros). La alternativa a una transición reformista era la ruptura. El gato, el pueblo, quería en su mayoría un cambio no violento, lo que permitió a Suárez culminar con éxito el difícil tránsito a la democracia. Contó con la inestimable ayuda de la izquierda (Felipe González y Santiago Carrillo) que fueron conscientes de lo que en aquel momento se podía y no se podía conseguir, y de los deseos mayoritarios de la población.

En 1982 Felipe González accede a la presidencia del gobierno tras obtener un impresionante apoyo en las urnas. Su reto era integrar a España en Europa, y no solo en sus instituciones (Mercado Común, OTAN, etc.) sino también en su modelo social y productivo, reconvirtiendo las industrias deficitarias, modernizando la fiscalidad, desarrollando el Estado de Bienestar, potenciando las libertades individuales (divorcio, igualdad entre sexos, respeto a los homosexuales, etc.) y despejando el fantasma de involuciones golpistas. Felipe González pudo transformar España porque el gato, el pueblo, quería ser Europa y le votaba masivamente en sucesivas elecciones. Contó también con una inestimable ayuda, un partido (PSOE) muy potente y conectado con la sociedad: en cada centro de trabajo y barriada había activos militantes y simpatizantes del PSOE afanados en la labor de modernizar España.

2011. Gobierna Zapatero. Llevamos tres años de espantosa crisis económica. La crisis se originó fuera de nuestras fronteras, por un exceso de especulación de los mercados financieros. La crisis es mundial, pero en España ha acarreado, a diferencia de los países avanzados de Europa, un incremento brutal de paro, que hace insufrible la situación de los afectados, e inviable la salida de la crisis a medio plazo: demasiadas bocas para alimentar con demasiadas pocas manos trabajando.

Si España ha sido tan duramente castigada por la crisis es porque tenemos un modelo productivo basado en la subvención, el pelotazo y el crédito bancario. Se acabó el crédito fácil y nos hemos quedado con nuestras vergüenzas al aire. Subvención y pelotazo afectan a todo el cuerpo social: gobiernos, sindicatos, empresarios, trabajadores, rentistas y cuentistas. Hay infinidad de ejemplos para respaldar esta dura afirmación.

Solo hay una salida posible de la crisis, abandonar el cuento y copiar a los alemanes: trabajo laborioso y productivo. Sólo así podremos conseguir lo que mantienen en plena crisis los alemanes, trabajo, buenos sueldos, buenas pensiones y Estado de Bienestar, casas baratas, y créditos asequibles.

El cascabel que hay que ponerle al gato consiste en cambiar el subsidio y el pelotazo por la productividad. Zapatero asegura que lo intentará, pero el gato –el pueblo- rechazará sus medidas, tanto desde la derecha como desde la izquierda, y me temo que lo destrozará de arañazos. Tampoco cuenta Zapatero con el apoyo de un partido potente, estando el PSOE muy alejado de la sociedad (pregunte en su centro de trabajo y barriada), siendo más bien un partido de cargos prestos a defender sus privilegios personales como gatos panza arriba.

Hay que tomar medidas impopulares para salir de la crisis y sólo se me ocurre una solución aceptable, preguntarle al gato –el pueblo- quien prefiere que le ponga el cascabel. Dicho de otro modo, lo mejor es convocar ya elecciones generales. No se me escapa que los políticos ocultaran al votante las medidas -o tipo de cascabel- a aplicar para salir de la crisis, pero ese es otro tema.

Damián Zamorano Vázquez
Estepona Información. 8.1.2011