viernes, 30 de julio de 2010

Tren litoral

En el año 1982 finalizaba mi especialización médica en Madrid. Mi objetivo era volver a Málaga, como así fue, pero muchos compañeros de trabajo decidieron quedarse a vivir en Madrid. Era imposible comprar un piso en su núcleo urbano, muy caro, por lo que todos optaron por comprar su vivienda en las ciudades periféricas de Madrid –entonces ciudades dormitorio-, en expansión vertiginosa. Aquello parecía una locura, era cambiar el cómodo desplazamiento dentro de la capital -gracias al metro- por la insufrible rutina diaria haciendo muchos kilómetros en carretera, en interminables colas, para ir de la vivienda al trabajo. Pero no había alternativa.

Casi treinta años después, tras casi treinta años de continuo progreso económico, me encuentro ahora en las mismas que mis compadecidos compañeros de juventud entonces. A diario he de realizar 50 kilómetros de desplazamiento por carretera, en coche particular, para acudir desde mi casa al puesto de trabajo, y no tengo opción de poder utilizar transporte público, es sencillamente imposible. Supone perder una hora al día, un alto coste en gasolina y un mantenimiento frecuente del vehículo (y afortunadamente no tengo que sufrir el atraco de la autopista de peaje), un riesgo real de accidente por las muchas horas de exposición al tráfico, y una absurda contribución a la contaminación. Con todo, hoy el tráfico es más fluido, gracias a una circunstancia desgraciada: la crisis económica. Hace unos años, entrar y salir de Málaga capital suponía entrar en una ratonera, sobre todo en horas puntas, dada la enorme cantidad de personas que acudían en coche propio a su trabajo, sobre todo en la construcción, y el enorme flujo de vehículos pesados.

El transporte público por carretera en bastante deficitario, no sé si por mal diseño, por ser poco rentable, por estar al servicio de los intereses de los adjudicatarios y no de los ciudadanos, por ser lento, o por todo a la vez. El caso es que no funciona, y es un dicho cierto que se tarda más de Estepona a Málaga que de Málaga a Londres. Como anécdota, recuerdo la ilimitada paciencia de unos turistas alojados en un hotel del extraradio de Estepona, a la espera del autobús de línea que les llevara al centro urbano: nunca llegaba; una y no más dirían los sufridos turistas, y como consecuencia el centro vacío.

Hay que adecuar el transporte público a las necesidades de desplazamiento por motivos de trabajo, pero también facilitar la movilidad por motivos de ocio y adecuarse a las necesidades de los turistas, muchos de ellos sin vehiculo propio en sus vacaciones.

La Costa del Sol Occidental, entendida como una gran metrópolis, tiene unas características particulares. Es una estrecha franja urbana pegada a litoral. No hay un polo único de atracción, y siendo fundamental la conexión al aeropuerto y estación del AVE, no son menos importantes todas las conexiones a los núcleos urbanos de los distintos pueblos y la capital. Por último, gran parte de la población vive diseminada en los extrarradios.

Con diferencia, la mejor opción para paliar las graves carencias de transporte en la Costa del Sol Occidental está en dotarla de un potente transporte ferroviario –tren litoral-, y hay que arrancarle a la Junta de Andalucía el compromiso político de su priorización. Dicho tren litoral tendría dos objetivos: el desplazamiento rápido -con escasas paradas-, y el desplazamiento más lento, tipo entre tren de cercanías y tranvía.

Los beneficios del tren litoral serían inmensos, a corto y largo plazo, un potente motor de generación de riqueza.

Para Estepona, en un extremo de la franja litoral cuya cabeza esta en Málaga, y por tanto muy lejos, dicho tren puede ser la clave para impedir su deterioro económico. Si las inversiones y el turismo castigan a Estepona por su deficiente sistema de transporte, corremos el riesgo de terminar siendo una ciudad dormitorio al servicio de zonas más pujantes por estar mejor comunicadas.

Damián Zamorano Vázquez
Estepona Información. 31.7.2010

sábado, 24 de julio de 2010

Ambito socialista 3

ÁMBITO SOCIALISTA de Estepona

BOLETÍN DIRIGIDO EXCLUSIVAMENTE A MILITANTES Y SIMPATIZANTES DE IDEOLOGÍA SOCIALISTA.

Volumen 1, nº 3 23 de julio de 2010

Cuestión de consenso

Parece que ha llegado para todos los partidos políticos la hora de dar explícitamente el pistoletazo de salida a las elecciones municipales de 2011. Escarmentados con el patinazo dado por Conejo con respecto a María Gámez en Málaga, nuestros dirigentes del PSOE andaluz cuidan muy mucho el proceso: “Candidatos de consenso y nada de primarias” han dicho tanto José Antonio Griñán, como Rafael Velasco. Esta propuesta de supresión de primarias en el territorio andaluz se debatirá en el Comité Director que se reunirá en Sevilla el próximo sábado 24 de julio y luego la decisión tomada será trasladada al Comité Federal.

La cuestión no es baladí. Los estatutos de nuestro partido prevén la posibilidad de poder celebrar primarias en los municipios de más de 50.000 habitantes si hay más de un candidato y posee los avales suficientes (20 % de firmas de la Agrupación).

Aunque sea discutible, puede que estén en lo cierto los dirigentes de nuestro partido y que verdaderamente, en estos momentos, las primarias sean inoportunas para nuestro posible rédito electoral. Sin embargo, lo que nunca debe ser admisible es la imposición de un candidato en contra del consenso de una Agrupación.

La familia socialista de Estepona mayoritariamente está consensuada: David Valadez, el actual alcalde, no puede ser el candidato por el PSOE a las próximas elecciones municipales. Los motivos son innumerables, pero esencialmente parten de su propia personalidad política, incapaz de proyectar algo más que sectarismo y falta de liderazgo.

Su gestión al frente del Ayuntamiento de Estepona resulta absolutamente penosa, habiendo conseguido a pulso el difícil logro de tener en contra ya, prácticamente a todos los sectores de la población: partidos, (incluida la familia socialista), sindicatos, empresarios, jóvenes, mayores, etc. que ya no admiten otra justificación que la de su ineptitud en el cargo.

David Valadez López representa ahora mismo en Estepona el papel del candidato perdedor y el de un juguete roto en manos del PP esteponero que ve con deleite como, sin tener que despeinarse y sin hacer apenas oposición, el descrédito político de su posible oponente se acrecienta cada día hasta límites imposibles de superar. Particularmente peligrosa es la oposición en su propio equipo de gobierno que amenaza con hacer insostenible la gobernabilidad.

Curiosamente, los únicos asideros que le sostienen en la cruz de su alcaldía, son los que le aportan por una parte, el control apasionado de los medios llevado a cabo por su mujer, periodista de la SER y de la agencia EFE, coautora de todos los panfletos laudatorios hacia su persona además de eficiente censora de todo lo que pudiera dañar la imagen de su marido y, por otra, el inexplicable apoyo de la Ejecutiva Provincial, conocedora, sobre todo a través de las figuras de Miguel Ángel Heredia y Francisco Conejo de todo el contexto político degenerativo alrededor de este alcalde patológico. Por si fuera poco lo expuesto, la imputación urbanística por prevaricación y omisión del deber de denunciar que arrastra David Valadez, deberían ser motivos más que suficientes para apartarlo como posible candidato. Alternativas políticas hay y muy claras y nuestros dirigentes las conocen. Lo contrario, sería demostrar ir no solo en contra del sentido común de la familia socialista de Estepona, claramente expresado en el manifiesto de cerca de 300 firmas, sino también contradecir el discurso de nuestros dirigentes sobre el consenso. En otras palabras, convertirlo en papel mojado.

300 firmas socialistas dicen no a Valadez

Hace pocos días, un grupo de compañeros socialistas elaboraron e hicieron público un manifiesto que incidía en dos cuestiones de enorme interés para la normalización del Partido en Estepona. De manera sucinta, estos dos puntos pedían la creación de una Gestora ecuánime e integradora y la posibilidad de que la militancia señalara por mayoría a un compañero adecuado para encabezar la lista a los próximos comicios.

En el ámbito de los socialistas la noticia corrió como la pólvora y las hojas que habían de firmarse pasaron de mano en mano con una fluidez insospechable hace unos meses. Parece ser que en un tiempo record firmamos más de 300 socialistas y simpatizantes.

Pero claro, aquellos que leyeran el Manifiesto Socialista sin haber tenido la oportunidad de escuchar las razones previas que nos llevaron a firmar con decisión tal documento, podrían despistarse algo y por eso, ahora, queremos repasar tales razones poniendo en antecedentes a cualquier lector.

Los argumentos que nos han llevado a firmar tan rotundamente el documento no son arbitrarios ni frívolos. Hemos dado por bueno, y apoyado, un texto que expresa clarísimamente la solución a los problemas que el PSOE de Estepona tiene en su fuero interno, cuya desestabilización ocasionó aquel que un día se puso a hacer cábalas sobre cómo llegar por el camino más corto a la alcaldía.

De todos nosotros es sabido que David Valadez fue siempre un elemento distorsionante dentro de la militancia, tanto que, como culmen de sus ladinas maquinaciones, no le cupo el menor atisbo de duda al meter a sus compañeros en un saco multicolor e informe de supuestas corruptelas que, según él, se cernían sobre Estepona como las miasmas de la peste negra. Pero el tiempo ha venido levantando poco a poco el velo que tapaba sus verdaderas intenciones y ha dejado al descubierto, no para sus ex compañeros que ya lo conocíamos, sino para el pueblo, a un David Valadez muy distinto al que él mismo se dibujaba. No sólo levantó una polvareda en el lugar en el que estábamos sino que ha terminado destruyendo el paisaje y borrado el horizonte, sumiendo al pueblo y al partido en dos sucesos infelices y lamentables.

Desde que a David Valadez se le dio rienda suelta para dirigir la Gestora que supuestamente habría de renovar la futura Agrupación, su actitud ha sido sectaria y rácana con sus excompañeros, de manera que se ha rodeado solamente de unos cuantos elegidos por él, sin otro criterio que el de haber sido sus más allegados desde siempre, aparcando al resto. Nos consta y podemos demostrarlo.

Los acontecimientos provocados en Estepona por el desconcertante caso Astapa y sus consecuencias políticas han cambiado el panorama electoral de tal modo que habiendo conseguido en su día once concejales hoy, según todas las encuestas fiables, no obtendríamos ni cuatro. Por lo tanto el camino llevado hasta estos días no tiene otro calificativo que el de “derrotero sin rumbo hacia un naufragio seguro”. Y todos conocemos al capitán de tal nave.

Éstas, pensamos, son unas buenas razones para apoyar el manifiesto con nuestra firma; pero es que además, David Valadez está imputado por omisión en su deber de perseguir delitos y prevaricación urbanística; y si de omisiones hablamos, la actitud de nuestro alcalde omitiendo la declaración de tránsfuga a Silvia Cabrera por la Comisión de Expertos Independientes, terminará considerándole tránsfuga también a él mismo. Y para más abundancia de despropósitos, no conocemos nexo de comunicación alguno entre el alcalde y parte del grupo municipal socialista, o entre el alcalde y algunos miembros del equipo de gobierno (no socialistas), o para más escarnio, entre el alcalde y su pueblo.

Creemos que las razones expuestas ni son pocas ni baladíes. Lo dicho aquí es tangible, no corresponde a ningún capítulo de novela de terror ni es producto de la inventiva de unos pocos desalmados que malquieran a nadie. Se trata simplemente de exponerlo para evitar males mayores a Estepona y secundariamente al que fue nuestro partido durante muchos años.

Astapa, un caso insólito (III)Los huevos de la serpiente

Sabemos y conocemos desde los tiempos de Freud, que la frustración en alguna clase de individuos puede generar muchas patologías peligrosas. Hemos conocido a través de los medios cómo individuos frustrados en sus relaciones adolescentes se lían a tiros con sus compañeros de clase y con profesores, así como frustraciones de tipo sexual originan carnicerías de diversa índole. La frustración en política puede ocasionar también episodios escandalosos.

Astapa se puede considerar como un caso clínico de frustración patológica. David Valadez y Cristina Rodríguez fueron en las listas de Antonio Barrientos en las elecciones del 2003 en los puestos 4 y 5 respectivamente. Aquella lista consiguió sacar 6 concejales para el PSOE, uno menos que el PP. Pudieron gobernar gracias al pacto con los concejales del PES (4) y de IU (1). Un pacto a todas luces difícil, que ellos dos apoyaron incondicionalmente. Valadez además de las concejalías de Personal y Bienestar Social ejerció el papel de Portavoz del PSOE, lo que le hizo no sólo estar muy cerca y conocer de primera mano las grandes decisiones de aquella etapa sino defenderlas con vehemencia en los distintos plenos. Valadez se veía destinado a ser el próximo líder del PSOE. ¿Qué le hizo variar de estrategia? Sin duda el convencimiento de que Antonio Barrientos con el paso del tiempo y en contra de sus primeras predicciones, crecía políticamente más que él y apoyarlo contribuía a agrandar más la diferencia. Tanto que pudiese ser que no lo necesitase para las próximas elecciones. La frustración empezaba su curso.

Así, año y medio antes de las elecciones empezó junto a Cristina Rodríguez su estrategia de oposición interna señalándose como alternativa. En su pulso hacia la alcaldía le venía bien proyectarse arriba. Para ello se enroló en las filas del sector crítico que en Málaga empezaba a tomar posición y fuerza. En Estepona, encontró francotiradores de diversa naturaleza, pero unidos en la frustración, que le servían para sus fines, como por una parte, Barea y Rodolfo López, con su revista El Mirón Crítico, tristemente famosos porque fueron pillados “in fraganti” por un periodista que se hizo pasar por empresario y que consiguió grabar su vergonzosa filosofía sobre para qué estaban en política y por otra, el Colectivo de Rosas Rojas, formados por personajes oscuros que, apartados del PSOE, hacía bastante tiempo que clamaban venganza.

Se marcaron definidamente su primer y único objetivo: dinamitar el pacto con el PES, aún contradiciéndose porque tanto Valadez como Cristina Rodríguez fueron de los que más apoyaron dicho pacto y sabiendo como todos sus compañeros y como toda Estepona, además, la aversión de Barrientos hacia sus integrantes, de los que no se fiaba y que incluso le llevaría a denunciarlos en Fiscalía. Pero no les importó. De esa forma conseguían matar dos pájaros de un tiro, porque dinamitado el pacto, Antonio Barrientos perdía la gobernabilidad del Ayuntamiento y de paso su credibilidad como futuro candidato. Sin embargo, la jugada les salió mal en todos los órdenes. El pacto llegó hasta el final y en el camino fueron perdiendo primero Valadez, la portavocía, por deslealtad y ambos, en octubre en la asamblea del partido, la posibilidad de ir en listas.

Esa frustración no estaban dispuestos a digerirla. Quedarse fuera del poder significaba hundirse políticamente por cuatro años o, incluso para siempre, porque sabían que la lista que pergeñaba Antonio Barrientos era una lista ganadora que iba a conseguir o a acariciar la mayoría absoluta. Lo que vino después es conocido. Con ayuda, se desplazaron a Madrid a interponer una denuncia basada en un gran cúmulo de falsedades que no les importaron porque estaban convencidos, ya que seguramente alguien se lo garantizó, de que sus nombres nunca saldrían a la luz pública porque habían solicitado ser testigos protegidos. Paradójicamente, poco después, sin tener idea de la denuncia, Antonio Barrientos junto a algunos compañeros y compañeras de-cidieron no dejarlos en la estacada y se les ofreció ir en la lista, a lo que ellos sin remordimiento ni turbación alguna aceptaron. La lista se presentó a las elecciones ganándolas y sacando 11 concejales. Tan solo tres de ellos conocían que en su seno incubaban dos huevos de serpiente. Tan sólo dos estaban dispuestos a realizar la masacre a la que les había conducido su frustración.

El Rastreador

Esta sección tiene como misión seguir el rastro tanto de frases interesantes de actualidad dichas por algunos políticos, como de artículos aparecidos en la prensa escrita

Declaran tránsfuga a Silvia Cabrera y exigen a Valadez que la expulse

(Noticia aparecida en el Sur de 17/07/2010 y firmada por Europa Press

La Comisión de Expertos independientes del Pacto Antitransfuguismo ha declarado tránsfuga a la concejala de Cultura de Estepona, Silvia Cabrera, que abandonó el partido por el que había sido elegida (PP) sin renunciar a su acta y pasó a integrarse en el equipo de gobierno del socialista David Valadez. Según el dictamen de la comisión, la conducta de Cabrera es «constitutiva de transfuguismo» por «haberse apartado unilateralmente de su grupo municipal, traicionando con ello la confianza de sus compañeros de lista, de la formación política de procedencia (PP) y de sus electores».

Además, pese a que la actuación del alcalde no lleva a declararle 'a priori' tránsfuga, los expertos dicen que la situación es, al menos, «acreedora de reproche» ya que está «pervirtiendo los principios más elementales del Pacto Antitransfuguismo». De hecho, exigen a Valadez que dicte «inexcusablemente y de forma inmediata» la expulsión de la concejal porque, en caso contrario, él mismo incurriría en una conducta tránsfuga.

«El alcalde debe retirar sin paliativos, todas las atribuciones de gobierno a esta concejala, lo que comporta su expulsión del equipo de gobierno, so pena en caso contrario en incurrir él mismo de forma voluntarista en un supuesto de transfuguismo», recoge el informe.

El PP denunció ante la última sesión de la Comisión de Seguimiento del Pacto Antitransfuguismo, en diciembre de 2009, la conducta de la concejal que había sido elegida bajo sus siglas, pero los partidos presentes en esa reunión no lograron ponerse de acuerdo sobre si la misma incurría en transfuguismo o no, por lo que el caso se remitió a la Comisión de Expertos. La comisión de seguimiento, que se reúne el próximo jueves, deberá admitir esta declaración.

Por su parte, el regidor aseguró que estudiará el dictamen y esperará a conocer el posicionamiento que se ha producido en dicho informe antes de hacer una valoración

Valadez, resumiendo: NO

Valadez usa de forma innoble -y puede que ilegal- dinero para pagar las nominas. Cuando este asunto se debate en los foros de la prensa, y en la calle, sus voceros atacan a la oposición diciendo que lo que desean es que los trabajadores municipales no cobren su sueldo. Nos encontramos ante un ejemplo de alta demagogia.

El innoble subir el IBI para pagar parte de la nomina de mayo, como ha ocurrido. Si en algo está unido el pueblo de Estepona es en la negativa a pagar más impuestos para costear el despilfarro. Además, los principales afectados por la subida, pensionistas del centro urbano, no es que no quieran pagar mas impuestos, es que no pueden, es que desean comer de vez en cuando carne o pescado, y no que les obliguen a elegir entre col o patatas. También es innoble una subida a escondidas, sin que nadie se entere, burlándose de toda la ética o transparencia que debe presidir la actuación política de cualquier autoridad, más si dice representar a los socialistas.

Lo de utilizar el dinero de los convenios de forma posiblemente ilegal para pagar nominas es de nota, sobre todo para quienes lo justifican. Aceptar cometer ilegalidades para cumplir un objetivo es directamente pegar una patada en los órganos reproductivos al Estado democrático y de derecho. Si esa es la pauta a seguir podrían al menos ser más imaginativos. Hay otras formas de delinquir para sacar dinero para las nominas: atraco a mano armada a un banco, secuestrar a un jeque árabe, estafar a los chinos haciendo como que le vendemos Sierra Bermeja cuando en realidad le vendemos Gibraltar, o utilizar nuestra cercanía al estrecho para emular a los somalíes pirateando barcos. Al menos estos delitos tienen una ventaja sobre dilapidar los fondos de los convenios, y es que no hacemos el gilipollas robándonos a nosotros mismos. Espero que entiendan que estos ejemplos delictivos son solo metáforas hiperbólicas, no sea que alguien se ofrezca – todo a 60.000 mil, más productividad- para obtener dinero según técnicas copiadas de Makinavaja.

Valadez debería haber hecho los deberes cuando atrincó la alcaldía y haber previsto la falta de liquidez, y actuado en consecuencia. Su actitud me recuerda a un cirujano novato que se enfrenta a una operación quirúrgica de extrema complejidad, para la que no esta capacitado. La actitud correcta del cirujano es dejar el caso a alguien experto, no jugar con la vida de paciente haciendo lo que no sabe. Eso es exactamente lo que ha hecho Valadez: jugar con y matar los intereses de Estepona para colmar su ambición de poder.

Valadez empezó muy mal su asalto al poder, eliminado a sus compañeros a base de denuncias falsas ante la policía, pero esto ya no es un tema político, es un asunto judicial, que amargará su futuro. Luego continuó el culto a su megalomanía aceptando dirigir un consistorio sin tener ninguna capacidad para ello, y apoyándose en los jirones de lo que no destrozó y en unas cuantas tránsfugas. Los resultados de la gestión de Valadez esta ahí: no hay dinero ni para pipas, y además tiene mala pipa que los errores de Valadez lo paguen los contribuyentes más modestos vía subida del IBI, y en general todo el pueblo, vía dilapidación del patrimonio obtenido de los convenios

Pero Valadez, en su carrera alocada por mantenerse en el poder, caiga quien caiga, está a punto de conseguir algo que duele a muchos, el hundimiento a largo plazo del socialismo en Estepona. La soledad que ha sufrido en la feria de Estepona (es muy triste pasear sin más compañía que un asalariado), el apoyo casi unánime al manifiesto socialista que le acusa de sectario, y todos los datos firmes de que Valadez sobra no son para él ningún obstáculo: seguir mintiendo que lo mismo gano, debe ser su lema.

El día 6 de Agosto miles de ciudadanos nos manifestaremos en Estepona contra la política de Valadez. Este será el lema de mi pancarta: Valadez, resumiendo: NO. Valadez dimite YA, por el bien de todos.

Damián Zamorano Vázquez

Estepona Informacion. 24,7,2010

lunes, 19 de julio de 2010

Gestión privada de servicios públicos

La opinión más extendida en la izquierda es que los servicios públicos deben ser realizados por funcionarios, y gestionados directamente por las autoridades, es decir por los políticos. Cuando la gestión se contrata a una empresa privada se habla –inadecuadamente- de privatizar, término que produce serio repelús en la izquierda. Los médicos tenemos la costumbre de cambiar los nombres a las enfermedades cuando el enunciado resulta vejatorio para el paciente; por ejemplo, no decimos que tiene sarna, sino escabiosis, ni que tiene más mierda que el palo de un gallinero, sino melanodermia hidrosoluble. Del mismo modo la palabra privatizar resulta tan indigerible para muchos que se camufla bajo el termino externalizar. Pero no es problema de palabras, es problema de conceptos.

Es opinión extendida que cuando algo se privatiza indica por un lado una incapacidad de las autoridades para gestionar el asunto, y por otra que existen empresarios garrapatas ansiosos de chupar la sangre del dinero público. A veces es así. Pero en muchas ocasiones la colaboración entre los sectores públicos y privados debe interpretarse en un sentido más positivo, en la posibilidad de sinergias –por ejemplo vía especialización- de forma que ambos se beneficien, siendo el más beneficiado el ciudadano, que paga sus impuestos y espera recibir los mejores servicios al menor coste posible.

Los ejemplos de gestión privada de servicios públicos son infinitos. En educación tenemos los colegios concertados, y nadie puede afirmar que ofrezcan menor calidad que los públicos. En sanidad, los médicos del servicio nacional de salud en España son funcionarios, en Francia no, pero en ambos países el servicio es público. En Andalucía los hospitales del SAS son de titularidad pública, pero en Cataluña muchos son hospitales privados concertados, sin tampoco merma de la calidad.

Estas reflexiones vienen a cuento con la situación de Estepona. No se como se implementará un plan de saneamiento en nuestro pueblo, pero inevitablemente hay que disminuir gastos, y el gasto principal son las nóminas, e inevitablemente hay que intentar negociar con los sindicatos para que el coste social de la austeridad sea el menor posible. Habrá que tomar múltiples medidas, pero pienso que externalizar algunos servicios puede disminuir costes, por un lado porque las empresas privadas adjudicatarias pueden aumentar la productividad y efectividad –eficacia a menor coste- del servicio, por otro lado repercutiendo –cuando proceda- parte de los costes en los usuarios o beneficiarios del servicio.

Pero una política de externalizacion tiene serios peligros. Sin transparencia y honestidad mejor no realizar nada, pues las privatizaciones son una de las formulas clásicas para que los corruptos pongan la mano. Hace falta decisión política y capacidad de diálogo, como en todas las actuaciones potencialmente conflictivas. Hace falta que técnicos capacitados estudien los temas en profundidad, pues no es fácil encontrar las fórmulas concretas de conciertos que beneficien a ambos, al consistorio y la empresa a la que se hace la concesión, y que aseguren la calidad del servicio, para no recibir gato por liebre.

Estos requisitos, sobre todo la necesidad de análisis técnico detallado, hace inviable que las externalizacion formen parte de ningún programa electoral, Y es mejor que así sea. Pero esta posibilidad debe formar parte del repertorio de medidas a tomar por los que finalmente deben asumir la responsabilidad de sacar a Estepona de su colapso económico y financiero, y seria preciso no confundirnos con términos malsonantes, como privatizar o externalizar, y asumir que no necesariamente el concejal de turno es un empresario nato sobradamente capacitado para dar el mejor servicio al menor coste, ni necesariamente el empresario privado es un incorregible estafador incapaz de cumplir contratos transparentes y bien planificados.

Damián Zamorano Vázquez
Estepona Informacion. 17.7.2010

sábado, 10 de julio de 2010

Hablo con ellos.

No creo que nadie se extrañe si afirmo que mantengo contactos bastante fluidos y cordiales con la gente del PP. Trabajo en un hospital privado y mis colegas médicos - bien remunerados- y mis pacientes no son precisamente fans de la Joven Guardia Roja. Sociológicamente soy un representante genuino de la clase media y, como expuse en mi artículo “La deserción de las clase medias”, para este grupo social, el mayoritario en España, al final la gestión es más importante que la ideología y, aunque mayoritariamente apoyan la igualdad de oportunidades y un cierto Estado de Bienestar, no están dispuestas a que la ineficacia y el dogmatismo nos lleven a una sociedad mediocre y gris de altos impuestos y malos servicios. La izquierda, que aspira como no puede ser de otra manera al apoyo de las clases medias, debe tener otro modelo, como en los países escandinavos, excelentes servicios, impuestos –altos- a discutir, y eso exige ciudadanos, políticos y gestores comprometidos con el bien público y no, como es frecuente en España, comprometidos sólo con vivir del cuento, con parasitar al contribuyente como incapaces bien pagados.

Mis amigos del PP me tratan de forma exquisita, como un ave exótica que no entienden, pero que no molesta, porque no muerde. No tengo intención de morder. Es más, cada vez tengo más claro que aunque existe una división entre derecha e izquierda, no es menos importante, sobre todo a nivel local, la diferencia entre personas con sentido común y pamplinas, honrados y corruptos, veraces y mentirosos, tónicas y tóxicas, leales y traidores, trabajadores y vagos, egoístas y solidarios; buena y mala gente, para simplificar. José Manuel Susino, con el que converso con frecuencia, me inspiró este abanico de dicotomías.

Mis amigos del PP no entienden cómo sigo siendo socialista. Realmente me catalogo de liberal de izquierdas, como Indalecio Prieto, y esta definición, para los entendidos, aclara muchos malos entendidos. Pero mi corazón es de izquierdas. En España la derecha ha sido la chacha y el señorito, y la misa obligatoria, siendo la izquierda la que ha luchado por -y conseguido- los avances en libertad individual -¡la derecha se opuso al divorcio!- y en bienestar social (la sanidad pública universal fue un logro del PSOE).

Pero han cambiado los tiempos, la deuda y la baja competitividad nos obligan a redefinir nuestro modelo productivo, e incluso el Estado de Bienestar está en riesgo. Cualquiera, de derechas o de izquierdas, que piense como hace dos años esta errando, todo ha cambiado. Los que nos consideramos de izquierdas tenemos un enorme reto, redefinir nuestra política, intentar adaptar nuestros ideales (libertad mas igualdad) a una situación mundial absolutamente novedosa.

Y como ejemplo de adaptación a la realidad, tenemos Estepona. No nos engañemos, el mayor desastre que haya tenido jamás Estepona es David Valadez. El PSOE esta hundido, gracias al ínclito, a su gestión, para no meter Astapa en la discusión. Y en Estepona los socialistas, liberales de izquierda y progresistas tenemos un problema muy serio. Lo primero es acabar con Valadez, que se vaya de una puñetera vez. A partir de ese momento hay que pensar en el futuro, que probablemente sea estar en la oposición, pero conformando el mejor programa y equipo posible, que perder no es ninguna tragedia, que sólo es una gran tragedia basar el discurso y practica política en la mentira, la incapacidad y la demagogia: Valadez.

Una pregunta recurrente que me hacen es cual será mi actitud si Valadez es el candidato del PSOE en las próximas elecciones municipales. Descarto la posibilidad pero, si ocurriera, desde mi tribuna en este periódico defenderé que no se vote al PSOE. Intentaré se cree un partido alternativo socialista y, si no se consigue, conversaré en profundidad con García Urbano y, si me convence y sigue haciendo las cosas bien como hasta ahora –tema de otro artículo-, lo apoyaré sin remordimientos.

Damián Zamorano Vázquez

Estepona Información. 10.7.2010

sábado, 3 de julio de 2010

Por un pacto local

Será casualidad, pero este fin de semana de forma casi consecutiva tres personas de mediana edad me han dicho, con gesto apenado: Estepona no tiene arreglo. Este pesimismo no puede aceptarse. Los esteponeros no estamos infectados de forma incurable por el virus de la discordia y la incapacidad, aunque lo padezcamos transitoriamente. Debemos librarnos de esta resignación que a nada nos conduce y responder a los momentos extremadamente difíciles que vivimos con espíritu positivo, unidad y tenacidad para lograr un futuro mejor que el pobre presente que nos atenaza. Hablo de un pacto entre todos los ciudadanos, políticos también, para reconducir la situación y, todos a una, dejar de marear la perdiz, y mirar los hechos de frente y de forma objetiva, y buscar solución a los problemas con la misma objetividad con que hemos analizado la situación.

Cuando hablo de un pacto local, no me refiero a un pacto político a corto plazo. Se me antoja imposible. La atomización de los partidos políticos –y sus restos- en el Ayuntamiento, la sombra de Astapa, y la irresoluble situación financiera hace imposible un pacto entre políticos locales. Preveo que a corto plazo sólo un pacto entre fuerzas a nivel regional puede salvar de forma transitoria la crisis que se avecina.

Cuando hablo de un pacto de ciudadanos y políticos me refiero a las actitudes a tomar tras las próximas elecciones municipales, en mayo del 2011, olvidando las gruesas palabras y desencuentros que caracterizan las confrontaciones electorales.

Mi propuesta, en esencia, en lo que corresponde a los partidos políticos, seria que aceptaran una hoja de ruta común referente a los problemas más importantes de Estepona y su Ayuntamiento, y a sus soluciones, dejando sólo los detalles para la lógica confrontación. Estar de acuerdo en lo fundamental, disputando sólo lo accesorio, creándose unos puntos de consenso que sean defendidos por todos en todas las circunstancias, sin formar parte del rifirrafe político.

Los puntos a incluir en esta hoja de ruta común serian múltiples y me sería imposible en este momento hacer una lista completa. Hablo de muchas cosas. Imposibilitar de forma definitiva la corrupción, la corruptela y el clientelismo. Plan de saneamiento, a elaborar. Un Ayuntamiento de dimensiones adecuadas a las necesidades, con presupuestos viables, sin depender de la especulación urbanística, austero, profesional, eficiente, transparente, al servicio del ciudadano, abaratando costes para disminuir la carga impositiva. Estímulo los emprendedores e inversores, a la creación de riqueza. Potenciar las áreas de cultura, formación, salud comunitaria y bienestar social. Mimar a los residentes extranjeros. Desarrollar la participación ciudadana. Potenciar el turismo explorando novedosas iniciativas como el turismo gastronómico, de congresos, ecológico y la hostelería en el núcleo urbano. Forzar se realicen ya proyectos absolutamente necesarios como el Hospital Comarcal y el tren litoral, y estudiar con detalle para potenciar o rechazar otros proyectos como la Universidad, el teatro, el centro comercial o ampliación del puerto. Defender las fuentes de riqueza más allá del turismo y la construcción, como la pesca y la agricultura, y buscar nuevos motores económicos, como optar a recibir una ampliación del parque tecnológico de Málaga. Asegurar una ciudad amable, también en el respeto al medio ambiente. Solucionar con la mayor diligencia los problemas cotidianos de los esteponeros. Seguridad. Limpieza. Trabajo, mucho trabajo.

Me bastaría que un pacto por una hoja de ruta común fuera sólo implícito, no dicho pero si aceptado por los protagonistas de la vida política. Pero sería mejor, en cualquier caso una excelente inyección de prozac para una deprimida ciudadanía, si tal pacto de unión en lo fundamental fuera apoyado públicamente por todos los partidos: ciudadanos de Estepona, nos comprometemos a luchar sin fisuras por lo que nos une.


Damián Zamorano Vázquez

Estepona Información. 3.7.2010