sábado, 28 de enero de 2012

El pisotón de Pepe

En el partido de copa que enfrentó al Madrid contra el Barcelona se produjo un hecho, bien captado por las cámaras, que levantó la indignación de todos, también de los madridistas. Pepe, jugador del Madrid, le propinó un pisotón (y la bota tiene tacos) a un indefenso Messi caído en el suelo. La agresión pareció alevosa, aunque Pepe dice que no fue intencionada.

Todos los actos ilícitos son sancionables y hay abundante legislación y organismos encargados de tal tarea. Podríamos pues dormir tranquilos, pues el pisotón de Pepe, su eventual castigo, no es cosa nuestra sino el órgano sancionador correspondiente. Pero las cosas no pueden funcionar así, que se castigue lo ilícito es necesario pero nunca suficiente, el objetivo es que tales hechos nunca sucedan, y para ello la solución no es poner un juez, una cámara de televisión y un policía en cada esquina, sino una ciudadanía virtuosa que rechace de forma tajante todos los comportamientos antisociales, siendo el objetivo simplemente que no ocurran.

Le pongo un ejemplo que conozco, los médicos. En su actividad hay una enorme asimetría de información, el medico lo conoce casi todo y el paciente casi nada. La actividad sería pues muy propensa al abuso por parte del médico, y sin embargo esto no ocurre: es excepcional que un médico perjudique intencionadamente a un paciente. Tal particularidad no se debe al famoso juramento hipocrático, que no se jura, ni a la labor de los colegios médicos, que son reliquias de otros tiempos, se debe a que los médicos consideran intolerable hacer daño a los pacientes, y muestran un rechazo instintivo a estos comportamientos, haciéndolos muy improbables. En una sesión clínica entre médicos puede haber algo de tolerancia antes errores, siendo el objetivo fundamental de estas sesiones mejorar entre todos la práctica médica y evitar que se produzcan errores, pero cualquier acto juzgado dañino de forma intencionada contra un paciente obtendría un repudio violento y unánime, de forma que esta línea roja permanece prácticamente infranqueable en la actividad medica.

Si el virtuosismo social, el aplauso de lo correcto y el rechazo de lo inadecuado, se aplicara de forma habitual la sociedad iría mucho mejor. Habría muchos menos acto ilícitos, y nos ahorraríamos bastante dinero en inspectores, jueces, policías y abogados. Convivimos con demasiadas lacras sociales como para no tomarnos el tema en serio. La corrupción institucional, la economía sumergida, el escapismo en el trabajo, el fraude fiscal, el machismo, la homofobia, la intolerancia, la mentira como norma, y miles de ejemplos muestran una sociedad con demasiados fallos, una sociedad demasiado tolerante con los comportamientos antisociales. Si todos rechazáramos en nuestra vida cotidiana estos comportamientos las cosas irían mucho mejor.

Hay que señalar que la fuerza del rechazo social ha sido conocida y utilizada de forma bastarda por el poder para conseguir mejor sus fines, desde siempre. Un ejemplo sería el control opresivo de pensamiento y costumbres que ejerció el nacional-catolicismo español tras la guerra civil. Otros ejemplos serían el férreo control de la disidencia en los países comunistas cuando, simulando virtuosismo social, conseguían que todos espiaran a todos.

El rechazo social a lo inadecuado pues ser pues una muestra de civismo colectivo, o una excusa para el totalitarismo. La solución a este dilema tiene un nombre, democracia: respeto a todos y tolerancia con todos, excepto contra los intolerantes y los que no nos respetan.

Los suelos de nuestras calles están llenas de papeles, plásticos, latas y cacas de perros, mientras nuestras casas particulares están aseadas. No es cuestión de que falten normas municipales o policías, es cuestión de que falta civismo, y éste no se legisla, se construye entre todos, día a día, empezando en la infancia, empezando con enseñar a nuestro hijos lo que es correcto y lo que es incorrecto.

Damián Zamorano Vázquez
Estepona Información. 28.1.2012

sábado, 21 de enero de 2012

Cargos de confianza

Habitualmente, procuro ser razonable, o al menos constructivo, y prefiero dedicar mi tiempo más a analizar propuestas para buscar un futuro mejor que a recrearme en los errores del pasado. Pero me permitirán que antes de entrar en materia me desahogue: ¡es una vergüenza lo que los políticos han hecho con la función pública en España!.

Los políticos han prostituido la administración pública. La han utilizado para sus intereses partidistas, como agencia de colocación de los suyos, como instrumento de poder del partido o del jerarca del partido en cuestión. Es triste la injusticia evidente de lo ocurrido: miles de enchufados, gracias a vínculos de sangre o de partido, han ingresado como empleados públicos a dedo, impidiendo que otros ciudadanos pudieran optar a esos puestos en lícita competencia en la que primara el mérito y la capacidad. La estafa ha salido además muy cara, pues entre que muchos políticos han jugado a empresarios siendo ineptos en tales cometidos, entre que había que contentar a los amiguetes del pesebre, y entre que el dinero público no era de nadie y malgastarlo no era un delito, se ha creado un monstruo de administración pública que, además de ineficaz, derrocha ingentes recursos económicos y nos empobrecen a todos. Inmoral y ruinoso.

Dicho lo anterior lamento defraudar al ya enervado lector, pero no voy a criticar la política de nuestro alcalde en relación a los cargos de confianza. Por una parte me parecería una impostura decir que es ilícito que los nuevos hagan exactamente lo que hacíamos “nosotros”, los socialistas: contratar cargos de confianza. En segundo lugar García Urbano está cumpliendo su propuestas electorales en este punto, por lo que no ha engañado a nadie. Por último me temo que si yo hubiera sido el alcalde no me hubiera atrevido a gobernar nuestro ingobernable Ayuntamiento sin la dosis justa de cargos de confianza que multiplicara mis manos y mis ojos.

Los cargos de confianza pueden crearse para simplemente beneficiar a los compañeros de partido (o al cuñado) o, dicho mas castizamente, para repartir el botín de la victoria electoral. Quiero creer que cualquier persona decente debe rechazar estos procedimientos fraudulentos.

El otro motivo para designar cargos de confianza es la necesidad de contar con personas técnicamente competentes -y suficientemente fiables- para implementar la gestión de las políticas elaboradas. Siempre se requiere personas con este perfil, pero lo inconcebible es que en la plantilla de empresas con más de mil trabajadores, como el Ayuntamiento de Estepona, no se encuentren personas que puedan desarrollar estas labores de dirección y tenga que contratarse a trabajadores externos, pues tal es el caso de los cargos de confianza que nos ocupan.

Les pongo el ejemplo del Servicio Andaluz de Salud. En los hospitales los cargos de libre designación son muy pocos, a nivel medico el equipo directivo y escasamente alguno más, y estos cargos son ocupados por médicos de plantilla que habitualmente solo por un tiempo asumen estas responsabilidades, para luego volver a sus habituales puestos de trabajo.

La necesidad de cargos de confianza en los Ayuntamientos indica que son administraciones públicas mal gestionadas, y por tanto me atrevería a proponer a nuestro alcalde que fijara como objetivo realizar las mejoras organizativas tendentes a hacer innecesaria esta figura para la próxima legislatura. Para mí un modelo adecuado sería fijar con antelación en el organigrama qué puestos de dirección pueden ser de libre designación, y que estos fueran ocupados por personal del Ayuntamiento. Si es necesario hacer excepción a la norma en algún puesto de responsabilidad concreto, quizás con un perfil empresarial, sería adecuado explicarlo con antelación y justificarlo.

Para políticos en los Ayuntamientos ya tenemos a los concejales. Los técnicos deben estar en las plantillas. En las repúblicas bananeras se confunden unos con otros.

Damián Zamorano Vázquez
Estepona Información. 21.1.2012

sábado, 14 de enero de 2012

Rubalcaba o Chacón

No creo que me equivoque al afirmar que Carme(n) Chacón vencerá en su confrontación de guante blanco contra Rubalcaba y será la próxima secretaria general del PSOE. La candidata tiene dos grandes bazas vencedoras. Será apoyada de forma mayoritaria por las mujeres del partido, y por otro lado cuando algo va mal –y el PSOE va fatal- el deseo mayoritario es cambiar, y Chacón simplemente por motivos biológicos (veinte años más joven que su rival) puede ser más creíble en una campaña centrada en un cambio en el PSOE para cambiar la sociedad.

Lo que más me gusta de Chacón es su formación catalana. Ustedes me perdonarán esta confesión íntima, pero estoy convencido de que los catalanes son con mucho los españoles más serios. Y no lo digo solo con dolor de madridista tras comparar Guardiola con Mouriño, lo digo porque en lo que conozco, la medicina, lo mas serio en asistencia e investigación en España se hace en Cataluña, y no porque haya más lumbreras en ejercicio, sino porque desde hace años han cultivado potentes equipos de alto nivel e internacionalmente competitivos.

De todas formas, como voy tirando a mayor, a mi me seduce más la vieja escuela de los Guerra, Ibarra y Felipe González, y en ese lote entra Rubalcaba. Los veo más robustos, más fiables, aunque desde luego Chacón ya no es una inexperta con riesgo de hacer tonterías, y si hace experimentos los hará con gaseosa, y más que por convicción por necesidad de dar un poco de cancha a las infinitas versiones ideológicas y tácticas de la militancia socialista y progresista.

Imagino que entre ambos candidatos se establecerán algunas diferencias ideológicas, aunque sean sutiles, y en ello Chacón puede dar un discurso más a la izquierda, como le corresponde al PSOE estando en la oposición ante el rodillo del PP, y le será más fácil a la candidata dado que como hasta ahora nunca ha propuesto nada, todo lo que diga puede ser novedoso. Pero no nos engañemos, actualmente no hay discurso socialdemócrata creíble, pues no sabemos ni que está pasando hoy ni que ocurrirá mañana. La izquierda ahora solo se ocupa de salvar los muebles (educación, sanidad y algo de relaciones laborales) en el incendio de la crisis. Para lo que ahora preocupa, la economía, no hay socialdemocracia “a la española”, siendo necesario que se reformulen las propuestas prácticas de esta ideología en el seno del club al que pertenecemos, Europa, y estoy convencido de que ya nada será como antes.

Los principales problemas del PSOE son la desconexión con la ciudadanía y su débil funcionamiento interno democrático por el parasitismo de demasiados políticos profesionales mediocres. El mejor candidato a la secretaria del PSOE será el que mejor pueda acabar con estas lacras, pero ambos lo prometerán. Quizás Chacón en esto pueda ser más creíble por ser mayor el componente revulsivo de su candidatura.

La mayor diferencia entre ambas candidaturas es que Chacón sería una elección definitiva, y Rubalcaba una solución transitoria, y ambas posibilidades tienen ventajas e inconvenientes. Si gana Chacón será como cuando ganó Zapatero, todo el partido a su disposición, con la ventaja de eliminar incertidumbres, pero si se equivoca en los programas o la dirección del partido se tardará mucho en corregir los errores. Rubalcaba, por su edad, sería un secretario general de tránsito, y su misión sería la de fortalecer el PSOE, abriéndolo a la sociedad y, dado que la sociedad es plural, esta apertura supondría aceptar esta pluralidad.

Puede parecer arriesgado que el PSOE se dedique ahora al pensamiento colectivo, pero así lo hicimos la izquierda en la transición, y en el momento de la verdad tanta tormenta de ideas no perjudicó la unidad necesaria cuando se tuvieron que tomar las responsabilidades de gobierno, pues todo el proceso no creó confusión sino madurez política, y madurez será lo que hace falta para comprender este endiablado mundo que nos ha tocado vivir.

Damián Zamorano Vázquez
Estepona Información. 14.1.2012

sábado, 7 de enero de 2012

Los Reyes Magos

Dado que no me dedico a la política puedo iniciar el articulo sin mentir: los Reyes Magos son los padres. Y los padres les hacen regalos a sus hijos por un doble motivo. De un lado, por la noble satisfacción de compartir la ilusión con sus hijos, y de otro, por utilizar el invento para facilitar su educación. Todo niño sabe que la carta escrita a los reyes es papel mojado si no se porta bien. Ducharse, comerse las verduras, estudiar, no pegarse con el hermano y cincuenta mil normas más, recordadas pacientemente día a día por su madre, son el requisito imprescindible para recibir el día seis de enero como regalo la play station y no un trozo de carbón.

La táctica de los Reyes Magos es la que ha utilizado Rajoy con sus hijos: la clase media. Los ha castigado severamente. Si se portan bien en dos años les levantará el castigo, pero tienen que estar dos años aceptando las cincuenta mil normas dictadas por la jefa de mamá (una tal Merkel), que serán recordadas pacientemente por amiguitos de mamá (unos tales Montoro y de Guindos).

Los genuinos votantes del PP pertenecen a la clase media, y Rajoy los acaba de crujir. Un ejemplo sería un médico cincuentón que trabajara en un hospital público; de entrada le congelan el sueldo, le suben de forma significativa el IRPF (4 puntos), le suben el IBI (de la residencia habitual y del apartamento en la costa), le despiden al hijo mayor que es biólogo contratado con una beca de investigación, y no le contratan de por años a la hija menor que acabó magisterio y por tanto se formó para trabajar en una escuela. Otro ejemplo sería un pequeño empresario que fabrica o vende cualquier producto; quebrada su anterior empresa, quiere iniciar una nueva aventura; que el banco no le preste dinero sería el problema menor; incluso obtener fuertes subvenciones para contratar trabajadores seria un aliciente menor; el gran problema es que no tiene nadie a quien vender, pues se ha optado por una política de austeridad extrema sin estímulos al crecimiento ni al consumo, y será una víctima mas de esta anunciada recesión en la que nadie compra ni nadie vende.

Zapatero no se atrevió a atacar tan duramente a la clase media. Desde el punto de vista económico sabía que era la que movía el dinero en España y debilitarla significaba profundizar la recesión. Desde el punto de vista político se hubiera arriesgado a las caceroladas que minaron el poder de Allende en Chile, y pasó lo que pasó. Rajoy no ha tenido problema alguno, la clase media ha aceptado el castigo pues ha sido aplicado por su mamá legítima y no por su madrastra, y para los dubitativos se volvió a usar la mágica frase “la culpa es de Zapatero, que ha dejado el país en una terrible ruina económica y social”, y de nuevo todos contentos y dentro del redil, pues nada une más que un enemigo común.

Como dijo la superministra con nombre de princesa, estamos solo en el inicio del inicio. Las medidas por conocer probablemente sean más duras que las conocidas: reformas financieras (pagar entre todos las deudas de los bancos), reformas laborales (trabajar más cobrando menos, despido más barato y peores condiciones laborales) y disminución del gasto por las autonomías (o sea, en educación y sanidad).

Rajoy no es que haya cautivado a la clase media, es que la ha tomado como cautiva, como rehén. Les ha dicho que las subidas de impuestos y otras medidas que les afectan durarán solo dos años. Si todo va bien en ese momento se aflojará la presión. Será la clase media la que acepte e incluso aplauda todas las duras medidas por venir, pues saben que si se porta mal no recibirá regalo de reyes sino solo carbón. Preveo que los próximos damnificados por la crisis serán los de siempre, las clases populares, las que venden su trabajo al mejor postor, y complementan su sueldo con educación, sanidad y otros servicios públicos gratuitos, pero no serán apoyadas por la clase media, engatusada como está con los Reyes Magos.

Damián Zamorano Vázquez
Estepona Información. 7.1.2012