sábado, 31 de diciembre de 2011

Mirar al toro de frente

Cuando ustedes lean este articulo conocerán los recortes presupuestarios aprobados por el gobierno de Rajoy en el consejo de ministros del último viernes del año. Sabrán por fin si las duras medidas previstas se aplican de una vez, o se harán en cómodos plazos, retrasándose hasta después de las elecciones andaluzas la catarsis final.

Convendría nos comportáramos como adultos mirando al toro de frente, dejando de echar balones fuera culpando en exclusiva como responsables de la crisis económica a los demás, sean los codiciosos financieros o los ineptos políticos. La crisis económica es el resultado directo de la globalización, que ha permitido un crecimiento espectacular de los muy poblados países emergentes, mientras muchos países desarrollados no se adaptaban al nuevo marco económico mundial. España ha salido especialmente perjudicada por su condición de nuevo rico, pagando la novatada de esta inédita condición al vivir gastando ampliamente más de lo que producía gracias a un crédito muy barato tras la creación del euro.

Consumada la crisis puede haber discusiones en los detalles, pero no en el fondo. Se exige sin más un doble ajuste, presupuestario (gastos igual a ingresos) y de modelo productivo, dependiendo nuestra prosperidad futura de que seamos capaces de competir vía innovación con los países emergentes en un mundo globalizado.

Consumada la crisis, algunos países no han tenido capacidad alguna de reacción, y han sido directamente intervenidos por los acreedores, como es el caso de Portugal, Irlanda y Grecia. En Italia los partidos políticos han actuado con cobardía inaudita, prefiriendo un gobierno de banqueros y tecnócratas antes que asumir los políticos sus responsabilidad y dirigir los ajustes necesarios.

Personalmente me siento orgulloso de la reacción española. La nuestra es una democracia joven pero extraordinariamente madura. El PSOE de Zapatero supo estar a la altura de las circunstancias, y hacer los ajustes que había que hacer, sabiendo que era un suicidio electoral, pues la opinión publica progresista no podía estar de acuerdo con las medidas tomadas, aun intuyendo que no había alternativas. Me parecen lamentables por hipócritas los manifiestos socialistas contras las medidas de ajuste del gobierno de Zapatero, firmados por quienes gestaron con él estas medidas, en un ejercicio innoble de impostura.

El electorado español ha dado amplia mayoría al PP, intuyendo –sin conocer los detalles- que impondrá dolorosas medidas para permitir la viabilidad de nuestra economía, y este es un nuevo ejercicio de responsabilidad de nuestra ciudadanía.

Estoy convencido de que saldremos reforzados de la crisis. Estoy convencido de que los ciudadanos aceptarán –protestando- los ajustes, y de que los partidos políticos estarán a la altura de las circunstancias. Al PP le corresponde huir de los extremismos, repartir de forma ecuánime los costes de la crisis, y dejar aparcadas sine die las extravagancias fundamentalistas neoliberales. El PSOE virará a la izquierda, como corresponde estando en la oposición, pero también estoy convencido de su madurez y lealtad al país, sabiendo bien defender que no se traspasen líneas rojas contra la cohesión social, pero sin dejarse arrastrar por un fundamentalismo de izquierda mezcla de demagogia e ignorancia.

Estas reflexiones optimistas las aplico también a Estepona, pues coincido con nuestro alcalde en que remontaremos pronto el vuelo. Penoso es que algunos como Valadez crean que a alguien –salvo al juzgado- le interese la defensa de su mísera gestión, y penoso también quienes despotrican por no tener el protagonismo que creen merecer.

Una generación luchó por la democracia y la prosperidad, y logró ambos objetivos. El año 2012 será difícil, pero corresponde hacer lo que hizo aquella generación, sacrificarse y luchar para salir de la crisis y dejar un horizonte despejado a nuestros hijos. Es responsabilidad de todos.

Damián Zamorano Vázquez
Estepona Información. 31.12.2011

sábado, 24 de diciembre de 2011

La izquierda y los impuestos. 2

Como expliqué en el artículo anterior, la socialdemocracia ha aceptado la economía de mercado como fórmula más eficaz para generar riqueza. Por supuesto intenta reconducir el mercado de la forma más progresista posible: que sea sostenible, que sea honesto, que respete a los trabajadores, que actúe en beneficio de todos y no de unos pocos. Pero el mercado es el mercado, y tiene unas normas que si se violan, aun desde la buena voluntad, puede producir resultados fatales. Además la integración de España en el euro limita la capacidad local de actuar, impidiendo por ejemplo en este momento aumentar el gasto público para estimular el crecimiento, dado que ésta no es la decisión mayoritaria de Europa. Por último se necesita crecimiento económico para atajar el paro, y la competencia de la izquierda en este aspecto no la da la brillantez de su discurso, se mide por boletines estadísticos.

La izquierda se afana pues, como la derecha, en procurar que se cree riqueza, pero su lucha por la solidaridad y la igualdad obliga a redistribuir la riqueza, y esto se realiza fundamentalmente vía impuestos. Conozco poca gente que se queje de pagar impuestos, pero sí conozco mucha gente que lamenta el mal uso que se hace de sus impuestos, y creo que este tema explica por qué una nutrida proporción de las clases medias han rechazado la socialdemocracia. No nos engañemos, el alto nivel de impuestos de las sociedades avanzadas es un invento de la izquierda, y si ésta no es cuidadosa con su gestión simplemente la gente rechazará esta vía de redistribución de la riqueza, y se acabó la izquierda.

Primer problema: el fraude. Los impuestos de izquierdas son los directos y los progresivos, pagando más quien más tiene. El problema es que el fraude fiscal y la economía sumergida son tan potentes que incluso algunos prefieren, en caso de subir, que se suba el IVA, para que al menos contribuya el que consuma y no el de siempre, el único que no pueden defraudar, el que tiene una nómina.

Segundo problema: el despilfarro. Es inconcebible la enorme cantidad de dinero público que no se traduce en un bien o un servicio. Tener tanto incompetente en labores de gestión es un lujo que no nos podemos permitir.

Tercer problema: el subsidio no justificado. Redistribuir riqueza es promocionar y proteger a los más débiles, pero no mantener defraudadores. Eso es insolidario, como insolidario por fraudulento puede interpretarse tanto subsidio de paro pagado en la época de las vacas gordas, cuando había que importar a marchas forzadas millones de emigrantes pues faltaban manos para trabajar en España.

Cuarto problema: mala calidad de los servicios públicos. Para la izquierda es vital que servicios como sanidad y educación sean accesible a toda la población, y se trate igual a todos los usuarios, independiente de sus ingresos. Pero también es vital que estos servicios sean de calidad, pues en caso contrario las clases medias los abandonarán y pedirán el reintegro de sus impuestos para buscarse las habichuelas por su cuenta, y volveremos a una sanidad y educación para ricos, otra para menos ricos y por último, la beneficencia para pobres

Ser de izquierdas en el siglo XXI no es tener una bonita labia en los discursos, ni mucho menos ser campeón en la demagogia, ser de izquierdas es una mezcla de ser defensor de la solidaridad y la igualdad como valores irrenunciables, y a la vez ser sumamente competente, incluso a nivel técnico, en la gestión de lo público, tanto en impulsar el crecimiento económico como en saber gestionar lo más eficaz posible los impuestos que la sociedad ha decidido. Malgastar dinero público es un acto reaccionario. Hacer política desde la ignorancia es una irresponsabilidad. Al igual que los corruptos deben ir a la cárcel, los incompetentes nunca deben gestionar bienes públicos. Si la izquierda no se esmera en una gestión eficiente de lo público gestionarán los banqueros … ya han empezado.

Damián Zamorano Vázquez

Estepona Información. 24.12.2011

domingo, 18 de diciembre de 2011

Socialistas hoy

Esta mañana ha tenido lugar en el centro cívico de Málaga una asamblea de militantes críticos del PSOE para debatir la situación del partido y asistir a la presentación oficial de la corriente “Socialistas Hoy”.

“Socialistas Hoy” esta encabezada por un abogado de larga militancia socialista, José Aurelio Aguilar (Josele), que en su momento fue vicesecretario general del PSOE de Málaga.

Desde instancias oficiales del PSOE se había demonizado esta reunión (“El que no esté en esa línea y acuda este domingo a un debate estéril en el Centro Cívico es un irresponsable político”, dijo un cargo socialista el día anterior) por lo que puede asegurarse que todos los asistentes (muchos, el salón estaba abarrotado) eran verdaderos críticos (descontando espías). Asistieron antiguos pesos pesados del PSOE hoy en el ostracismo, pero los únicos protagonistas del acto fueron José Aurelio Aguilar y Diego Martín Reyes, como oradores, y por supuestos los que quisieron intervenir en el turno libre de palabras que se habilitó.

La reflexión mas importante fue animar a militantes y simpatizantes a dar lo mejor de si mismo para conseguir que el PSOE, con Pepe Griñan a la cabeza, gane las próximas elecciones autonómicas.

Pero era importante hacer autocrítica de la amplia derrota electoral del PSOE de Málaga en las elecciones municipales y nacionales. La crisis ha influido, pero la brutal perdida de votos progresistas (que, por cierto, no han ido a la derecha), refleja un peligroso distanciamiento del PSOE de las clases populares y medias de las que el PSOE nace, y a las que el PSOE pretende representar defendiendo sus interés.

Se requieren cambios para crecer –y yo añadiría para no hundirse- y no hay que esperar el cambio para cambiar, pues el cambio no es solo la meta, el cambio es también el camino para llegar a la meta.

La propuestas son de aplastante lógica: democratización del partido, listas abiertas, voto directo de los cargos, formulas de integración en las discusiones y decisiones de los simpatizantes, abrir el partido a la sociedad, captar e impulsar a los mejores, ser competentes, y por supuestos ética y honestidad como divisa innegociable. Sensibilidades ideológicas dentro de la familia socialistas hay muchas, unas mas a la izquierda y otras mas al centro, pero el referente común es de ser defensores de la solidaridad y la igualdad en la sociedad del siglo XXI. Añado de mi cosecha que si el PSOE no logra ser representante legitimo de las clases populares y medias, incluyendo las clases urbanas, el error no debe venir de la ciudadanía, sino de un aislamiento de la realidad del PSOE.

He salido contento de la reunión, pero personalmente me parece todo es demasiado doloroso por absurdo. Heredia y Conejo han fracasado de forma estrepitosa, y no por la perdida brutal de votos, es que se han cargado el partido en Málaga. Griñan debería de imponerse y decretar un alto el fuego. Griñan debería pedir a Heredia que dimitiera, se creara una gestora de consenso, y se aparcaran todas las diferencias, incluso las legitimas, para concentrarnos en las elecciones autonomicas. Desde luego esto no es incompatible con que desde ya en el PSOE seamos veraces, democráticos, competentes, integrados en la sociedad, honestos y éticos, y es que estos elementos para el cambio forman parte del ADN del PSOE desde su fundación en el siglo XIX

sábado, 17 de diciembre de 2011

La izquierda y los impuestos. Primera parte

La raíz del socialismo está en el análisis económico marxista: los propietarios de los medios de producción (los capitalistas) pueden abusar de la masa que carece de estos medios (el proletariado), apropiándose de gran parte de la riqueza obtenida en el proceso productivo (la plusvalía), perpetuándose la injusta estructura de clases, con los capitalistas cada vez más ricos y los trabajadores cada vez más explotados.

La solución a esta injusticia es bien simple: los trabajadores deben apropiarse de los medios de producción, creando una sociedad igualitaria que además sería infinitamente más prospera, pues la producción se orientaría de forma científica al beneficio de la humanidad y no de unos pocos. Tal acción tendría que ser violenta, pues los capitalistas no se dejarían arrebatar los medios de producción por las buenas, y se tendría que imponer –a la espera de un futuro idílico anarquista- la dictadura del proletariado para aniquilar a los saboteadores del proceso. Tal experimento social se realizo inicialmente en Rusia, luego en muchos otros países, y culminó en una sociedad esclavista, en la que un Estado represor y omnipresente se apropiaba de los beneficios del trabajo de toda la población, destruyó el bien más preciado del hombre –según un canto anarquista- que es la libertad, y además el modelo económico se mostró que era inviable, culminándose, tras constatarse el fracaso, con el giro radical al capitalismo salvaje en los países más importantes donde había triunfado este experimento social: Rusia y China. Aún quedan caricaturas residuales de la degradación estalinista en Cuba, pero al invento le queda de duración lo que dure la vida de dos hermanos ancianitos.

Contrario a esta acción socialista revolucionaria, en Europa occidental, donde estaban los países capitalistas avanzados, se impuso un modelo socialista moderado, que aceptaba las reglas del juego de la democracia, y que vino a llamarse socialdemocracia. Pretendía transformar la sociedad de forma progresiva, domesticando desde dentro al monstruo, e ir dulcificando poco a poco el capitalismo hasta superarlo. Dado que el terreno de juego del capitalismo es el mercado, la estrategia de la socialdemocracia era transformar el mercado corrigiendo sus defectos, y en esa tarea se aplicó.
Fiel a su raíz socialista la socialdemocracia también intentó, cuando obtuvo poder, tomar el dominio público de los medios de producción, al menos en la banca, transporte, energía y otros sectores estratégicos. Pero estas nacionalizaciones fracasaron y, a veces con convencimiento, a veces con resignación, la gestión de todos estos sectores fue devuelta al mercado, incluso en lo posible procurándose la desregulación y la competencia para conseguir la mayor eficiencia productiva, de acuerdo con las reglas sencillas del mercado.

Otra forma de colectivizar los medios de producción era impulsar las cooperativas de trabajadores, y aún es un modelo propuesto por defensores de las esencias socialistas. El problema es que como modelo cooperativista potente a nivel mundial solo puede citarse la experiencia de Mondragón, lo que hace sospechar que las cooperativas fracasan cuando compiten en el mercado, presumiblemente por carecer del elemento dinamizador del mercado, el empresario. Si la corporación Mondragón ha triunfado hay que atribuirlo a que los vascos son de otra pasta, con las genes necesarios y en proporción correcta para emprender y cooperar.

La socialdemocracia se aplica a muchas tareas, pero desde el punto de vista económico su misión de transformar la sociedad en busca de la igualdad y la justicia social se centra fundamentalmente en la redistribución de la riqueza vía impuestos, aceptando cada vez más, para generar riqueza, las reglas del mercado capitalista. Pero si no se genera riqueza no hay reparto, y esta es la causa de la profunda crisis actual –en ideas y programas- de la socialdemocracia. Continuará.


Damián Zamorano Vázquez
Estepona Información. 17.12.2011

sábado, 10 de diciembre de 2011

De como Tomas Gomez sera secretario general del PSOE

A mi me parece que la evolución política en España será calcada a la que sufrió el Reino Unido

. La crisis de 1973 mostró las debilidades de la izquierda (el laborismo) británica: en la crisis el Estado de Bienestar es difícil de gestionar (sin ingresos no hay reparto), y además todo sistema con los años genera abusos e ineficacias que hay que reconducir, y esto lo hace mejor la oposición

. En este contexto una política neoliberal conservadora pura y dura, de nuevo cuño, Margert Tatcher conquista el poder en 1979 y mantiene la hegemonía conservadora durante muchos años, hasta 1997

. En un primer momento los laboristas viran a la izquierda, alejándose cada vez mas de los deseos de la opinión publica, cosechando repetidos fracasos electorales

. Coincidiendo con el lógico desgaste conservador (después del estrés todos quieren calma) un político laborista atípico, Toni Blair, inventa la llamada tercera via, en esencia un viraje del laborismo a la derecha, adaptando la ideología a los estudios sociológicos que mostraban los deseos de las amplias clases medias. Blair arrasa en el 1997 y se mantiene la hegemonía laborista hasta la actual crisis de 2008.

. Blair es odiado por la mayoría de la izquierda española, y tienen como excusa su contribución a la guerra de Irak, pero eso nada tiene que ver con el fondo de su tercera via, sobre la que hay menos argumentos de peso en contra, salvo los mas radicales. No ayuda que Tatcher dijera que Blair había sido su mejor alumno, lo cual no es del todo incierto si se entiende como alumno a alguien que es capaz de conectar con los deseos mayoritarios de la población incluso traicionando dogmas izquierdistas


En España:

. La crisis del 2008 deja al descubierto las debilidades de la socialdemocracia (lo explicaré en un articulo en Estepona Información), e imposibilita al PSOE de forma objetiva, haga lo que haga, mantenerse en el gobierno.

. Un político atípico Rajoy logra pues gobernar con mayoría absoluta. Rajoy es muy atípico, no levanta pasiones, no se le conoce ideología definitiva salvo un deje demócrata-cristiano si eso fue ideología, pero era el político del momento. La alternativa neoliberal, Esperanza Aguirre, la digna heredera de Aznar, no era viable, pues la sociedad española esta aun algo virada a la izquierda.

. Con el triunfo del Rajoy preveo que en el PSOE gane el giro a la izquierda que en cualquier caso sale gratis pues sin gobernar se puede decir lo que se quiera. Para ello hay que desprestigiar a los moderados del PSOE, a los comprometidos con el Zapatero de las medidas de austeridad, entre ellos Rubalcaba, y como mentores Felipe Gonzalez, Almunia y Solana entre otros. Si este desprestigio gana adeptos de forma mayoritaria, y en esto se aplicaran cada vez mas, el próximo secretario del PSOE será Tomas Gómez.

. Con este giro a la izquierda el PP cosechara mayorías absolutas durantes bastantes años, hasta que de nuevo surja en el PSOE otra tercera via que aparque los dogmas y pregunte a las amplias clases medias (que incluye la mayoría de la clase trabajadora) que modelo social quieren. No tengo ni idea de cómo será la situación social en ese momento, pues los cambios son tan vertiginosos que es impredecible hacer pronósticos, pero en esencia será lo de siempre: tras el estrés se deseara calma.

Resumen de mi pronostico: Tomas Gómez secretario general del PSOE, y larga vida al PP gobernando

La segunda transición

La transición española se inició con la reinstauración de la democracia, y culminó con la integración europea bajo el largo gobierno de Felipe González. La etapa de Aznar supuso una simple continuación del proceso, aplicando las medidas económicas necesaria para el ingreso en el euro.

En el momento actual se ha comprobado que la integración económica en Europa ha resultado fallida, y solo cabe salirse del euro, con un coste impredecible, o aceptar las reglas del club. En este contexto España se enfrenta a una segunda transición, con el reto fundamental de cambiar nuestro modelo productivo.

Siendo estudiante universitario, en los efervescente años 70, quedé cautivado por un libro de la escritora marxista Marta Harnecker: “Los conceptos elementales del materialismo histórico”. Era un librito fácil de entender, y suponía el equivalente de la piedra filosofal de la alquimia, en este caso entendidos los conceptos se tenía la prodigiosa facultad de poder opinar de todo, de lo más simple a lo más complejo, sin necesidad de ulteriores estudios o consultas. Transmutaba de forma mágica la ignorancia o el atrevimiento en una opinión cierta sin discusión alguna.

Tardé poco en curarme de este sarampión de simpleza mental, y con los años he aprendido aún mucho más que todo tiene ventajas e inconvenientes, que una opinión formada es un complejo conocer, balancear y finalmente concluir. Esto no supone escepticismo, pues la conclusión final puede ser muy firme, pero solo es fundada si se evitan los tramposos atajos.

Al igual que en la primera, en esta segunda transición se deben tomar decisiones controvertidas, y esto creará agitación, no sé si en la calle, pero sí seguro en nuestra mentes, y convendría tener unas herramientas apropiadas para poder elaborar y culminar nuestras opiniones con criterio.

Lo primero para poder opinar es estar informado, y esto es hoy día más fácil gracias a esa inmensa enciclopedia viva que es Internet. Luego ayudaría conocer la opinión de otros, pero este punto topamos con el arraigado sectarismo mental de políticos, medios de comunicación y grupos de presión. Ni siquiera ayuda demasiado la opinión de profesionales del tema, por ejemplo de economistas, que por motivos que mi ignorancia me impiden comprender discuten sin rubor en la supuesta interpretación científica de los problemas y las soluciones.

He decidido pues volver a la cuentas de la vieja, y preparar mis propias herramientas para poder analizar las controvertidas decisiones que pronto inundaran los medios de comunicación y agitarán mentes y almas de los ciudadanos.

Mi punto de partida es que aunque a corto plazo el principal problema de España es el paro, a largo plazo nuestra viabilidad como país prospero depende de aumentar la eficiencia y la productividad, tanto en el sector publico como privado. Si solo existiera Europa el problema no sería tan grande: Alemania fabricaría coches obteniendo elevadas plusvalías, y nosotros nos dedicaríamos a servir cerveza a los turistas alemanes, y a cultivarles tomates. Pero en un mundo globalizado ni siquiera vale este resignado servilismo, si no mejoramos la competitividad de nuestra económica, incluso otros países mas productivos pueden hundirnos el turismo y la verduleria.

Las medidas que mejoren nuestra eficiencia económica me parecerán pues adecuadas, pero con dos condiciones. La primera, que no deterioren la cohesión social, entendida esta como que las personas decentes, honradas y trabajadoras puedan llevar una vida digna y feliz. La segunda condición es no aceptar medidas que simplemente permitan beneficios desproporcionados y antisociales de los grupos de presión y poder, sean políticos, banqueros, empresarios, sindicatos, obispos, vagos o simplemente corruptos.

Resumiendo, lo fundamental es hacer la tarta, para lo que hay que trabajar duro, pero simultáneamente hay que procurar un reparto justo de la tarta, y no que se la coman los de siempre.

Damián Zamorano Vázquez

Estepona Información. 10.12.2011

sábado, 3 de diciembre de 2011

Tiempos difíciles

Cuando al desayunar leo los titulares de prensa sobre la situación económica me preocupo. Cuando ya por la tarde, con más tiempo, profundizo en el tema, leyendo en Internet las opiniones de los economistas profesionales, entonces me aterro. Cuando antes de dormir consulto con mi almohada y me doy cuenta de la inmadurez político-cívica de mi país, entonces duermo con pesadillas.

Respecto a cómo salir de la crisis, confieso que solo sé que no sé nada. Prestigiosos economistas keynesianos, encabezados por los premios Nobel Krugman y Stiglitz, aseguran que la senda de la austeridad es el camino al suicidio económico y social, y que solo con políticas expansivas públicas que estimulen la inversión y el consumo podremos salir de la crisis, estimulando el crecimiento económico y por tanto creando empleo e ingresos a las maltrechas arcas públicas. Angela Merkel dice que nanay de la china, primero hay que pagar lo que se debe, y además esta austeridad virtuosa será bendecida por los mercados en forma de generosos inversionistas y préstamos a bajo interés, y en tres días se acaba la crisis. Rajoy dice estar en la línea de Merkel, pero a los economistas incluso liberales no se les escapa que, o disminuyen la dosis de ese purgante llamado austeridad, o los pacientes –España y el euro- fallecen tras el despeño diarreico.

Otra cuestión es quien va cargar con los costes de la crisis. Es evidente que lo harán los pobres y las clases medias, sea cual sea el escenario, pero interesaría saber si los ricos también pagarán algo, o simplemente aprovecharán las crisis para hacerse aún más ricos. Rajoy lo primero que ha hecho tras su victoria es reunirse con banqueros y grandes empresarios, y para cualquier alma cándida es lo lógico, son los dueños del dinero y del empleo, y por tanto son los primeros a convencer de su colaboración. Me malicio que le sale más natural a Rajoy meter un camello por el ojo de una aguja que subir los impuestos a los ricos.

Algunos analistas prevén una fuerte contestación social cuando Rajoy exponga sus medidas de recortes y reformas. Tengo mis dudas, pero desde luego el PP se ha ganado a pulso los feos adjetivos que recibirá por su demagógica actitud en los últimos años.

Por una parte el PP ha sembrado odios por puro interés partidista. Es lógico que esté en contra de la gestión de Zapatero, y se puede ser muy crítico con él, pero para eso no hace falta perder la educación. Las gruesas palabras contra los socialistas son de cara a la galería – que luego todos toman cañas juntos-, pero han calado en muchos españoles que han hecho bandera de ese odio visceral al oponente, como puede comprobarse en cualquier conversación en el mercado o en el bar. Cuando el PP tenga que aplicar medidas dolorosas el odio será contra ellos, y solo pido que los socialistas de bien –que los hay, y muchos- no caigamos en esta trampa de aumentar la crispación de forma artificial para mejor beneficio electoral.

El otro error del PP, que ha compartido con el PSOE, ha sido su negativa a la labor pedagógica que deberían tener los políticos, explicando a la ciudadanía la verdad de lo que ocurre. Para salir de la crisis habrá que pagar un alto precio, da lo mismo que gobierne el PP o el PSOE, pero el PP ha convertido todo en una lucha entre buenos y malos, y esto es una simpleza para consumo de simples.

Yo me hubiera enfrentado a estos tiempos difíciles simplemente dejando claro a ciudadanía dos cosas:

1.-Cada cual debe hace lo mejor posible su trabajo, o no tendremos futuro como país; es decir, responsabilidad social o miseria.

2.- Sean cuales sean las circunstancias y la dureza de las medidas a tomar, ningún español será abandonado a su suerte, la pobreza nunca estará subordinada a consideraciones macroeconómicas.

Espero que la mayoría de los españoles estén a la altura de los tiempos difíciles que se avecinan, lo que equivale a decir que sean mejores que sus políticos.


Damián Zamorano Vázquez

Estepona Información. 3.12.2011

sábado, 26 de noviembre de 2011

La conjura de los necios

Viendo la distribución de escaños del próximo parlamento, con amplia mayoría absoluta del PP, parecería que el avance de la derecha en apoyo popular ha sido brutal. No es el caso, Rajoy ha obtenido incluso algunos votos menos que obtuvo Zapatero en el 2008, y nadie habló en su momento de una victoria apoteósica del PSOE. Lo que ha ocurrido en las elecciones del 20-N es simplemente que el PSOE se ha hundido.

La debacle del PSOE es el resultado de la cruel y prolongada crisis económica. Pero esta es solo una explicación parcial. El PSOE era desde hace años un zombi que solo se sostenía por las rentas que da el poder, y toda su actividad interna era una lucha no disimulada por obtener las prebendas que quedaban del poder que quedaba. Se acabó el poder, se acabaron las prebendas, pero hay un serio riesgo de que se mantengan en lo que queda del PSOE los peores de la casa, hasta la extinción final de este partido histórico. La renuncia a dimitir de los secretarios local y provincial del PSOE, señores Valadez y Heredia, hace pensar que efectivamente los necios se conjurarán para seguir probando turrón, imitando en el título y en el fondo la patética pero hilarante novela de John Kennedy Toole.

Un PSOE zombi, destinado a hacer la travesía del desierto, es el mejor regalo que se le puede hacer a la derecha, y la mayor traición posible a la izquierda. No creo que Pablo Iglesias creara el PSOE para esta triste agonía. El PSOE tiene la obligación moral de renovarse de forma total, y tres son las palabras claves en este proceso: lideres, ideas y democracia.

Después de todo lo que ha llovido, los únicos lideres reales del PSOE son Felipe González y Alfonso Guerra, pero ambos son demasiado mayores para cualquier proceso de renovación. No se conoce en la actualidad ningún líder para el futuro PSOE, y dado el caso lo mejor es no improvisarlo. Es absurdo crear un líder artificial, lo mejor es simplemente aupar al poder interno a unos buenos gestores del proceso de renovación. Con tal de que sean inteligentes y honestos basta para lo que ahora se precisa.

Las ideas propias del PSOE son las de la socialdemocracia y, en teoría, es muy fácil tener un cuerpo doctrinal sólido socialdemócrata cuando se está en la oposición. Pero hay un grave riesgo de caer en la impostura. Zapatero ha tragado –a su pesar- demasiado del cáliz de la impostura, de tener un programa político y aplicar lo contrario gobernando. La socialdemocracia ahora no tiene discurso, entendido como tal algo que se promete desde la oposición pero también se cumple desde el gobierno, y lo que no se tiene hay que crearlo. Y hay que crear desde la realidad sociológica, no desde el talibanismo ideológico. Es sorprendente que en cada campaña electoral se reproducen las críticas contra la salvaje derechización del PP en Madrid y Valencia, destruyendo –dicen- educación y sanidad pública, para luego comprobar como en cada elección los populares derrotan una y otra vez ampliamente a los socialistas. Sea como termine siendo el discurso socialdemócrata, o representa también los intereses de sectores amplios de las clases medias, o será el discurso de un eterno partido decente pero marginal, y para eso ya está IU, para eso no hace falta PSOE.

Pero la palabra clave en la renovación del PSOE es democracia. La dictadura, como la practicada por Valadez en el PSOE de Estepona, es moralmente perversa, y sus resultados son nefastos, como el mismo PSOE ha comprobado en sus carnes. El PSOE pretende ser el partido de los trabajadores, y lo único que tiene que hacer es ir del dicho al hecho. El PSOE debe estar donde están los trabajadores y los ciudadanos, en sus puestos de trabajo y en sus asociaciones cívicas, aceptando también su pluralidad en el análisis de sus problemas y soluciones. De la misma forma el PSOE debe nutrirse de trabajadores reales, sean militantes o simples simpatizantes, no diseños de despacho criados a base de mala leche

Damián Zamorano Vázquez

Estepona Información. 26.11.2011

viernes, 25 de noviembre de 2011

Una derrota dulce

Le estoy dando vueltas a una idea que, curiosamente, a nadie he visto presentar.

La consolidación fiscal, que incluye austeridad y reformas, es una obligación para estar en el euro. La alternativa es salirse del euro y arriesgarnos a un corralito u otros males peores.

Los recortes y reformas a realizar para la consolidación fiscal, aun siendo aceptados por los dirigentes socialistas, nunca serian aceptados por su bases. Los recortes salariales a funcionarios y la congelación de pensiones son pecata minuta comparado con las medidas que hay que tomar a corto plazo para la consolidación fiscal.

Los dirigentes socialistas no tenían plan B, y de hecho las propuestas de Rubalcaba (impuesto a las grandes fortunas, impuestos al tabaco y bebidas alcohólicas de lata graduación) eran absolutamente insuficientes.

El escenario era un PSOE que es su cúpula sabia que tenia que tomar medidas duras, pero que era imposible que estas medidas fueran aceptada por su electorado. Perder las elecciónes ha sido al final una derrota dulce.

En este contexto las prisas por hacer un congreso me parecen inadecuadas, pues con prisas no puede madurarse un programa creíble. Y no es fácil un programa creíble. Para la mayoría de los socialistas que conozco hay que dar un giro a la izquierda, y me parece muy bien, pero que me expliquen que hacemos con el euro. Para los ministros del gobierno de Zapatero que sigan en política me gustaría me explicaran cual seria el mejor programa político del PSOE para este difícil escenario político y económico. Creo que quien mejor lo podría explicar es Felipe González, pero habría que explicar todo, lo bueno y lo malo, que si no pasará como últimamente, que dirigentes y bases jugaban a cosas distintas.

Otro motivo para no precipitarse es que al final las líneas de actuación del PSOE las impondrá el PP, la reacción de la calle, Merkel, la situación financiera, los mercados y sobre todo el tiempo. Demasiados condicionales para que nadie pueda saber ahora mismo que es lo correcto a proponer, por muy claro que se tengan los principios

jueves, 24 de noviembre de 2011

A propósito de la unidad

El descalabro del PSOE en las elecciones municipales y autonómicas debe suponer un punto y final de una praxis y unas formas. Se impone la renovación a fondo del PSOE, y en esto probablemente todo el mundo estaría de acuerdo.

Sn embargo en Andalucía tenemos un problema muy serio, la posibilidad de perder las próximas elecciones autonómicas.

Como militantes socialistas responsables no debemos tener ninguna duda. Todos los esfuerzos deben ir dirigidos a ganar estas elecciones. Incluso si hay que tragar sapos, se tragan, se guardan en el estomago, y se regurgitan tras las elecciones. En este sentido se acepta la llamada a la unidad bajo el liderazgo de Griñan. Nada que objetar.

Si embargo se esta actuando de la forma mas torpe posible para –no- conseguir esta deseada unidad. Me explico

El secretario del PSOE de Málaga, Miguel Angel Heredia, esta muy desprestigiado, siendo rechazado por gran parte de la militancia.

La postura que ha adoptado el PSOE es forzar la unidad manteniendo en su puesto de liderazgo a Miguel Angel Heredia. Esto no va calmar el descontento, como mucho lo disimula. Esto no va a atraer a mas activismo de militantes u simpatizantes de cara a las elecciones, simplemente va a permitir a los descontentos se marginen de la acción, y con estos mimbres ya se han perdido dos elecciones.

Si la espina es la dirección, y es la única espina, me parece mas inteligente eliminar la espina, sin daño para nadie, y sin esta merma conseguir, sin heridos ni dañados, de verdad la unidad y el entusiasmo de la militancia. Y esto puede conseguirse tan fácilmente como:

1. Dimisión de Miguel Ángel Heredia, sin mas explicaciones, simplemente se aparta de la primera línea por responsabilidad con el partido.

2. Creación de una gestora que aglutine las distintas sensibilidades del PSOE de Málaga

3. Todos, gestora y militantes, hace piña en torno a Griñan con el único horizonte de intentar ganar las elecciones autonómicas

Es muy fácil hacer piña cuando no hay un contencioso. Mantener el contencioso Heredia me parece una torpeza que perjudica el objetivo: la unidad y multiplicar la capacidad de acción

sábado, 19 de noviembre de 2011

Patriotismo

La crisis que padecemos es debida a la inconsciencia inocente de muchos, viviendo años por encima de sus posibilidades, endeudándose indebidamente, y a la codicia de unos pocos especulares que realizaron la estafa financiera simplemente para ganar mucho dinero.

De la crisis solo saldremos con sacrificio, cohesión social y patriotismo.

De los sacrificios no se ha hablado en la campaña electoral: resta votos. Es increíble cómo los políticos odian la pedagogía, sabiendo que luego el personal se enfada cuando termina conociendo la verdad.

El PSOE no ha aprendido eso de que mentir es un error: no se puede decir que hoy no hay crisis y que además mañana habrá brotes verdes. Insistiendo en su error, plantea unas propuestas sin fundamento, apelando a travestirse de Robin Hood, a camelarse a la Merkel, y a la subida del precio del tabaco, medida que por cierto aumentará el dinero circulante –como quiere el PP- vía contrabando.

El PP nos ha contado el cuento de la lechera, primero cogí confianza, con ésta obtuve inversores, con estos creé empleo, con él aumenté mis ingresos, y con ello baje los impuestos. Sería para asustarse si a las primeras de cambio se rompe el cántaro. El programa electoral del PP no es tan lelo, es otro, es generar las condiciones objetivas para que los inversores ganen mucho dinero, y eso tiene sus cosas buenas y malas, como todo en este mundo.

Sin cohesión social no hay salida adecuada del crisis. Y no es solo un imperativo moral, es de sentido común. Los que crean que pueden ser felices siendo ricos con una base social empobrecida se equivocan, gastarán todo su dinero en alambradas para sus casas y vigilantes para sus insumisos trabajadores.

A falta de dinero público, la salida de la crisis se contempla por una combinación de inversión privada y esforzados empresarios que sepan utilizar estos recursos para generar riqueza. El objetivo de un empresario es ganar dinero, y aquí entra el concepto del patriotismo. Ganar dinero es lícito, pero hacerlo a costa de los intereses generales no. Es fundamental que los empresarios se atengan a los códigos de buena conducta, tan fundamental como que los poderes públicos sean inflexible con los corruptos, timadores, cartelistas, simples especuladores y explotadores de sus asalariados.

Los ciudadanos serán patriotas, es decir, buscarán en sus actos también el bien común, y se atendrán a los sacrificios, siempre que vislumbren un futuro mejor y compruebe que los otros agentes también se aplican esta tarea. En este contexto la responsabilidad de los políticos es fundamental.

La valoración de los políticos por la ciudadanía es muy mala, como no podía ser de otra manera. La cosa va mal, pero ellos dan la sensación de preocuparse más de sus cuestiones particulares que de arreglar la situación. Esto puede ser solo una sensación, pero también hay datos de que, en ocasiones, intereses bastardos partidistas destrozan el bien común. Un ejemplo notable es la actitud antipatriótica del PSOE de Málaga, que ha consentido el destrozo continuo de las arcas municipales de Estepona durante el mandato de Valadez. Si fueran patriotas todos estos dimitirían el 20 N. Me temo que habrá que echarlos a la fuerza.

Deseo a quien gane las elecciones del 20 N que obtenga un rotundo éxito en su gestión, y lo deseo, por qué no decirlo, sobre todo por mi bolsillo y el de mis hijos. Una encuesta de opinión ha revelado que los votantes socialistas no tienen miedo a un eventual triunfo del PP, y me incluyo en este grupo, pero si tengo miedo de que un triunfo del PP se acompañe de un PSOE marginal en efectivos y sobre todo en ideas. En política siempre es importante un contrapeso, una oposición con tanta o más categoría que el gobierno. El problema no es que una opción lapide en elecciones a la otra, el problema es que los perdedores se instalen en la mediocridad demagógica y obstruccionista, y el caso de Estepona es ilustrativo.

Suerte a todos para el 20 N.

Damián Zamorano Vázquez

Estepona Información. 18.11.2011

sábado, 12 de noviembre de 2011

Austeridad y reformas

Confundir conceptos es la formula infalible para vivir en la confusión y convertir las discusiones en diálogos de besugos. En la crisis que nos ha tocado vivir, hay dos palabras que se repiten a diario, austeridad y reformas: muchos confunden ambos términos, cuando nada tiene que ver uno con el otro.

Definiendo –un poco forzadamente- austeridad como gastar menos por no tener dinero, obviamente no es una virtud, sino una desagradable necesidad. Es lo que le ocurre a muchas familias cuyos mermados ingresos no le permiten llegar a fin de mes, y tiene que hacer recortes incluso en gastos claramente razonables. Es el gran problema del Ayuntamiento de Estepona que, ahogado por deudas y un inaceptablemente alto porcentaje del gasto en el capítulo de personal, apenas dispone de dinero corriente para mejorar la calidad de los servicios, ni mucho menos para realizar inversiones productivas como demandaría un municipio que aspira a salir de la crisis atrayendo al turismo de calidad, creando a la vez necesarios puestos de trabajo.

España esta aplicando una severa política de austeridad, obligada por Europa, siendo el objetivo pagar deudas pasadas y evitar deudas futuras. Gusten o no estas medidas tienen que ser adoptadas gobierne quien gobierne, sea PSOE y PP, por ser muy estricto el porcentaje de déficit público que se permite cada año. Y esta austeridad a nadie puede gustar pues, gobierne quien gobierne, supone disminuir gastos en prestaciones sociales (educación, sanidad, dependencia, ayudas a parados, etc.). Además, esta obligada austeridad extrema imposibilita el crecimiento económico e inhabilita al Estado como generador de estímulos económicos, acentuando nuestro principal problema, el paro, y obliga a aumentar la austeridad, empeorando aún más el problema. Es un perverso circulo vicioso. Convendría que el próximo presidente del gobierno tuviera la talla política necesaria para saber defender ante Europa nuestros intereses.

Por el contrario reformar lo que va mal es una virtud, obligada en tiempos de crisis, pero necesaria también en época de bonanza. De cómo se apliquen estas necesarias y benditas reformas va a depender la futura prosperidad de nuestro país. Cuatro reformas se me antojan imprescindibles:

1. Redefinir el papel del sector publico. Solo debe realizarse lo que es necesario y además debe realizarse de forma eficiente (la mejor calidad al menor coste). Si hay que aplicar la tijera a diputaciones y televisiones partidistas, por poner solo unos ejemplos, aplíquese con rigor y sin remordimientos.

2. Aumentar la productividad laboral, pero no a la manera de los mundos subdesarrollados, a base de contratos y salarios basura, sino copiando los modelos de los países más prósperos, en los que el denominador común es el acuerdo entre sindicatos y empresarios y no la defensa numantina de intereses corporativos.

3. Consolidación fiscal, con ingresos ajustados a gastos.

4. Cambiar el modelo productivo, huyendo del crecimiento basado en burbujas especulativas, como nos pasó con la construcción, y de la simple depredación del medio ambiente. Obviamente esto requiere también invertir en los sectores productivos del futuro, basados en el conocimiento y la excelencia.

Estas reformas no tienen un cariz político definido, son necesarias gobierne PSOE o PP. Su objetivo es permitir un horizonte de prosperidad que, en un mundo irreversiblemente globalizado, solo es posible si somos un país competitivo, fiable y seguro, en el que merece la pena invertir. Seria bueno no confundir las dolorosas medidas de austeridad con las necesarias reformas, y que al menos lo básico esté en el horizonte común de los principales partidos políticos. Hay muchos intereses contrapuestos entre los más y los menos favorecidos en la sociedad, y por tanto la lucha política necesariamente seguirá viva, pero si nos cargamos la gallina no habrá huevos para repartir, ni de oro ni de hojalata.

Damián Zamorano Vázquez

Estepona Información 12.11.2011

sábado, 5 de noviembre de 2011

Sabios y curanderos

Hace años, en un rally turístico en el sur de Marruecos, uno de nuestros coches tuvo una colisión con un vehiculo conducido por marroquíes. Como médico atendí a los heridos, y una chica marroquí claramente tenia una fractura de antebrazo. Me ofrecí a llevarla al hospital más cercano, pero la chica se negó. A su entender los médicos locales eran unos negados, de seguro la dejarían lisiada, y prefería acudir al curandero local, un manitas recomponiendo lo roto. A decir verdad, nuestra medicina oficial antigua también tenia sus crisis de confianza, cuando los galenos aplicaban sin más lavativas o sangrías para todas las enfermedades, desde la tisis al mal de amor.

Me da la impresión de que los sabios economistas actuales están al mismo nivel de despiste que estaban los médicos del periodo pre-científico. Para algunos lo importante es la austeridad para librarnos de las deudas acumuladas, y luego seremos felices y comeremos perdices. Para otros, de la crisis solo se sale aumentando el consumo privado y el gasto publico, generando empleo, y las deudas se arreglan dándole a la maquinita de hacer dinero, que haciéndolo con inteligencia tampoco generaría una inflación peligrosa.

Claro, todo depende del color del cristal con que se mire. A ojos de un alemán, escarmentado por la historia de los desastres provocados por la hiperinflación, en un país con un paro tolerable y unas relaciones laborales estables, un estancamiento económico transitorio no es gran problema, salvo que los países de su entorno se empobrezcan tanto que dejen de comprarles coches o lavadoras. Para un parado español, o una recién licenciada de magisterio –valga la redundancia- esto de los recortes les suena a exclusión social: ni trabajo, ni coche, ni casa, ni hijos. Realidad dramática para toda una generación de jóvenes que deberían iniciar su futuro y que cuando protestan en la calle por la situación –léase 15.M- son insultados por la caverna a pesar de su extraordinaria mesura y el sentido común de sus exigencias.

De los sabios economistas no obtengo luz. De las propuestas oficiales electorales de los encargados de resolver la situación, los partidos políticos, poca ilustración cabe esperar. No saben o no contestan, es el resumen de sus respuestas a las demandas de la ciudadanía.

Pregunté pues a mi curandero sociológico de cabecera: ¿qué hacer?, ¿qué nos espera?

Su consejo: que cada cual reúna a su familia y declare la economía domestica de guerra. Apañarse con lo que hay y trabajar duro, en unos casos para sobrevivir, en otros para acumular prosperidad.

En cuanto al futuro, su pronóstico es que nada volverá a ser como antes. En la época de prosperidad, hace apenas cuatro años, se debería haber realizado profundas reformas de nuestro modelo de crecimiento y redistribución de la riqueza, pero nadie se atrevió, ni PSOE ni PP cuando gobernó. La crisis obliga a profundas reformas especificas, y de camino a realizar las pospuestas. Aunque nadie se atreve a formularlo, y de ahí el vacío de los programas electorales, el futuro próximo será la aplicación de la economía familiar de guerra a toda la sociedad: apañarse con lo que hay y trabajar duro.

Nos esperan años de estrés, de dura competencia, para muchos simplemente para sobrevivir, para otros la oportunidad de hacerse muy ricos. Dentro de unos años la gente acabará hastiada de tanto estrés, de tanto vivir para trabajar y no trabajar para vivir, y volverá triunfante la socialdemocracia, pero nada será como antes. La gente, curtida en la batalla de la supervivencia, solo aceptará lo público si mejora lo que puede conseguir por sus propios medios, y dejará de creer en milongas disfrazadas de ideologías y llamará a las cosas por su nombre. Por ejemplo llamará hipócritas a los hipócritas que detestan de palabra los colegios privados en los que confían la educación de sus hijos.

Eso me ha dicho mi curandero, pero no les hagan caso, que no es ni sabio ni político.

Damián Zamorano Vázquez

Estepona Información. 5.11.2011

lunes, 31 de octubre de 2011

Empleados municipales

Tengo una amiga, joven, muy sensata, rabiosa defensora de los derechos civiles y de la mujer, reconociéndole merito a Zapatero por su legislación a favor de estos derechos. No obstante es militante del PP, y me decía que lo era por puro patriotismo económico. A su entender el modelo igualitario de la izquierda es la invitación a la ruina común, y solo una competencia sana puede aflorar lo mejor de cada persona conduciendo a un progreso social y material significativo, del que no solo se beneficiarían los triunfadores, en justa compensación a sus meritos y logros, sino todo el conjunto de los ciudadanos, incluso los perdedores, pues a fin de cuentas de la riqueza siempre se puede repartir riqueza, pero de la pobreza solo puede repartirse miseria.

A mi entender mi amiga, idolatrando un simple instrumento, la competencia, olvida el objetivo final de una sociedad sana, y es que todos tengan una vida feliz, y esto incluye tener las necesidades materiales básicas cubiertas, desde la infancia a la vejez. Cuando digo todos me refiero a listos y torpes, emprendedores o conformistas, nacidos en palacio o en chabola, atletas o discapacitados. Solo excluyo a los parásitos y sinvergüenzas, a los que solo debe facilitarse su reinserción social.

Pero el igualitarismo por decreto, forzado a golpe de policía secreta, contrario a la libertad -libertad, ¿para que?, dijo Lenin-, solo conduce a la ruina moral y material de la sociedad, como ejemplifican la extinta URRS y la actual Cuba. La libertad es consustancial a la especie humana, como también lo es buscar mejorar de forma constante su situación y la de los suyos, y ambas necesidades vitales no son obstáculo a una sociedad sana y próspera sino al contrario, son necesarias para conseguir este objetivo.

Afirmar que buscar la igualdad es ruina, y primar la competencia es prosperidad es, simplemente, mentira. Si algo caracteriza a los países pobres es la descarada riqueza de sus ricos, y esto es un ejemplo de la competencia feroz en su extremo antisocial. Si comparamos países ricos, prefiero el mundo nórdico, prospero, laborioso e igualitario, al modelo americano, también rico pero muy duro para los desfavorecidos.

Obviamente todos los modelos pueden degenerar. Vemos un ejemplo en Estepona.

Un mundo feliz para la izquierda sería el empleo en el Ayuntamiento de Estepona. Empleo asegurado de por vida, buenos sueldos en general, horario laboral reducido, mejoras recogidas en convenio, bajas no penalizadas. El mundo infeliz seria el laboral fuera del Ayuntamiento: miles de parados, sueldos y condiciones laborales a veces penosos, angustia permanente por el puesto de trabajo o por mantener una empresa sin arruinarse. La competencia fuera del paraguas del sector público puede ser muy dura, sobre todo en momentos de crisis.

Pero no nos engañemos, el modelo del Ayuntamiento de Estepona en injusto, y no solo por su pecado original de la ausencia de equidad para ingresar en el Edén, sino también porque es injusto que ciudadanos agobiados tengan que hacer un sobreesfuerzo para costear una institución con un balance entre costes y servicios tan deficiente. También en inviable: es imposible mantener sus gastos.

La izquierda tiene un modelo social amable, y hace bien que en el sector público intente plasmar su modelo, con condiciones laborales lo más satisfactorias posibles. Pero se equivoca cuando no contempla que su modelo social también incluya bienestar para todos, y esto exige responsabilidad y eficiencia en el trabajo, e instrumentos (como un Ayuntamiento) ajustados a la necesidades de la sociedad, no de los políticos.

Pero, sobre todo, si la izquierda pretende redistribuir riqueza para una mayor justicia social solo tiene un dios nítido: el dinero público. Y no debe permitir el sacrilegio, el dinero público es sagrado, y no solo es pecado robar, también lo es ser ineficiente con este bien, y despilfarrar. Mentir también es pecado, don David.

Damián Zamorano Vázquez

Estepona Información. 29.10.2011

lunes, 24 de octubre de 2011

Sanidad pública. ¿Reforma o ruptura?

En mi anterior artículo expuse que nuestra sanidad pública, uno de los pilares del Estado de Bienestar, se caracteriza en que sus prestaciones son casi universales y casi gratuitas, por estar financiada vía impuestos sin ser contributiva, por estar gestionada directamente por el Estado, y –rasgo más definitorio- por ofrecer atención igual a toda la población, independientemente de la situación social del ciudadano. Ofrece además una medicina de alta calidad por disponer de todos los medios necesarios, siendo de destacar los medios humanos, con médicos y enfermeros reclutados entre los estudiantes más brillantes de la sociedad. Además, el coste sanitario es bajo, comparado con otros países, y los niveles de salud de la población son bastante buenos.

Con esta introducción parecería que nuestra idílica sanidad pública tiene una salud de hierro. No es así. Mi previsión es que los próximos años serán muy difíciles. Mi hipótesis es que, por dificultad o por falta de interés, no se realizarán las necesarias reformas del sistema para mantener sus rasgos esenciales, y se producirá una ruptura del sistema sanitario.

Los tres problemas de nuestra sanidad pública son la saturación, la rigidez y la escasez de recursos económicos.

Nuestro sistema está saturado, y las listas de espera para atención médica especializada, pruebas diagnósticas y cirugía, o crecen o se maquillan. Siempre ha sido así, pero los servicios sanitarios han crecido bastante en los últimos años, contentando de forma razonable el voraz crecimiento de la demanda.

El problema fundamental, como bien señala IU, es que se requiere más dinero para la sanidad pública, aunque también se requieren cambios organizativos para optimizar los recursos, y el problema actual es que no hay más dinero para casi nada.

No gobernará el PSOE en un futuro y nos quedaremos sin saber qué medidas tomaría. Desde luego sería peligroso confiar solo en medidas organizativas pues éstas, cuando se ejecutan estando al límite del esfuerzo médicos y enfermeros, solo generan una intrincada burocracia que desvirtúan el acto médico al estar los sanitarios más ocupados en cumplir complejas directrices que en arreglar los problemas de sus pacientes. Quizás tendría que fortalecerse la atención primaria, dándole también capacidad en la gestión económica del sistema y así, de paso, disminuir su rigidez que tanto dificulta el desarrollo de la potencialidad en los profesionales que hay dentro.

Un sistema ya saturado, incapaz de obtener el aumento de recursos económicos que requiere, inevitablemente se ira deteriorando, para desesperación de pacientes, y también de sanitarios, y se incrementará el número de los afectados por el conocido síndrome del “burnout” o de “estar quemado”.

¿Qué hará el PP gobernando con esta papeleta? No lo sé, no lo cuenta en su programa. Intuyo que, además de medidas de puro sentido común, realizará cambios que indignarán a la izquierda. Por ejemplo invitar a la iniciativa privada a colaborar en la prestaciones públicas, para ahorrar costes y permitir inversiones con pago atrasado. También creo que aplicará el co-pago, más para limitar la demanda que para aumentar los ingresos. Pero estas medidas no afectan a lo sustancial del sistema público, el trato igual a todos los ciudadanos.

¿Qué harán las clases medias, el soporte electoral del PP?. Si la sanidad pública se deteriora, protestará y desertará de un sistema público que ya no le ofrece lo que necesita y optará por la medicina privada, como ya hace el 20% de la población, asegurada en compañías privadas. En este contexto de cabreo generalizado, de ciudadanos y sanitarios, un sutil cambio legislativo, por ejemplo bonificar fiscalmente, o permitir un cheque sanitario, crearía de forma inmediata una ruptura del sistema sanitario, estableciendo una atención sanitaria distinta para pudientes y no pudientes, ambas financiadas al menos parcialmente con dinero público.

Damián Zamorano Vázquez

Estepona Información 22.10.2011


domingo, 16 de octubre de 2011

Sanidad pública

Los americanos, como personas, son en general muy buena gente, pero en algunos aspectos son tan diferentes a nosotros que a veces nos desconciertan. Sienten una genuina devoción por sus derechos, su libertad, su autonomía, y creen que la libre iniciativa de las personas, su esfuerzo y responsabilidad, es la base legítima y necesaria para el éxito, tanto del individuo como de la sociedad. Evidentemente también son solidarios, pero a su manera, sin aceptar ni indolentes ni parásitos sociales.

Conversando con un colega americano, él no podía entender que la sanidad en España fuera gratis. ¿Y por qué no también la comida y la vivienda –preguntaba- que son necesidades aún más básicas?.

Para la mayoría de los americanos la atención sanitaria es un problema que debe resolver cada persona según su mejor criterio. Lo habitual es disponer de un seguro sanitario, vinculado al puesto de trabajo, gestionado por entidades privadas, y con cobertura muy variable según la cuantía de la póliza. Muchas personas no pueden disponer de este tipo de seguro, y el estado gasta cuantiosos fondos para seguros públicos, dirigidos a los colectivos desfavorecidos, pobres y ancianos. Con todo, muchos millones de americanos no disponen de ninguna cobertura sanitaria asegurada.

Esta anomalía (millones de parias sanitarios en el país más rico del mundo) ha sido históricamente denunciada por el partido demócrata, lo más parecido a la izquierda europea. Clinton fracasó en su intento de reforma, y está por ver si Obama consigue el objetivo final de los demócratas, que todos los americanos sin recursos dispongan de asistencia sanitaria. El cualquier caso el modelo final sería muy distinto del español. La inmensa mayoría de la población seguiría con sus seguros privados, pues bajo ningún concepto la población acepta desaparezcan estos, y solo los desprotegidos serían atendidos a cargo del Estado. Habría seguro universal para los pobres, pero las clases medias y altas, y gran parte de la clase trabajadora, seguirán al margen de la sanidad publica. Confían más en su sanidad privada.

El sistema sanitario americano es caro e insolidario, pero también hay que reconocer que los mejores hospitales y centros de investigación del mundo están en Estados Unidos, y que si no se impone un sistema como el español es simplemente porque una abrumadora mayoría de población no lo desea, lo repudia como liberticida.

En España en pleno franquismo el sistema sanitario era similar al americano actual, solo que más cutre, como correspondía a un país mucho mas pobre, tanto en lo económico como en los social y educativo. Los trabajadores pagaban un seguro obligatorio de enfermad que, a diferencia de en EEUU, era gestionado directamente por el Estado y sus funcionarios. Existía también la beneficencia, con el correspondiente carnet oficial de pobre, gestionado por ayuntamientos y diputaciones. El resto de la población se las apañaba como podía, y en numerosos casos la enfermedad suponía la ruina para la familia, bien por la pérdida de ingresos cuando afectaba al cabeza de familia, bien por lo costoso de los tratamientos, sobre todo cuando se requería cirugía.

Tras la democracia se optó por la equiparación con la Europa social-demócrata, también en sanidad, y cambio radicalmente el sistema. Nuestra sanidad pública actual es casi universal, casi gratuita (en la prestación del servicio), financiada vía impuestos, gestionada directamente por el Estado, y con prestaciones muy extensas y de alta calidad. Además, y este es el rasgo mas crucial, la atención es igual para toda la población, independiente de los ingresos o situación social del ciudadano.

Podemos sentirnos orgullosos de lo conseguido, pero nuestra sanidad pública tiene muchos problemas, y estos se acentuarán con los recortes obligados por la crisis económica. El sistema, o se reforma, o terminará destruido en manos de los ciudadanos descontentos. De esto tratará mi próximo articulo

Damián Zamorano Vázquez

Estepona Información. 15.10.2011

lunes, 10 de octubre de 2011

Okupas

Imagina que vives desde siempre en una hermosa casa. No es de tu propiedad, pero casi, y por eso es tu casa. La casa es hermosa y antigua, tiene más de 100 años. En tantos años de existencia ha tenido momentos mejores y peores, pero tras profundas reformas realizadas en los años 70 la casa ha lucido imponente, siendo a partes iguales alabada por unos y denostada por otros, como corresponde a cualquier casa importante y con personalidad propia.

Imagine que un día llegas tras el trabajo a tu casa y te encuentras que está ocupada por unos individuos que, o bien te impiden la entrada, o bien te exigen alojarte en el húmedo sótano, y eso siempre que al okupa jefe le parezca bien. ¿Cómo reaccionarías, con indignación o con resignación?

La casa a la que refiero es el PSOE, que ha sido en gran parte tomada por okupas que ha expulsado o ninguneado a los inquilinos naturales del edificio.

El ejemplo más claro de ocupación a las malas ha ocurrido en el PSOE de Estepona. Se disolvió la agrupación local, la casa, con la excusa de reparar desperfectos, pero se invitó a los desalojados a volver una finalizada la obra. Al cabo de un tiempo se ha vuelto a abrir la agrupación local, pero como propiedad particular de un tal David Valadez que, erigido en okupa jefe, ha ejercido a pies juntillas el derecho de pernada (segunda acepción de la RAE) auto-concedido, decidiendo los usos y disfrutes del local que ha tomado y mancillado.

Curiosamente la reacción de los socialistas desalojados no ha sido de indignación sino de resignación. La indignación moviliza mente y músculo, y es condición necesaria para luchar contra los okupas y reconquistar la casa. La resignación es una mortífera reacción que precede a la perdida de todo, bienes y derechos, a la victoria del malo. Como en la fábula de zorro y las uvas, algunos socialistas justifican su resignación: total la casa estaba en ruinas, con goteras, y tenía aluminosis, mejor me mudo de casa.

Pero esta ocupación bastarda del PSOE no solo ocurre en Estepona, es un fenómeno que amenaza a todo el partido. Intentaré explicarme.

El PSOE alcanzó su mayor afiliación a inicios de los años 80. Aunque se coló algún sinvergüenza, la mayoría de los militantes o simpatizantes más comprometidos eran personas bienintencionadas, bien adaptados a sus actividades profesionales, con inquietudes sociales, con un proyecto de homologar España al modelo socialdemócrata imperante en Europa. Con el tiempo la mayoría de estas personas abandonaron la militancia, quedando en el PSOE algunos nostálgicos y sobre todo los que merced a su afiliación hicieron de la política su profesión, o bien obtuvieron su empleo gracias al generoso incremento del sector público, y con frecuencia gracias a la generosidad de sus padrinos. Y a partir de entonces el PSOE no se renovó con gente normalita, simplemente entraron más y más militantes procedentes de las juventudes, algunos muy dignos, otros simples sujetos sin ideología propia que, dominando el arte de combinar servilismo con zancadillas, lograron pasar directamente del fracaso escolar al coche oficial.

Y en esas estamos. El PSOE okupado por personas que para nada pueden sintonizar con la ciudadanía de centro-izquierda, por ejemplo los señores Heredia y Conejo, que andan ultimando la destrucción del partido. Pronto Griñán y Rubalcaba alcanzarán el estatus de Felipe González, y serán dos nuevos abuelos cebolletas retirados, que así los llamarán, y los okupas tomarán el mando definitivo de lo que quede del PSOE.

En breve triunfará la derecha, con un poder institucional nunca soñado, y esto hará más necesaria que nunca la renovación de la izquierda, y ocurrirá. La duda es qué hacer con la casa okupada: el PSOE. Muchos buscarán una nueva casa, pero una izquierda dividida siempre será vencida. Veo mejor seguir el ejemplo de Jesucristo, hacer un azote con cuerdas y expulsar a los okupas, como Él hizo en el Templo de Jerusalén. Indignarse, no resignarse.

Damián Zamorano Vázquez

Estepona Información. 10.10.2011

lunes, 3 de octubre de 2011

Educación pública

Hace poco dijo Elena Salgado, nuestra ministra de economía, que España era un país de una inmensa clase media. Depende de cómo se mire. Si el criterio de clasificación son los ingresos económicos, en España predomina la clase trabajadora, con escasa capacidad para hacer gastos mas allá de lo básico. Sería el caso de un celador, con ingresos más reducidos que un médico del mismo hospital, éste genuino representante de la clase media.

Pero si definimos la clase media como una clase dinámica, deseosa en todo momento de mejorar su prosperidad y sobre todo el futuro de sus hijos, entonces efectivamente España es un país de una inmensa clase media, estando solo excluidos en los extremos los verdaderamente ricos y los marginados.

Si lo que define a la clase media es su deseo de mejora social, la principal herramienta para conseguir tal fin es obtener la mejor educación posible. Este aspecto revolucionario de la educación, destructor de los rígidos compartimentos sociales imperantes por siglos, ya fue advertido por un franquista convencido, que argumentaba como principal fallo de la Republica del 31 el haber permitido estudiar a los hijos de los rojos. El aspecto liberador de la educación fue correctamente contemplado -desde una óptica católica y casi feminista- por Antonia Guerrero Díaz que testamentó que sus bienes (parte de la Herencia Nadal) serían para “costear los estudios de las mujeres pobres de Estepona, dando preferencia a las carreras de leyes y filosofía y letras”. Es una pena que no se haya respetado la letra y el espíritu del testamento, fácil de conseguir con una programa de becas adecuado, y todo terminara en pura especulación para beneficio exclusivo de obispos, banqueros, políticos y constructores.

A mi entender, la educación pública es el pilar más importante del Estado de Bienestar, pues es el único que puede permitir un mejor futuro para todos, sean hijos de la clase media, de la clase trabajadora, o incluso hijos de marginados sociales. La Sanidad, la ayuda al desempleado y al dependiente, son también pilares imprescindible del Estado de Bienestar, pero simplemente cubren contingencias indeseables sin crear nada nuevo. La educación pública sí crea algo nuevo, un futuro mejor para el individuo y la sociedad, y como tal no es solo un servicio necesario por pura justicia social, sino la mejor inversión posible de una sociedad lúcida.

En este contexto no puedo aceptar los comportamientos de la dirigente mas neoliberal del PP, Esperanza Aguirre, presidenta de la comunidad de Madrid. Por un lado reduce los gastos en educación publica, siendo casi menos importante el obligar a los docentes a aumentar el numero de horas lectivas, y de mucho mayor peligro la congelación de la plantilla de profesores, taponando el acceso a una generación de jóvenes profesionales específicamente formados para ser docentes. Por otro lado se le escapa la ocurrencia de reflexionar que se pague por la educación no obligatoria, es decir, por el bachillerato, la formación profesional y la enseñanza universitaria.

La educación publica funciona bien en España, con sus problemas. Hay que mejorar la calidad, cuestión de dinero y organización. Hay que mejorar la disciplina y reducir el fracaso escolar, cuestión de educar a padres maleducados o marginados. Hay que potenciar la formación profesional, prestigiando el dominio de un oficio, pero sin olvidar el conocimiento de humanidades. Pero cualquier deterioro de la enseñanza pública sería el fin definitivo del sueño de una inmensa clase media. Si hay que pagar por la enseñanza no obligatoria los hijos de la clase trabajadora pertenecerán siempre a la misma clase, salvo unos pocos intelectualmente privilegiados que podrán optar a becas.

Espero que el PP no olvide el importante componente de cohesión y progreso social de la educación pública. Sabremos si gobernaran los halcones o los centristas del PP por su gestos en materia de educación.

Damián Zamorano Vázquez
Estepona Información. 2.10.2011

lunes, 26 de septiembre de 2011

La caída de los imperios

Si repasamos la historia antigua comprobaremos la sucesión ininterrumpida de imperios, que alcanzan su apogeo para luego desintegrarse. A veces sucumben vencidos por un vecino más poderoso, como le sucedió a Cartago a manos de Roma, pero más frecuentemente los imperios antiguos terminaban invadidos por pueblos bárbaros, deseosos de apropiarse de sus logros materiales. Pero esta interpretación de derrumbe por invasión de los bárbaros es incorrecta, cualquier imperio sano puede contenerlos, y si son invadidos es porque presentaban una seria debilidad interna previa, y la mayor debilidad es la falta de cohesión social.

Los casos de Egipto y Mesopotamia están bien estudiados. Con el auge de los dictadores (reyes o faraones, siempre apoyados por la iglesia oficial) se establecieron sistemas sociales injustos, en los que los agricultores trabajaban casi de forma exclusiva para beneficio del poderoso, obteniendo de su productivo trabajo poco más que lo necesario para su supervivencia, o incluso ni eso si la cosecha era mala. La cohesión social se desintegró, la desidia se instaló en la mano de obra y los rendimientos del trabajo fueron mínimos. Ante una masa laboral indolente poco podían hacer los dirigentes, ni siquiera funcionaba aplicar mano dura, y a la desintegración de la cohesión social siguió la desintegración moral, la económica, la política y la militar, y los imperios fueron fácilmente dominados por cualquier pueblo vecino.

La lección de lo anterior es que cuando las cosas van mal no basta con culpar a un agente externo, hay también que analizar las debilidades internas que nos hacen más vulnerables a la agresión exterior. El ejemplo de lo ocurrido en la actual crisis económica es nítido. La misma crisis de crédito causada por la codifica de los especuladores financieros afectó a Alemania y España. Sin embargo los germanos sobrellevan el tema mucho mejor que nosotros, ahogados como estamos por el paro y las difíciles posibilidades de recuperación.

España llevaba años viviendo del cuento, del préstamo público y privado, alimentando una burbuja inmobiliaria sin sentido. Dificultado el crédito por la crisis financiera todo se ha venido abajo, como un castillo de naipes.

Independiente de la opinión de algunos iluminados, la salida de la crisis en términos económicos vendrá dada por la coyuntura internacional, con poco margen de maniobra en las medidas macroeconómicas, o incluso ninguno si como es posible somos intervenidos por resultar insolventes. Pero ocurra lo que ocurra todo será peor, o incluso mucho peor si se debilita la cohesión social, y no solo por los efectos perversos de la confrontación cuando ya se establece de forma nítida en la calle, sino incluso más dañino aún si se instala el pasotismo en la población, pues la desidia moral colectiva no tiene tratamiento alguno.

La izquierda tiene un gran problema, no ha definido un discurso socialdemócrata adaptado a la situación que vivimos. La derecha española tiene un problema aún mayor, o no sabe que hará cuando gobierne, o sí que lo sabe pero no se atreve a decirlo. Frente a las palabras huecas como prometer generar confianza, o la insistencia en lo obvio, que hay que gestionar de forma austera y eficiente, interesaría que definiera el PP qué va a hacer en lo fundamental, cuál será el modelo social que intentará implantar.

Con la excusa de la crisis el PP recorta gastos en sanidad y educación, y con la misma escusa propone “liberalizar” el mercado laboral. Consecuencias futuras: escuelas y hospitales con peor calidad, y el quiera algo mejor que lo pague –el que pueda- en la privada; la cajera del supermercado cada vez más en precario y peor pagada, mientras el dueño es cada día más rico.

Mal le irá a la derecha gobernando si intenta destruir lo público y los logros sociales conseguidos por la colectividad tras tanto esfuerzo. Peor le irá al país si impera el pasotismo ante una extorsión social neoliberal.

Damián Zamorano Vázquez
Estepona Información. 24.9.2011

lunes, 19 de septiembre de 2011

La piel que habito

El otro día acudió a Estepona el secretario provincial del PSOE de Málaga, Miguel Ángel Heredia. Su visita formaba parte de los actos previos a la futura campaña electoral. 


Hace años, Estepona era un vergel socialista y las visitas preelectorales de un secretario provincial eran motivo para una fiesta de reafirmación de la militancia, a la que todos acudían para ofrecer su trabajo y cargarse de energía. Tras la mortífera epidemia llamada Valadez, Estepona es un desierto para las siglas oficiales del socialismo, el PSOE, y los viajes de Heredia y otros dirigentes rozan la clandestinidad.


Las próximas elecciones nacionales y andaluzas son de vital importancia para el PSOE, pero sobre todo para la población en general. Austeridad y creación de empleo figuran en la agenda de todas las formaciones políticas, pero para muchos no será lo mismo que gobierne la derecha o la izquierda, y se supone que los partidos representan los intereses y los deseos de los sectores de la población que les apoyan, y debe movilizar a estos sectores, especialmente en una campaña electoral. 


En condiciones normales la agenda de visita de Heredia a Estepona hubiera sido muy distinta. Por un lado habría tenido reuniones con colectivos defensores de lo público, probablemente los más perjudicados por las medidas de austeridad y/o privatización a aplicar por la derecha. Maestros, sanitarios, asistentes sociales, trabajadores municipales son algunos de los colectivos que tendrían algo que decir y algo que oír de los dirigentes socialistas. Jóvenes, parados y sindicalistas formarían otros grupos con los que dialogar e intentar movilizar. Por último una asamblea informativa multitudinaria con la militancia socialista local seria el broche adecuado a un trabajo preelectoral fructífero. 


Pero en los desiertos no hay casi vida, y a lo mucho que aspiró Heredia cuando acudió a Estepona es que alguna personalidad, que no colectivo, lo recibiera sin incluir abucheos a Valadez en el acto de bienvenida. Triste sino el de un partido de masas que, tras expulsar a su militancia, solo le queda hacer visitas de incógnito, y por supuesto evitar el contacto con los colectivos que en teoría deberían ser su apoyo social y electoral. 


Los de Estepona Información tienen buen corazón y le echaron un cable publicitario a Heredia, concediéndole una entrevista publicada en su periódico. Se le preguntó a Heredia qué opinaba de Valadez, y contentó a su solitario acompañante con un encendido elogio a su persona. En sus palabras Valadez había dejado su piel en beneficio de Estepona. 


Otro malagueño distinguido, Antonio Banderas, también había tenido problemas con piel, conocidos en la película de Almodovar “La piel que habito”. En concreto, Banderas, eminente cirujano plástico, había perdido a su mujer quemada en accidente de tráfico y, empeñado en crear una nueva piel que le hubiera salvado la vida, no dudó en traspasar todos los límites permitidos para conseguir su propósito. 


Heredia también parece haber perdido la cabeza en su defensa de Valadez. En primer lugar se equivoca en su diagnóstico: no es Valadez el que se ha quedado sin piel defendido a Estepona, es Estepona la que se ha quedado despellejada tras la calamitosa gestión de Valadez. En segundo lugar debería de recapacitar sobre las nulas cualidades de su defendido. 


¿Dónde están los socialistas cuando Heredia acude a Estepona? En sus casas, esperando contestación a la carta con 300 firmas pidiendo democracia en el partido. ¿Dónde estuvo gran parte del voto de izquierdas en las últimas elecciones municipales?: en la urna de García Urbano, patriotismo obliga, lo más lejos posible de Valadez. ¿Dónde estará el voto de izquierdas local en las próximas elecciones generales y andaluzas?: pues dependerá del grado de abstracción del personal, de si es capaz de concluir que puede y debe votarse al PSOE a pesar de tener en su seno a un personaje como Valadez.

Estepona Información. 17.9.2011

domingo, 11 de septiembre de 2011

La fragua de Vulcano

En este excepcional cuadro de Velázquez el dios Apolo entra en la fragua de Vulcano para avisarle del adulterio de su esposa Venus, diosa de la belleza, con Marte, dios de la guerra.

Apolo es caracterizado como un efebo, pero lo dramático del cuadro es la cara de mala leche de Vulcano ante el inesperado chivatazo. Tan lograda es esa expresión de pocos amigos, que si Velázquez hubiera pintado a Vulcano con traje negro de policía, pasamontañas y metralleta, hubiera retratado fielmente a unos de los UDYCOS que protagonizaron las primeras detenciones del caso Astapa.

Todos recordarán aquella parafernalia creada en la detención de los imputados de Astapa, que parecería un ejemplo de cómo matar moscas a cañonazos, pero que estaba perfectamente teatralizada para humillar a los imputados y dejarlos en desventaja ante la fiscalía, e incubando un futuro síndrome de Estocolmo. Por lo visto la justicia ya ha decidido evitar en el futuro tales linchamientos morales, pero a buena hora mangas verdes, que la declaración de los derechos humanos vigente fue aprobada por Asamblea General de las Naciones Unidas nada menos que en 1948. Les recuerdo que esta declaración proclama que nadie será sometido a tratos degradantes, y que toda persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia.

Apolo solo denunció un adulterio, pero en Astapa, David Valadez y la “compatible” Cristina Rodríguez Alarcón denunciaron con pelos –no va con segundas intenciones- y señales relaciones íntimas pecaminosas entre numerosos políticos, funcionarios y empresarios de Estepona. Vamos, una orgia que nada tenía que envidiar a las que organizaban los libidinosos romanos.

Por lo que se desprende del sumario de Astapa, la policía inicialmente no investigó los hechos denunciados, preguntando en notarias, registros de la propiedad y similares, simplemente ordenó unas escuchas telefónicas que, realizadas en plena campaña electoral, seguro que algo jugoso obtendrían.

Lo de realizar escuchas telefónicas sin investigación previa me suena a procedimiento inadecuado, de ese tipo que el Tribunal Supremo descalifica a diario, anulando todo el procedimiento realizado. En cualquier caso una intromisión en la intimidad, como es espiar a los que hablan por teléfono, siempre puede dar lugar a malos entendidos, como le ocurriría a cualquier detective que, investigando un adulterio, no acude cámara fotográfica en mano a la cita en el motel sino, más perezoso, simplemente intercepta conversaciones telefónicas, confundiendo un piropo o una jactancia machista con un coito en toda regla, con orgasmo incluido.

En cualquier caso, Astapa sigue su cauce y dejemos a la justicia tranquila, aunque sería preferible que no fuera tan tranquila, que se acelerara un poco, porque es injusto que la falta de recursos -eso dicen-eternice el dolor de los futuros inocentes y retrase el castigo de los futuros culpables.

¿Ustedes se imaginan que Venus y Marte no hubieran estado liados? En ese caso ambos, junto al ex cornudo Vulcano, le hubieran liado una gorda al mentiroso de Apolo. Pues bien, en Astapa puede ocurrir lo mismo. Sergio López, denunciado como corrupto por Valadez, pero no imputado, espera pacientemente que el comité de ética del PSOE dictamine contra Valadez por denunciar en falso a un compañero de partido.

Pero la mayoría de los acusados por Valadez no tienen los genes del Santo Job que porta Sergio, y además son más prácticos y están más afectados, y exigirán en sede judicial se compruebe la veracidad de unas denuncias que, si son falsas, son un monstruoso atentado contra los afectados. Y no se trata de que finalmente se demuestre que había corruptos en Estepona, con nombres y apellidos, al igual que hay adúlteros en cualquier pueblo, sino además de conocer si las denuncias detalladas de Valadez eran fundadas o solo un ejercicio bilioso y birrioso de mala leche, finalmente premiado con una alcaldía.

Damián Zamorano Vázquez
Estepona Información. 10.9.2011

lunes, 5 de septiembre de 2011

Expertos en deudas

Ganar las elecciones del próximo 20-N se me antoja tarea imposible, pero el PSOE debe hacer todos los esfuerzos posibles para limitar los daños, quedando como fuerza numerosa y coherente en la oposición que evite un rodillo inmisericorde del PP cuando gobierne. Es de sentido común.

En este contexto, la iniciativa de Zapatero de reformar de forma urgente la Constitución, para evitar por imperativo legal el endeudamiento del Estado, es lo más parecido del mundo al suicidio electoral. Esta medida está siendo ampliamente rechazada por la izquierda (máxime cuando se propone aprobar a golpe de parlamentarios, que no de referéndum) al considerarla una medida neoliberal, que subordina una vez más el poder político al financiero, y que sin duda dañará las prestaciones sociales y el estado de Bienestar.

Menos se entiende la urgencia de la aprobación de la reforma, que se prevé sea efectiva no en un plazo medio, sino dentro de unos años. El PSOE ha perdido fundamentalmente el apoyo de la gente normalita de la calle que se siente de izquierdas, o al menos teme al PP, muchos en paro o en trabajos precarios, ellos o sus amigos o familiares. La estrategia electoral de Rubalcaba está diseñándose para atraer de nuevo al voto socialista a estas personas. La reforma exprés de la Constitución es un misil en la línea de flotación de las iniciativas de Rubalcaba.

Pero esto lo saben mejor que yo los dirigentes del PSOE. Saben que es absurdo proponer esta media impopular para la izquierda a pocos meses de las elecciones generales. Saben que deberían haber dejado al iniciativa al próximo gobierno. ¿Por qué pues tanta premura del PSOE en realizar algo dañino para el PSOE? Evidentemente la clave está en un otoño que se prevé muy difícil por el asedio de los mercados financieros a la adeudada y poco competitiva España. Esta medida debe haber sido una de las imposiciones de Alemania y Francia para apoyarnos cuando arrecien las turbulencias. Le han dicho a Zapatero y Rubalcaba: ahí tenéis las lentejas, y se las han tenido que comer porque no podían dejarlas, aun sabiendo que se indigestarían.

He de confesar que no tengo elementos de juicio para opinar sobre si es bueno o malo limitar por la vía constitucional el endeudamiento del Estado. En cualquier caso se me antoja demagógica la presunción de que se dañará el Estado de Bienestar. No hay mayor daño a las prestaciones sociales que un país empobrecido, y no son precisamente las deudas sin fin lo que definen un país prospero. Pero por otra lado el endeudamiento en momentos difíciles para propiciar medidas gubernamentales anticrisis entra dentro de la ortodoxia económica, al menos de la keynesiana.

A falta de mejores elementos de juicio acudiré para mi ilustración a analizar un trozo del Estado Español experto en deudas. Hablo del Ayuntamiento Estepona.

Hay gastos municipales imprescindibles, que deben ser cubiertos por unos ingresos basados en impuesto razonables, que no en la extorsión al ciudadano o al empresario. Hablo de seguridad, limpieza, ordenación urbanística y un largo etcétera de obligaciones municipales ineludibles. No debería recurrirse a deudas para estos gastos corrientes. Otra serie de gastos son convenientes, pero ajustados a las posibilidades, por ejemplo en inversiones con rentabilidad futura, cultura, o mejorar las prestaciones sociales de los vecinos. Pero hay gastos que nunca deberían realizarse, ni aun en bonanza económica, como dotarse una plantilla municipal mas allá de las necesidades y los presupuestos, o de mantener servicios absolutamente innecesarios, como …

No es ético, tampoco para la izquierda, malgastar el dinero publico, y menos ético aun es dejar a nuestros hijos deudas como la del calibre del Ayuntamiento de Estepona.

Ojala hace años se hubiera impedido por ley el adeudamiento del Ayuntamiento de Estepona, ya que ahora todas la soluciones son malas y, además, arreglar el estropicio creado será lento y doloroso.

Damián Zamorano Vázquez
Estepona Información. 3.9.2011

sábado, 27 de agosto de 2011

Soberbia

Una constante en todas la culturas es que tienen una religión, lo que indica la necesidad antropología de la especie humana en creencias de este tipo.

Por un lado explicar la naturaleza que nos rodea era un reto imposible para la mente humana, siendo irresistible la tentación de atribuir su creación, atributos, perfección y complejidad a la labor de alguien muy por encima de los humanos: Dios. Por otro lado el hombre siempre ha vivido angustiado por sus problemas cotidianos, por los dones y los daños de los fenómenos naturales, y sobre todo ha sentido pánico por el vacío después de la muerte. Este mismo Dios que explicaba la inexplicable naturaleza debía ser pues un Dios ocupado en su obra, que procurara consuelo en el día a día, domara la naturaleza y asegurara una vida eterna y feliz después de la muerte.

La fuerza de la necesidad de religión permitió a las distintas culturas aprovecharla para cohesionar la sociedad. Partieron pues de la religión los preceptos éticos o incluso legales (los Mandamientos) que permitían la convivencia pacífica entre todos y la ayuda a los débiles, a imagen y semejanza de la ayuda a Dios implorada por los humanos.

La fuerza unificadora de la religión alcanzó su máxima expresión en las religiones monoteístas. Los preceptos y creencias religiosas no debían ser tema de discusión, por lo que se optó por una solución radical, atribuyéndose directamente a Dios la revelación de todo lo que era correcto e incorrecto, por lo que quedó zanjada cualquier discusión. No obstante permanecieron las disputas por los detalles menores, las llamadas herejías, siendo necesario que alguien fuera autorizado a tener la exclusiva en la interpretación definitiva de la palabra de Dios.

El poder de una religión sin fisuras era inmenso, y eso explica que aunque las distintas religiones nacieron como revoluciones apoyadas por los más pobres, terminaron siendo domadas por los poderosos, compartiendo siempre nobleza y jerarquía del clero el poder y la riqueza.

Pero desde hace no mucho tiempo la situación es bien distinta. La ciencia ha logrado explicar la complejidad de la naturaleza con una coherencia que ha ridiculizado las supuestas verdades reveladas tal como estaban escritas en los textos de referencia. Existe una ética laica y un catálogo de leyes que resuelven satisfactoriamente la convivencia entre humanos, y son obra del hombre, no revelación divina.

Algunos tabúes religiosos partían de las necesidades de las tribus antiguas. El ejemplo más claro es la restricción a la sexualidad, comprensible por el riesgo de embarazos no deseados, enfermedades venéreas y sobre todo por la dificultad de asegurar la paternidad del elemento dominante, el varón. Entre la píldora anticonceptiva, la liberación de la mujer, y los deseos de libertad y autorrealización, estas restricciones cuando impuestas son obsoletas para la mayoría de la población, católicos incluidos.

Queda pues como único incuestionable de la religión la fe de los creyentes, y su deseo sincero de ser felices en su amor a Dios y a sus semejantes, tanto en los dichos como en los hechos. La religión es pues una lícita opciones de los creyentes, que debe ser respetada por los demás, pero no una cuestión que deba afectar en lo más mínimo al cuerpo social en su conjunto.

En este contexto pecan de soberbia quienes desde una creencia religiosa personal afirman que son los depositarios de la única verdad, y arremeten contra los que ajenos a estas creencias desean buscar su propio camino hacia la felicidad, la convivencia, e incluso hacia el amor y la verdad. Y eso es más o menos lo que ha dicho Benedicto XVI en su reciente visita a Madrid. Asegurar que se posee el monopolio de la verdad es la antesala de la intolerancia contra los demás, y por desgracia el historial de dolor y sangre por intolerancia de base confesional es tan amplio que convendría que los lideres religiosos del siglo XXI practicaran la virtud de la humildad.

Damián Zamorano Vázquez
Estepona Información. 26.8.2011