jueves, 31 de diciembre de 2009

Un año horrible

El año termina en Estepona con bancarrota municipal, un desempleo terrible y una crispación política sin precedentes. Este año 2009 ha sido horrible, pero el problema es que el 2010 puede ser aún peor.

Cuando Valadez accedió a la alcaldía de Estepona, en julio de 2008, estábamos ya en plena crisis económica. Se había producido una muy impopular subida de impuestos, que aún se mantiene, pero se pagaban puntualmente las nominas, se liquidaban las deudas con los pequeños acreedores, y había 32 millones de euros en caja. Año y medio después la caja está en números rojos, las nominas se pagan tarde y mal, y los acreedores no cobran salvo que tengan la capacidad de cortar teléfonos o el suministro de gasolina o papel higiénico. Para este año se malvivirá de adelantos del patronato de recaudación, pero como advierte el mismo alcalde en seis meses la situación será insostenible.

¿Porque se ha perdido tanto tiempo en arreglar las finanzas municipales? Simplemente porque no se ha gestionado nada. Se prometió un plan de saneamiento que, o nunca se ha redactado, o bien tenía unos costes políticos que el alcalde no estaba dispuesto a aceptar, pues podía provocar un enfrentamiento con su aliado circunstancial, CCOO. Sanear las cuentas municipales requiere conocimientos, fuerza y decisión, cualidades ausentes en el equipo de gobierno, por lo que su actitud es capear el temporal acumulando deudas para dejárselas a una gestora, si llega en primavera (dos años perdidos), o a los vencedores de las próximas elecciones municipales (tres años perdidos).

Tal desatino multiplicará el endeudamiento de Estepona, y eso se traducirá durante años en altos impuestos y malos servicios, ofensivo para el residente, ahuyentador para el inversor y el turista, sin más perspectivas que dar tres pelotazos urbanísticos, y vuelta a empezar con el despilfarro y la burbuja especulativa.

Para los que nos consideramos de la izquierda moderada este fracaso de la empresa pública nos suena a catástrofe. Es difícil defender los espacios públicos cuando ante una crisis económica el Ayuntamiento muestra una flexibilidad nula para adaptarse a la circunstancias, cuando sigue gastando mucho mas allá de sus posibilidades, y cuando un incompetente y mentiroso alcalde campea a sus anchas en este páramo llamado Estepona, sin que voces políticas o técnicas cuenten la verdad de lo que esta ocurriendo.

En España la clase política está en este momento muy desprestigiada. Contribuye a ello la existencia de demasiados casos de corrupción y clientelismo, y la evidencia de que priman los intereses de partido al bien colectivo, pero también la sensación de que se malgastan los impuestos por políticos manirrotos e incompetentes, entre otras cosas generando una abarrotada burocracia más atenta a defender sus privilegios que a servir a quien le paga, el ciudadano. Si piensan que el párrafo es exagerado, observen lo que ocurre en Estepona. Hay que cambiar la orientación: el dinero público es sagrado, la empresa pública debe ser eficiente, la máxima calidad de atención al usuario el objetivo.

La crispación política local ha llegado a extremos sin precedentes. Mafia y muerte son palabras que se leen en periódicos de tirada nacional en las noticias sobre Estepona, y son palabras que se lanzan intencionadamente para glorificar la figura del héroe local. Pura manipulación, nefasta propaganda para un pueblo turístico.

El único partido que me ha parecido coherente en la crisis política local ha sido el PP, exigiendo la disolución del consistorio y convocatoria de nuevas elecciones, pero no es fácil esta medida, posiblemente inconstitucional, y en cualquier caso imposible si el PSOE no accede. En este contexto hay alternativas a la inconsistencia actual. Una es que deje de ser alcalde el que por antidemocrático y vengativo impide una mayoría en el consistorio.

Pero el principal problema actual de Estepona es el paro. Le dedicaré otro artículo.

Damián Zamorano Vázquez

Estepona Información 31.12.2009

miércoles, 23 de diciembre de 2009

Feliz Navidad

Varios militantes del PSOE de Villanueva de la Serena han sido expulsados del partido por participar en una manifestación vecinal contra el actual alcalde socialista. Probablemente la noticia sólo refleja parte de una realidad local más compleja, pero ayuda a comprender una de las taras de nuestro sistema democrático: la desproporcionada hegemonía de los partidos políticos en la gestión de lo público.

Un objetivo irrenunciable de los partidos es obtener el poder, justificándose como única forma de aplicar sus propuestas, beneficiosas para la sociedad. Pero en esta dinámica de obtener lo importante, el poder, se desvirtúa el uso de modos democráticos y participativos en nuestra sociedad.

Un líder excepcional teorizó sobre cómo un partido pequeño podía tomar el poder absoluto, y además lo logró en la práctica. Desde Lenin, quedaron en el subconsciente de los partidos unos usos que se revelaron muy efectivos, como el centralismo democrático, según el cual la discrepancia de los militantes solo puede ejercerse en los órganos internos de los partidos, nunca fuera de estos cenáculos, nunca en publico, convirtiéndose los militantes fuera de sus sedes –y habitualmente también dentro- en autómatas sin idea ni iniciativa propia, alejados del pluralismo de la gente común. Es absolutamente imposible que existan personas completamente de acuerdo con lo que dicen o hacen Zapatero o Rajoy, Arenas o Chaves, Heredia o Bendodo, lo lógico es que se esté a favor de una parte de los argumentos y prácticas de estos, pero el acuerdo o el rechazo a la totalidad solo es posible en una militancia que dejó su cerebro y sentido común en la puerta de la sede de su partido.

El poder tiene también su erótica y, más mundanamente, se asocia a unos buenos sueldos y condiciones laborales. Esto hace inevitable que los partidos sean asaltados por legiones de interesados en su propio beneficio, por profesionales en medrar de la política, y estos espabilados son los primeros en aprender que acatar a rajatabla el centralismo democrático y el servicio al líder son las fórmulas infalibles para triunfar en su propio beneficio. Además la política ya no es una actividad eventual de algunos más motivados y preparados, hoy día se puede vivir de la política toda la vida, basta con apuntarse de joven en las juventudes de cualquier partido potente y, mostrándose siempre útil y disciplinado, y con un buen par de codos para alejar al competidor, se puede vivir siempre en despachos, hemiciclos e inauguraciones repletas de canapés.

Pero lo peor de este predominio de los partidos es que, por su natural apego al dominio absoluto de lo publico, condenan a la ciudadanía a la marginación en la política, o se es militante o hooligan de un partido o no se pude participar en ella. La gran esperanza para el ciudadano corriente de poder intervenir en lo público, según sus criterios, sus ideas, sus intereses, es Internet, esa red de redes que puede permitir a escala adecuada el asociacionismo en lo concreto, y la de creación de plataformas reivindicativas libres y democráticas.

Pero de siempre ha habido gente buena y gente mala, entre ricos y pobres, incluso entre Capuletos y Montescos. Y, como siempre, si queremos una sociedad justa y solidaria no podemos esperar a que los partidos políticos la diseñen; una sociedad sana sólo se conseguirá si el ciudadano común es una persona buena en el amplio sentido de la palabra. La utopia, conseguir un mundo maravilloso para nosotros y nuestro hijos, dicen que es algo imposible, pero si queremos una sociedad menos crispada, más nuestra, más participativa, más justa, que cada cual se aplique su alícuota de responsabilidad. Hay que exigir una democracia no usurpada por unos partidos políticos omnipotentes, hay que luchar por una mayor participación de la ciudadanía en la gestión de lo común, pero todo ello es inútil si cada cual no intenta ser una persona buena en la esfera pública y privada. Feliz Navidad para todos.

Damián Zamorano Vázquez

Publicado en Estepona Información el 24.12.2009

viernes, 18 de diciembre de 2009

Los mismos collares con distintos perros

En Junio inicié mi colaboración en Estepona Información con un articulo titulado “Astapa. Yo acuso”. Me felicitaba de la lucha contra la corrupción, pero lamentaba muchas cosas que ocurrían en el caso Astapa: el exceso policial, la lentitud judicial, la prolongación excesiva del secreto de sumario, la información sesgada de algunos medios de comunicación, la actitud impropia con la presunción de inocencia de David Valadez, más bien atizando el fuego del linchamiento, y por último la actitud del PSOE provincial actuando sin mesura y a rastras de los titulares de la prensa. Posteriormente a la publicación del articulo se levantó parcialmente el secreto de sumario, y hubiera añadido acusaciones contra las falsas denuncias realizadas por David y Cristina, y la sorprendente actuación de la policía, pinchando teléfonos sin una investigación previa sobre la veracidad de las denuncias, y que finalmente pude anular, según jurisprudencia del Tribunal Supremo, la mayoría de las actuaciones realizadas.

Ahora es Valadez el imputado, y al notar en su cuello el collar de la justicia reproduce, en lo que procede, las mismas acusaciones que realicé en relación con el caso Astapa. Valadez se siente indefenso y dolido con la justicia, por no recibir a tiempo la citación judicial, por –asegura- no haberse investigado los hechos denunciados antes de la imputación, y por no poder presentar su defensa en tiempo record. Con este mismo collar se actúo contra los imputados de Astapa, pero mucho peor, llevan tres años con lo sustancioso del sumario aún en secreto, todavía no saben de qué acciones concretas se les acusa, y aún no han podido entrar en materia para su defensa judicial, y encima algunos han pasado por la cárcel sin saber a estas alturas cuál ha sido su delito. Valadez dice textualmente: «Reclamo a voces tener la oportunidad para entregar en el juzgado toda la documentación que lo demuestra», refiriéndose a su inocencia. Si eso se le permitiera a los imputados de Astapa seria como si les hubiera tocado el gordo de la Lotería.

Parecería exagerado el lamento de Valadez de que la amputación le produce un enorme daño. Si es inocente no tendría que preocuparse de nada. Pero Valadez sabe lo que se dice, todo su castillo de naipes se basa en una imagen de socialista honrado martillo de de corruptos. Esta imagen vende, pero como en todo producto de marketing no importa la verdad o la mentira, importa que todos los titulares de prensa sean favorables y la noticia de su imputación afea todo el maquillaje artificial.

A quien no acusa Valadez es al PSOE, que en este caso han echado los restos a favor del imputado, en unas declaraciones absolutamente desafortunadas. Velasco y Pizarro, dirigentes regionales del PSOE, no es que defiendan la presunción de inocencia de Valadez, en la que todos estaríamos de acuerdo dado que es un ser humano, es que ponen la mano en el fuego por la integridad pasada, presente y futura del sujeto. Órgado a la grande se dice en el mus. Realmente es un órdago a la chica, y veremos si mantienen ese órdago cuando se pidan explicaciones a Valadez por las contrataciones clientelistas que hizo cuando fue responsable de personal, de los pluses pagados en contra de sentencias judiciales, de su negativa a investigar las irregularidades de su conmilitóna Cristina, de sus abusos contra los empleados del Ayuntamiento, del uso ilícito de fondos municipales para pagar nóminas, del incumplimiento de los acuerdos del pleno, y un largo etcétera.

Velasco y Pizarro se sienten orgullosos de la gestión de Valadez. Podrían preguntarle a cualquier técnico en hacienda municipal sobre lo nefasto de esta gestión, pero quizás ya lo saben y ese caso mienten en el halago, y me duele mucho que los míos mientan. La política no es solo obtener el poder, es también defender unas convicciones, y la mentira es una infamia para la ética democrática y un insulto a la ciudadanía.


Damián Zamorano Vázquez

Publicado en Estepona Información el 19.12.2009

domingo, 13 de diciembre de 2009

Cuando los socialistas mienten

Cuando los socialistas mienten, dejémonos de metáforas, es que no son socialistas. La ética del socialismo es incompatible con la mentira.

Fernando de los Ríos era catedrático de Granada y diputado socialista en la Republica. En una ocasión le reprocharon acciones violentas cometidas por ciertos militantes socialistas en Granada. Fernando nunca negó los hechos, nunca mintió, y además tampoco aprobó esta acciones, pero en parte las justifico por la angustiosa situación del jornalero andaluz, pisoteado, hambriento, y encima oyendo de su terrateniente que si querían trabajo que lo pidiesen a la Republica. Eran los mismos terratenientes que en su momento asesinaron a García Lorca. Indalecio Prieto, mi líder socialista, nunca apoyó la revolución de 1934, siempre consideró que fue un gran error, pero como militante disciplinado participó en contrabando de armas, y nunca mintió negando su actuación, solo dijo que se equivoco. De los Ríos y Prieto nunca mintieron, si había errores –propios o ajenos- los reconocían, eran socialistas.

No voy a tratar de las innumerables mentiras de Valadez, no tengo una memoria tan enciclopédica, ni el editor del periódico me permitiría tanto texto. Además, estoy hablando de socialistas, de personas que entre si se llaman compañeros, y Valadez seria la ultima persona en la que podría confiar como compañero, de igual modo que como ciudadano seria la ultima persona en confiar mis impuesto para que los gestione.

Quiero hablar de socialistas en teoría más serios, en concreto de Pizarro y Velasco, altos cargos del PSOE en Andalucía. A raíz de la imputación de Valadez por delitos urbanísticos, ambos dirigentes han realizados unas declaraciones absolutamente desafortunadas, por histéricas y tendenciosas. Prieto y De los Ríos hubieran dado una lección argumental cara a la ciudadanía y a la militancia socialista, siempre estimulante incluso aunque se hubieran equivocado por falta de datos de la idiosincrasia de nuestro alcalde. Pero Velasco y Pizarro es que simplemente se han dedicado a mentir, sin pudor, sin paracaídas.

Velasco y Pizarro acusan al PP de estar detrás de la imputación de Valadez. Dejando aparte que esto es un insulto a la autonomía de la justicia, es que además no es verdad. El PP de Estepona es un borreguito con Valadez, me malicio porque le interesa que siga tal vulnerable contrincante.

Velasco y Pizarro no es que defiendan la presunción de inocencia de Valadez, en la que todos estaríamos de acuerdo dado que es un ser humano, es que ponen la mano en el fuego por la integridad pasada, presente y futura del sujeto. Orgado a la grande se dice en el mus. Realmente es un órdago a la chica, y veremos si mantienen ese órdago cuando se pidan explicaciones a Valadez por las contrataciones clientelistas que hizo cuando fue responsable de personal, de los pluses pagados en contra de sentencias judiciales, de su negativa a investigar las irregularidades de su conmilitóna Cristina, de sus abusos contra los empleados del Ayuntamiento, del uso ilícito de fondos municipales para pagar nominas, del incumplimiento de los acuerdos del pleno, y un largo etcétera

Velasco y Pizarro se sienten orgullosos de la gestión de Valadez. Parecería que la Junta de Andalucía no tiene en su plantilla ninguna economista, pero me consta que hay muchos, y que deben estar escandalizado de la pésima gestión de Valadez, de cómo tras año y medio solo ha sabido gastar los fondos existentes y ha dejado cumplir todos sus compromisos de pago, con el único de objetivo de, a falta de plan de saneamiento, dorar la píldora a CCOO, por aquello de quien tiene un amigo tiene un tesoro.

Que pena me dan estos dirigente socialistas, que no entienden que lo ciudadanos cada vez toleran menos la mentira, y la ineficacia, y que los que nos sentimos socialistas solo podemos sentir asco de cómo los que en teoría nos representan humillan nuestros principios con una de las mayores felonías, la mentira.

viernes, 11 de diciembre de 2009

Decálogo de un dictador de pueblo

En rigurosa primicia para Estepona Información publico un manuscrito encontrado en el año 3123 en las excavaciones de las ruinas arqueológicas de Estepona.

1. Sé tú el causante de la caída de tu predecesor. Se puede delegar en todo, pero no en este acto inicial, pues es lo que te conferiría fuerza de forma inmediata y atemorizará a competidores. No te preocupes por las excusas para abatir a tus enemigos, basta con que funcionen. Puedes acusarlos de corruptos y, a falta de pruebas, usa de forma torticera indicios. Por ejemplo afirma que llevan un tren de vida de supermillonarios, que ya habrá quien confunda la lógica higiene de un ilustrísimo con el uso de colonias de precios prohibitivos, o el poseer lavavajillas y video con mando a distancia con el disfrute de inconcebibles lujos en sus palacios.

2. Adjudícate un vocablo e insiste en qué es lo que te define. Ya no tendrás que argumentar nada ante cualquier crítica que te hagan, simplemente usa de forma repetitiva esta palabra, a razón de veinte veces por párrafo escrito, o cinco veces por minuto de entrevista televisiva. Vale cualquiera: Eficaz, Fuerte, Laborioso, Humilde, Honrado, etc.

3. Busca enemigos a los que puedas culpar de todos los males pasados, presentes y futuros sin más argumentaciones. Nerón escogió a los cristianos En un pueblo un enemigo de fácil manejo son los imputados. Señala al enemigo “común” y todo lo que falle ya no será culpa tuya sino de los imputados.

4. Tolera las corruptelas de tus aliados. Se acercarán muchos a tu sombra porque les proporcionará impunidad, y nunca te abandonarán pues habrán unido sus destinos al tuyo. Los secretos compartidos unen mucho.

5. Los grandes dictadores miman fundamentalmente a las fuerzas que pueden protegerlos, ejercito y policía. A nivel de pueblo busca un “ejercito” combativo al que, prodigándoles favores, puedas usar para confrontaciones futuras. Te aconsejo te alíes con algún sindicato poderoso.

6. Elimina de forma implacable a los funcionarios desafectos. Si puedes, humíllalos antes de su expulsión o traslado a la nada. El miedo se apoderará del resto de los funcionarios y serán solícitos para atender tus deseos, incluso los más alejados del sentido común, del bien común, o de la legalidad.

7. Domina la información. Una opinión pública desinformada es el mejor aliado de un dictador. Usa la prensa y TV local para tus fines. Inventa noticias buenas, disimula las malas, atosiga a tus enemigos. Cuida que los imputados salgan repetidamente en prensa y televisión esposados y humillados, producirá un gran efecto a favor de tu causa.

8. Para un dictador mentir es la norma. Prodiga también las medias verdades, pues son las mentiras más eficaces. Como nos enseño un experto en estas cosas una mentira repetida de forma constante puede terminar siendo considerada una verdad. Por ejemplo, si no tienes ni idea de como sanear las arcas de tu dominio, insiste de forma repetitiva en lo magnífico de tu gestión. Cuando los hechos son tan evidentes que la mentira es de fácil detección, calla y sigue haciendo lo que te de la gana.

9. No toleres que los descontentos se salgan con la suya. Esa debilidad no es propia de un dictador. Busca a alguien que te de por escrito “opiniones” jurídicas, o cualquier otra infumable excusa, y vulnera la legalidad o los acuerdos plenarios en la forma que mas te convenga. Si no quieren carril-bici, construye dos, o tres.

10. Recuerda que la importancia de un dictador de pueblo es sólo local. Es una excelente forma de vivir, pero no sobreestimes tu importancia y poder. Ten siempre claro que tu puesto depende de los poderosos, y sé por tanto muy solícito en satisfacerlos. También recuerda que por mucho que sigas mis consejos, si al final el resultado de tu gestión es la ruina de tu pueblo terminarás de mala manera, como yo, depuesto del poder y odiado por todos, incluso por mis aliados más estrechos, ahora entregados al nuevo líder local.

Damián Zamorano Vázquez

Estepona Infomación 12.12.2009

lunes, 7 de diciembre de 2009

Linchamientos

Aitana tenía tres años. Un día, en Tenerife, cayó de un columpio golpeándose la cabeza. Se le atendió en su centro de salud solo superficialmente, e igual que le ocurrió hace años a un portero de futbol del Málaga, desarrolló un hematoma cerebral días después y falleció. Pero la tragedia fue aún mayor. El medico que atendió a la moribunda Aitana sospechó de malos tratos, realizó la correspondiente denuncia a la policía y, a saber por culpa de quién, el padrastro y cuidador de la niña –Diego- fue sospechoso de malos tratos continuados, quemaduras y abusos sexuales de la niña. La sospecha policial se filtró a la prensa, que publicó sin recato los “crímenes” cometidos por Diego, un chaval de 25 años, y se apresuró por publicar su foto. El periódico ABC bordó su titular con el siguiente pié de foto: “La mirada del asesino de una niña de tres años”. Nada de presunto, asesino. En Francia la publicación de esta foto es un delito. “Muere la niña quemada y violada”, dijo la prensa de Tenerife. Finalmente la autopsia dejó claro que la muerte de la niña fue consecuencia del accidente del columpio y Diego quedó en libertad.

El caso de Diego, de inocentes juzgados culpables por la opinión pública sin más argumentos que la lectura de una prensa poco profesional, no es nuevo. Aún tenemos como reciente el caso de María Dolores Vázquez acusada del asesinato de Rocío Wanninkhof, pero finalmente declarada inocente. En su momento los vecinos intentaron agredirla, y si no lo consiguieron es porque la policía lo impidió, pues caso contrario M. Dolores, al igual que Diego, habría muerto a palos por una turba con deseo de linchamiento.

Manipular a la opinión publica con noticias no confirmadas, crear un clímax que culpabilice a quien aún está por juzgar es muy habitual es España, y no sólo sale gratis sino que además, luego, no hay que disculparse de haber metido la pata. Ballena Blanca, ciento de páginas publicadas en la prensa sobre el dado por seguro blanqueo de millones de euros de la mafia rusa. Se ha sobreseído esta conexión mafiosa, pero la prensa solo ofrece dos notitas informativas y asunto acabado; toda la mierda lanzada previamente contra los imputado en Ballena Blanca no merecen la mas minima disculpa o análisis.

Y en esto entro en Astapa. La operación fue en exceso espectacular. Policías armados y cubiertos con pasamontañas como si tratara de una montería contra peligrosos terroristas, ocupándose con esmero de que los imputados tuvieran su buena dosis de fotos y vídeos, mostrándolos esposados y humillados, dato cierto para los cándidos de que eran culpables. Luego vino la estancia de todos ellos, durante unos días, en calabozos inmundos, y por fin, apareció una prensa que desde el primer momento se inventó todas las barbaridades posibles contra los imputados, o bien filtró sesgadamente lo que le interesaba.

El secreto del sumario de la operación Astapa se ha cumplido a rajatabla, pero desde el primer día la prensa ha indicado que había tres cajas de cobros en el Ayuntamiento, la legal, la irregular y la directamente corrupta; ese fue el inicio de las falsas denuncias de Valadez y su compañera. ¿Cómo pudo precisar tanto la prensa?. ¿Fue telepatía o simple filtración de los acusadores para fomentar el linchamiento?. Continuando el linchamiento mediático se levantó parcialmente el secreto de sumario, pero no para señalar acusaciones concretas sino para permitir publicar de forma sesgada conversaciones telefónicas privadas, de cuyo contenido nadie puede defenderse, pues sólo pueden hacerlo en el juzgado, y éste, como todos sabemos, es más lento que el caballo del malo. Probablemente todo lo que ha ocurrido y que fomenta el linchamiento es legal, pero maldita la legislación que conculca los derechos humanos anulando de hecho la presunción de inocencia. Y penosos los periodistas que olvidan que su profesión tiene unos principios éticos que aborrecen la manipulación torticera de las noticias.


Damián Zamorano Vázquez

Publicado en Estepona Información el 5.12.200