sábado, 27 de febrero de 2010

Códigos éticos

En países lacrados por la corrupción las leyes no se cumplen, por lo que elaborar códigos éticos más allá de la ley es cosa de chiste. En países con ciudadanos y políticos honestos, probablemente no hacen falta códigos éticos, la moralidad esta en el ADN de todos, gobernados y gobernantes, y sobra el papeleo de cómo hacer bien la cosas, cuando eso es lo natural en el comportamiento cotidiano.

En España no debe estar muy claro en qué grupo de países nos situamos, y desde la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) se ha consensuado por todos los partidos políticos un llamado “código de buen gobierno local”, con la pretensión de que sea aprobado en todos los municipios, y se cumplan sus preceptos.

Por supuesto que el máximo imperativo es cumplir la ley, y por tanto la ilegalidad y la corrupción no es objeto de estas normas de conducta, sigue en manos de la justicia, aunque es evidente que un comportamiento ético seguido por todos seria la mejor vacuna contra la corrupción.

Los códigos éticos surgen como iniciativa de los colectivos para ir más allá de la ley, para comprometerse a cumplir unas normas de conducta, no estrictamente recogidas en la legislación, pero a juicio de la mayoría necesarias para el buen funcionamiento del colectivo y de la sociedad en general.

A nivel de municipio hay muchos actos -no siempre ilegales- pero, que de ser realizados por los gobernantes, suponen un insulto descarado a los ciudadanos, por ser tales comportamientos ajenos al significado de la política, actividad para la mejor administración de los asuntos públicos, al servicio del ciudadano, nunca acción sectaria para beneficio de los dirigentes o sus partidos políticos, pagada a base de extorsión de los vecinos.

No es necesariamente ilegal, pero si es profundamente poco ético, la mala gestión, la falta de transparencia, anular la participación ciudadana, el alejamiento de los cargos electos de la realidad social, el transfuguismo, la connivencia con los intereses privados, la ausencia de cauces suficientes para el control de la gestión por la oposición, la mentira, la demagogia, el derroche del dinero público, el clientelismo, la contratación pública opaca, el no canalizar sugerencias y reclamaciones de ciudadanos, el no cumplir las incompatibilidades, el permitir que los gobernantes maquillen con prepotencia la ley en sus actividades públicas o particulares, el pagar productividades injustas a los empleados amigos, el acosar a los empleados enemigos.

En Estepona se ha aprobado por el pleno -a escondidas- el código de buena conducta propiciado por la FEMP. Un chiste, un insulto a la inteligencia. ¿Cómo pueden aprobarse unas normas que se incumplen de forma sistemática en el comportamiento diario?. Seamos un poco serios. No dejemos la ética y sus códigos a pie de los caballos desbocados de unos políticos que se han alejado de forma descarada del bien hacer de la gente honrada y respetable. Si lo habitual es actuar sin ética, que no nos hagan tragar ruedas de molino aprobando códigos éticos, es absurdo “si es pa ná”.

De aprobarse el código de buena conducta solo me parecería aceptable si simultáneamente se aprueban los mecanismos para asegurar que las normas contempladas se cumplen, que el documento no sea una vez más papel mojado.

Hay muchas opciones, pero se me ocurre que la figura del defensor del ciudadano podría ayudar a promover las buenas conductas, y estimular a la vez la participación ciudadana, por todos deseada de palabra, por nadie impulsada en la practica. También tendrían que decidir como se arbitra cuando se realizan denuncias formales contra el cumplimiento de estas normas.

Código de buenas conductas y normas de participación ciudadana, si no son humo, son instrumentos para dignificar la política, de asegurar una mayor concordia entre políticos o, en cualquier caso, como lo anterior será imposible, asegurar al menos una mejor sintonía entre políticos y ciudadanos.

Damián Zamorano Vázquez

Estepona Información, 27.2.2010

viernes, 19 de febrero de 2010

La felonía de Valadez no tiene límites

Aprueba la liquidación del presupuesto del 2009 sin tener ni idea de nada, y encima pavoneándose prematuramente en la prensa de haber ahorrado 20 millones de euros.
Resulta que los principales errores en el presupuesto eran:
. No incluir los gastos por préstamos bancarios a largo plazo por inversiones. Este pago se realiza mensualmente, y se le olvida incluirlo
. No tener información sobre las cuentas de las empresas municipales
. No suministrarse a intervención datos de gastos de diferentes delegaciones. Muy significativamente tampoco se ofrecieron los gastos de la delegación de urbanismo, que lleva Valadez

Valadez es inútil, pero experto en felonía y mentira. ¿Qué inventa para salir del trance?

Valadez usa una frase de intervención: “María Dolores Zanón, sobre las cuentas municipales donde ponía de manifiesto que no se había podido obtener toda la información necesaria para garantizar que el importe es el real porque «había desaparecido información absolutamente relevante»”

Valadez se inventa un delito: “Con esto, el alcalde avanzó que denunciará ante la Policía Nacional la posible sustracción de «vital documentación» de los servicios de la Intervención municipal.”. Estamos hablando del secretario local de UGT. Valadez usa su técnica preferida de denunciar en falso, mete toda la mierda posible contra un funcionario afectado por su caza de brujas, lo desprestigia ante la opinión publica (en breve saldrán opinando los linchadores a sueldo y productividad de Valadez), y sabe que cuando se demuestre que su acusación de robo de documentación sea demostrada falsa habrá pasado tiempo y mientras ha conseguido su objetivo: mentir.

Valadez da una nueva vuelta de tuerca a su felonía. El problema del PP es que es un aliado del ladrón de documentos, y en esa acusación su frase no tiene desperdicio: “«No sólo no ha condenado o criticado la presunta sustracción de documentación relevante del Ayuntamiento, sino que la han justificado. A ellos todo le viene bien con tal de desgastar al gobierno»,

Valadez completa su traición no haciéndose responsable de sus palabras, ya habla como “el PSOE de Estepona remitió un comunicado en el que lamentó el comportamiento del PP”.

Valadez es como Juan Palomo, yo me guiso y yo me lo como. Valadez ya no miente, ya hace como si mintiera el PSOE. Valadez ya no traiciona, hace como si traicionara el PSOE. Valadez ya no es inepto que nos lleva a la ruina, hace como si fuera el PSOE el que nos leva a la ruina. Porque el autodenominado PSOE de Estepona es solo y exclusivamente Valadez. Imagino que los socialistas locales tendrán la misma indignación que yo.

En mi caso me he permitido decir lo que pienso sobre la errónea actitud del PSOE en Estepona (articulo en Estepona Información), aun a riesgo de que me cueste la expulsión del partido, que no deseo pues tengo como evidente que el PSOE no es Valadez, nunca lo será. Valadez es un usurpador de unas siglas centenaria a las que espero mancille solo temporalmente, lo que tardemos en echarle

Los errores del PSOE en Estepona

El PSOE parece que busca suicidarse como opción política en Estepona, y lo hace con tanta insistencia que no sé si los socialistas locales podrán solucionar la catástrofe que esta causando la actuación de su partido. Veamos algunos errores:

1. SITUAR A VALADEZ EN EL OJO DEL HURACAN. Valadez le dijo al juez, señalando con el dedo, estos son unos ladrones. Los acusados le dicen al juez, también señalando con el dedo, Valadez es un vil mentiroso. Todos tienen sus pruebas y sus testigos, en lo que no entro. Lo que es objetivo es que las espadas están en alto, todos reclaman justicia y defienden su verdad. El PSOE no debió permitir nunca que un implicado en Astapa, como acusador de veracidad aun no demostrada, fuera alcalde de Estepona. Ha dejado al pueblo a merced de una lucha entre personas irreconciliables, y Estepona no merece ser prisionera de esta contienda. El PSOE debería haber sacado a Valadez del ojo de huracán, quizás dándole un cargo supramunicipal, y permitir que gestionara alguien no contaminado.

2. PRETENDER QUE ASTAPA ES UN BUEN ARGUMENTO ELECTORAL. Astapa casi ni ha empezado, pero todos atesoran valiosa información para atacar a su rival, sobre todo el PP que, no estando acusado, tiene mas libertad de movimientos. El PSOE da por buena baza electoral un presunto martillo de corruptos, pero el PP, una vez que el PSOE se ha identificado de forma plena con el autoensalzado honrado sin macula, puede atacar a ambos, PSOE y Valadez, con argumentos demoledores sobre sus mentiras y su participación activa en los equipos de gobierno denunciados, bien como activo impulsor de redes clientelares, bien como hooligan defensor matutino de convenios que denunciaba por la tarde en sede policial. De todo hay papeles, y hasta videos ilustrativos.

3. PERMITIR EL DESASTRE EN LA GESTION. El PSOE conoce de sobra la incapacidad absoluta demostrada por Valadez para sanear las cuentas del Ayuntamiento. Simplemente se ha dedicado a dilapidar el dinero -pasado, presente y futuro- para pagar nóminas y así granjearse el apoyo de CCOO, pero incluso esta artimaña tiene sus días contados. El PSOE debería haber intervenido obligando a Valadez a un riguroso plan de saneamiento, ofreciendo técnicos de Diputación y Junta de Andalucía para elaborar y aplicar dicho plan, pero ha preferido mirar hacia otro lado, siendo el resultado unos impuestos y unas deudas que marcarán a los esteponeros por muchos años.

4. CREAR UNA GESTORA TITERE. Intentar renovar el PSOE local no se hace con enchufados a sueldo del alcalde, que no representan a nadie, que simplemente obedecerán al tirititero, dejando apartado de tal proyecto a personas valiosas, no sectarias, con capacidad de aglutinar, de ofrecer ideas, de contactar con amplios sectores progresistas de Estepona, personas plurales, como plural es la sociedad a la que el PSOE intenta atraer.

5. NINGUNEAR A LOS SOCIALISTAS LOCALES. La humillación ha sido terrible, ni siquiera tuvo el PSOE la decencia de reunirles para dar explicaciones y recibir sugerencias. Han sido tratados como kleenex, usar y tirar. Pero a veces los kleenex se rebelan, maliciosamente se caen de las manos, y manchan la camisa nueva del que los llenó de tanto moco.

6. EVITAR EL CONTACTO CON LA CIUDADANIA. Valadez y sus seguidores son como los billetes de 500 euros, todo el mundo sabe que existen, pero nadie los ven en la calle. Se refugian es su urna de cristal y en su televisión, no se atreven ni a tomar un café con su vecinos, saben que serán duramente criticados. Maravilloso cartel electoral.

7. NO DECIR LA VERDAD. El otro día vi un encuentro digital con Griñan, magnifico, sobre todo invitando a reflexionar. El objetivo socialista es libertad en igualdad, los medios para conseguirlo pedagogía, educación y ciudadanía. Por el contrario, en Estepona, con sus mentiras repetidas, con sus panfletos intragables, el PSOE debe creer que este es un arcaico pueblo de ignorantes. Súbditos.

Damián Zamorano Vázquez
Publicado en Estepona Información. 20.2.2010

viernes, 12 de febrero de 2010

Sobre la dignidad

Hay valores para algunas personas que son innegociables. Uno de ellos es tener un comportamiento honesto; quienes lo ejercen, saben que siempre merecen como contrapartida respeto a su persona. La dignidad, es para muchos más importante que los bienes materiales; también, quienes la llevan por bandera posiblemente preferirían ser indigentes a ser indignos.

Los socialistas luchan por conjugar libertad con igualdad, que puede ser utópico e irrealizable, pero que sin lugar a dudas es un deseo noble. Sus armas incluyen la honradez, la verdad, el altruismo y la dignidad. En sus inicios el PSOE de Pablo Iglesias estaba mucho más interesado en mejorar la ética de los trabajadores que en la lucha política. Con el tiempo, al PSOE, como a todas las organizaciones, han acudido ladrones y aprovechados, y es incluso posible que estos indeseables hayan formado legión, aprovechando los triunfos electorales que suponían alcanzar el poder, y por tanto posibilidades de medrar o directamente robar. Pero no voy a tratar de los sinvergüenzas con carnet del PSOE, me quiero referir a esos otros socialistas con sentimientos, orgullosos de su dignidad, a muchos socialistas de Estepona que están penando este último año y medio.

Su primer sobresalto fue la operación Astapa, por la que conocidos militantes de su partido eran acusados de corrupción. Procedía, a su juicio, aplicar el principio de cautela: no cubrir al sospechoso ni lapidarlo de forma precipitada. Valadez mientras tanto repartía piedras a sus leales para el linchamiento.

Meses después, comprueban que este alcalde socialista gestiona de forma desastrosa. Les dicen que tiene muy buena voluntad, que sus fracasos frente al timón del Ayuntamiento era culpa de otros, pero esto es incierto. Valadez nunca realizó lo único exigible, un Plan de Saneamiento, y es difícil que la oposición boicotee lo que no existe. Es más, un concejal socialista dimitió ante la ausencia de planes sensatos que tratasen el grave déficit económico del Ayuntamiento.

Se disolvió el PSOE de Estepona, y los socialistas dejaron de ser militantes. Nadie protestó, el motivo de la disolución era un posible clientelismo generalizado en el Ayuntamiento, y comprendieron que ante las sospechas de algo tan grave no eran excesivas tales medidas.

Pero a lo largo de los meses, las noticias sobre la gestión de su partido y la actitud de su alcalde eran cada vez más negativas, no sólo por la lectura de la prensa, sino sobre todo por el boca a boca vecinal. Los socialistas veían cómo se castigaba a los empleados municipales no adictos, cómo UGT pedía la dimisión del alcalde, cómo sus colaboradores más estrechos cometían graves irregularidades que eran tapadas o no investigadas, cómo su alcalde repetía cosas que sabían eran mentiras; los socialistas lo comprobaban a diario en la calle. Finalmente era imputado por la justicia, aunque lo negara.

Hace unos días, los socialistas conocieron que se reiniciaba la vida orgánica en el PSOE local, y a tal efecto acudieron dos miembros de la ejecutiva provincial para anunciar la nueva era. El imputado alcalde como jefe. La transparencia como norma, duro sarcasmo cuando se miente de forma descarada justificando el ninguneo de los ediles socialistas o asegurando la unidad total de los socialistas. La renovación en manos de beneficiados del comportamiento clientelar del partido. La gestión ruinosa alabada, como si fuese el ejemplo a seguir.

Nuestros socialistas están dolidos, los han engañado, ni siquiera han tenido la decencia de reunir a los antiguos militantes para conocer sus opiniones. Pero los socialistas son muy dignos, y como tal exigen el respeto que merecen. Mañana los socialistas irán a ver a Heredia. No preguntarán nada, simplemente les expondrán que como personas dignas merecen un respeto que se les niega, que no se les debe de mentir, que no se les debe humillar, que son socialista y no miembros de ninguna secta. Mas tarde quizás negocien.

Damián Zamorano Vázquez
Publicado en Estepona Informacion el 13.2.2010

sábado, 6 de febrero de 2010

Alimentar al monstruo

De entre las múltiples formas de corrupción política, una de profunda tradición histórica y auge actual, sobre todo a nivel municipal y de diputaciones, es considerar por los partidos políticos que, tras su victoria electoral, el botín lógico es el asalto a la empresa pública, como si fuera sin más la agencia de colocación de los vencedores.

Lo primero es colocar a los militantes destacados en los llamados cargos de confianza, casi ausentes en países nórdicos, en los que sujetos de fidelidad contrastada ocupan puestos gerenciales para los que no están capacitados, con sueldos por encima del que tienen los funcionarios de carrera, siendo los menos dañinos los que ocupan cargos tan ficticios que ni siquiera tiene que acudir nunca a sus puesto de trabajo, tratándose sólo de una tapadera para la financiación irregular de los partidos, pagándose a los dirigentes políticos a cargo del erario público, de los impuestos. En muchos casos las juventudes de los partidos no son sino las escuelas donde se forman los más capacitados para medrar en un futuro en estos interesados carnavales.

Pero lo de los cargos de confianza sería aceptable, a fin de cuentas son de quita y pon, aunque cuando llega el quita es de armas temer, un ERE impresionante cuando un partido pierde el poder a nivel nacional, autonómico o local. Pero el problema es que el asalto a la empresa publica es de mayor calado, y consiste en saltarse a la torera la Constitución y las normas de la función publica, que tajantemente obliga a que el empleo público sólo debe obtenerse tras concurso en que se garanticen los principios de igualdad, merito y capacidad. Introducir familiares, amigos y correligionarios en las plantillas municipales de forma permanente es práctica habitual en nuestros consistorios, y se consigue con técnicas tan directas como el nombramiento a dedo, o mas refinadas como la oposición viciada, o la contratación con fraude de ley para que luego una oportuna reclamación judicial del “afectado” consagre el contrato como definitivo. Para ultimar el contubernio, un buen convenio laboral asegura la imposibilidad de despido, y todos adentro.

Si estas corruptas prácticas clientelares han podido ocurrir en cualquier consistorio de España, en Estepona se daban condiciones para que fuera aún más probable. Primero, han gobernado a lo largo de los años muchos partidos políticos, todos con su cuota de poder, es decir, su cuota de colocar gente en el Ayuntamiento. Segundo, el invento de las empresas municipales del GIL fue religiosamente conservado por sus sucesores, y en estas empresas es incluso legal contratar a dedo. Tercero, la bonanza económica ocultó los déficit y permitió contratos sin ton ni son, mientras se obviaba por ejemplo el pago de Hacienda, Seguridad Social y a grandes proveedores.

Las consecuencias en lo político del clientelismo: nefastas. El ciudadano descontento con el sistema, y los mas afectos a la política en muchos casos simples aprovechados sin ninguna ética de servicio a la ciudadanía –lo que define la política- sino, al contrario, un interés muy personal de sacar tajada del contubernio, él o sus familiares.

Otra consecuencia de este clientelismo: un gran monstruo, la actual plantilla del Ayuntamiento de Estepona. Monstruo por lo feo, pues nada hay mas feo que algunos usurpando puestos de trabajo bien pagados y bien descansados, a los que podrían haber accedido otros ciudadanos si se hubieran respetado los principios que deben regir en la contratación publica.

Grande es el monstruo -la incapacidad infla plantillas, no aumenta la productividad- y de hecho se come en nominas mas de lo que se ingresa, y eso supone deudas, altos impuestos, malos servicios.

¿Seguimos alimentando sin más al monstruo de la plantilla municipal, o intentamos adelgazarlo y adecentarlo?. Les ruego piensen sobre la pregunta. Yo también lo haré, y si se me ocurre algo de interés lo escribiré en próximos artículos

Damián Zamorano Vázquez

Publicado en Estepona Información. 6.2.2010