sábado, 25 de junio de 2011

Perder con dignidad

La expectativas para las próximas elecciones son malas para los socialistas. Hablo, ni mas ni menos, de las elecciones para el gobierno de la nación y de la comunidad autónoma andaluza. Las ultimas elecciones municipales han deparado un muy severo castigo a los socialistas, sobre todo en la provincia de Málaga. Voces mayoritarias del PSOE piden que se actúe en consecuencia y asuman sus responsabilidades los lideres del PSOE de Málaga o, dicho con menos eufemismo, que Miguel Ángel Heredia dimita, sin mas.

Yo estoy entre los que exigen la dimisión de Heredia, aunque el motivo menor sea el fracaso electoral . Mas importante me parece la pésima gestión que ha desarrollado dentro del partido: cuando había un fuego ha actuado aportando más gasolina, para apoyar a sus preferidos y hundir al resto. Puedo asegurarles que los socialistas de Estepona hemos desarrollado todas las iniciativas posibles para intentar un partido local plural y democrático, pero Heredia lo ha impedido cual pirómano consumado: solo ha actuado apoyando al dictador Valadez.

En el argumentarlo para exigir la dimisión de Heredia está también su incapacidad para conectar el PSOE con la sociedad. Como es joven quizás no conoce el Nodo, y quizás por eso no sabe que su campaña electoral fue un remake de las trolas del Nodo. La población ya es demasiado madura para creerse tal burda propaganda.

Cabria recordar que en las elecciones municipales de Estepona el PSOE de Valadez ha obtenido cerca del 25% de los concejales, y cerca del 20% de los votantes, pero sólo ha obtenido menos del 12% del voto de los votantes potenciales. Si el objetivo del PSOE es modificar la sociedad, y su única arma es la movilización de una izquierda activa y formada, es para echarse a llorar: poco mas de 1 de cada 10 votantes potenciales se dignaron votar al PSOE, y eso que votar es mas simple que militar por unas ideas.

Propaganda y desinformación aparte, en las próximas elecciones la ciudadanía decidirá mayoritariamente entre PSOE y PP en base a dos criterios. El primero, quien podrá crear más riqueza y por tanto más puestos de trabajo. El segundo, si esta riqueza se distribuirá entre todos, empresarios y trabajadores, o se seguirá un modelo neoliberal, como ocurre cuando gana la derecha, en el que la riqueza será sobre todo para los poderosos, castigándose sin mas las condiciones laborales y el Estado de Bienestar.

Mi opción es la socialdemócrata, primero crear riqueza, segundo adecuar la redistribución de esta riqueza. Dentro de la libertad y la prosperidad es necesaria mas igualdad, al menos de oportunidades, y más apoyo al débil. Pero se requiere que PSOE obtenga el apoyo de la población. Esto exige decir la verdad –y solo la verdad- de la difícil situación que atravesamos. También, dejar de emular al Nodo y estar de forma real con la ciudadanía, para los aplausos y para las criticas. Por eso no entiendo las manifestaciones de los dirigentes del PSOE, de que el debate sólo debe hacerse en los órganos internos -¿sexuales?-. Es un craso error: procede discutir no sólo en sedes y restaurantes, sino con luz y taquígrafos en el seno de la ciudadanía real.

No hay tiempo para improvisar lideres e ideólogas, aunque será absolutamente necesario en su momento. Lo que urge es que Heredia dimita como secretario del PSOE de Málaga y se cree una gestora con personas respetables y respetadas.

En Estepona la cuestión es de una claridad diáfana: dimisión inmediata de Valadez y creación de una gestora liderada por personas con capacidad de integración y respaldo social. Y a partir de ese momento regenerar el PSOE local con la única receta disponible: decir la verdad e integrarse con la ciudadanía para ser fieles representantes de sus deseos y necesidades

Es posible que aun haciendo las cosas bien perdamos las próximas elecciones- aunque hay que ir a ganar-, pero perderíamos con dignidad, no como indignos mentirosos pesebristas.

Damián Zamorano Vázquez

Estepona Información. 25.6.2011

sábado, 18 de junio de 2011

Mear fuera del tiesto

El sábado pasado acudí, como otros muchos, al pleno que proclamó a José María García Urbano nuevo alcalde de Estepona. Me gustó bastante su discurso de investidura. Fue duro con el pasado, incluyendo la crispación, la inoperancia y la burla continua a la necesaria legalidad administrativa. Pero lo más interesante fue que se reafirmó en sus promesas y programa electoral, y ya no hablaba como candidato, sino como alcalde en funciones. Es muy importante la diferencia entre el “yo haría” de un candidato y el “yo haré” de un responsable.

Después de hablar estos días con mucha gente estoy muy esperanzado con el futuro de Estepona:

  1. Quien entiende me asegura que en 6 meses estará resuelta la crítica situación económica del consistorio, y a un lego en la materia como yo le tranquilizan estas expectativas.
  2. Respecto a la necesidad de conseguir un correcto funcionamiento del personal del Ayuntamiento tengo un criterio optimista propio, pues conozco el paño al haber tenido experiencia en dirigir grupos. Estoy convencido de que la mayoría de los trabajadores colaborarán lealmente con sus superiores, quedando pues como minoritarios y fáciles de reconducir a los pocos impresentables que hay en cualquier organización social.
  3. El tercer puntal para la recuperación de Estepona es atraer inversores. Tenemos un gran producto: Estepona-Costal del Sol. Faltaba alguien que ofreciera seriedad, y tuviera contactos, conocimientos e iniciativas. En este punto creo que García Urbano nos sorprenderá en breve de forma muy grata.

Por otro lado, dicen que cuando un tonto coge una vereda, se acaba la vereda pero sigue el tonto. Para ser fiel al dicho, David Valadez aprovechó el pleno para seguir diciendo tonterías. Le pidió al nuevo alcalde que hiciera todo lo que él nunca hizo. Cuando dijo que García Urbano debería abrir al pueblo las puertas del Ayuntamiento, el público se irritó y terminó abucheándolo, de la misma forma que Caín hubiera sido abucheado si en el entierro de Abel proclamara el amor fraterno como el máximo valor ante sus huérfanos sobrinos.

Compitiendo en torpeza con Valadez tuvimos al “joven” Gerardo Galán, en compañía de dos docenas de otros jóvenes, intentado reventar el acto. Al final hicieron un pasillo para abroncar a los que salían del acto. A mi salida me obsequiaron con un slogan: “los enchufados miran a otro lado”. Siempre tendré la duda de si me confundieron con otro, o es que las consigan eran “pret a porter” y no a la medida del abroncado. También una chica de la edad de mi hija me afeó que me estaba tomando una cerveza bien fresquita (un euro) y ella estaba con la boca seca. Como español a la antigua hubiera sido un honor invitarle a otra cerveza, pero me contuve, no fuera que me interpretara como un cerdo capitalista intentando comprar a una proletaria pura.

Al final meaban fuera del tiesto. Si querían expresar su malestar a los políticos, pues resulta que estos eran muy poquitos, y los que tuvieron que sufrir su pasillo no fueron ellos, sino los cientos de ciudadanos corrientes que acudimos al acto, y que en teoría deberían estar tan indignados como ellos, y también en teoría, aunque más calvos y barrigones que los jóvenes, cosas de la edad, seguro que eran tan dignos como los indignados.

No tengo intención de criticar a los jóvenes que mearon fuera del tiesto. La inmadurez no es una enfermedad sino un estado fisiológico que se corrige con los años, siempre y cuando se usen estos años para pensar con cabeza propia. Pero lo del joven Gerardo Galán es harina de otro costal. Lo veía gritando: “PSOE y PP, la misma mierda es”. ¿Gerardo, los pocos cientos que te votaron son más dignos que los miles que votaron al PSOE, PP o partidos similares? Nunca pensaría que tu partido, tus votantes o tú mismo sean un mierda. También reconozco que a veces me equivoco cuando pienso.

¡Que paciencia hay que tener con los hijos, incluso en el esperpento¡: mientras no sean violentos.


Damián Zamorano Vázquez

Estepona Información. 18.6.2011

domingo, 12 de junio de 2011

Rosebud

La película Ciudadano Kane es una obra maestra de Orson Welles. El protagonista es un magnate de la prensa, Charles Foster Kane, que fallece, acompañado solamente por sirvientes, en su gran mansión pronunciando una única palabra: «Rosebud». La trama de la película es la búsqueda del significado de esta enigmática palabra. Al final de la película, el espectador descubre que Rosebud es el nombre del trineo de Kane cuando éste era pequeño. Pero el significado profundo de Rosebud, lo que de verdad añoraba el poderoso en su lecho de muerte, es la definitiva falta de felicidad pues una vida repleta de poder y dinero no pudo permitirle el cariño o la amistad de los demás. Rosebud es la pérdida de lo más preciado, sea un trineo, un amigo o un amor verdadero, es la condena a morir en la soledad más absoluta, simplemente por ser mala persona.

Fernando Savater en su obra “Ética para Amador”, justifica un sentido ético de la vida, al menos para no tener el final de Kane, que lo consiguió todo, excepto la felicidad. La falta de ética puede en algunos casos no ser castigada por los demás, pero siempre tiene un castigo cruel: el transgresor se encontrara al final solo, y se odiará a sí mismo, incluso más que los demás puedan odiarlo.

Alguien ha dicho que hay que olvidarse de David Valadez, que no merece la pena ocuparse del árbol caído. El problema es que el árbol, efectivamente, se ha derrumbado, pero con nosotros debajo, y nos ha aplastado. Merece pues al menos hacer un certificado médico de los hechos, o acta notarial, para que nunca más se repitan personajes como el que hoy dejará de ser alcalde.

Valadez traicionó a sus compañeros de partido, según él para restaurar la legalidad. Las acusaciones que realizó, sólo las que conozco, eran pura falsedad, y ya se encargará -¿en este milenio?- la justicia en el caso Astapa de poner a cada cual en su lugar, e incluso castigar duramente al que mintiendo obtuviera prebendas o bastones a su favor.

Valadez ha traicionado a la militancia e ideología socialista en Estepona. Simplemente disolvió el partido para obtener todo el poder, rodeándose de una camarilla de aduladores, poca cosa por cierto. Y actuó con una arbitrariedad, megalomanía y uso compulsivo de la mentira que avergüenza no solo a cualquiera de izquierda, sino también a cualquier persona mínimamente demócrata o ilustrada.

Valadez ha traicionado a Estepona, un bello y decente pueblo, al que ha condenado a tres años de miseria moral y económica, dejando una horrorosa herencia contra la que ha de luchar el próximo equipo de gobierno y en general toda la ciudadanía, pues las deudas al final habrá que pagarlas.

Los traicionados no perdonarán, sobre todo cuando en los próximos meses se vayan conociendo las enormes dimensiones de la triple traición de Valadez, que serán para asustarse. Los aliados de Valadez, CCOO, su equipo de gobierno y el PSOE provincial, dirán en su momento que fueron engañados por Valadez, o quizás no digan nada, pero lo abandonarán, al igual que todos abandonaron a Kane cuando ya no fue útil. Serán los menos duros, o los más, pues lo castigaran con la indiferencia y la soledad.

Valadez es aun joven. Hoy dejará de ser alcalde. Hoy, o un poco más tarde, estará en la soledad más absoluta. Si tuviera un ángel de la guarda, que dicen merece cualquier persona, hoy aconsejaría a Valadez pronunciar la palabra mágica «Rosebud», reconocer que tanta ambición desmedida, tanta falta de ética, tanta mentira, sólo le ha llevado a lo que merecía, a no ser nadie. Siendo joven tiene una oportunidad que no tuvo Kane, que sólo se arrepintió en su lecho de muerte, tiene la oportunidad de intentar reconciliarse con la humanidad y consigo mismo, y para ello lo primero es abandonar la política y lo segundo meditar mucho.

¿Dimitirá Valadez?. No lo creo, probablemente también lo abandonó en su momento, asqueado, su ángel de la guarda.

Damián Zamorano Vázquez
Estepona Información. 11.6.2011

sábado, 4 de junio de 2011

Indignaos

En el año 1945 el británico Churchill era un gigante político: había liderado la victoria de su país sobre la casi invencible Alemania de Hitler. Pero era reticente con ideas sobre como mejorar el sistema de salud y la educación pública. De forma sorpresiva perdió las primeras elecciones tras la guerra, ganando la izquierda (los laboristas). La población juzgó que el líder de la guerra no era el mejor hombre para liderarlos en la paz.

Realmente lo ocurrido era previsible. El inmenso sufrimiento durante los años de guerra dejó a los supervivientes un profundo deseo de libertad y democracia, y sobre todo un deseo de construir una sociedad justa y amable, en la que todos tuvieran al menos igualdad de oportunidades en la vida social, y en la que se garantizaran unos mínimos de protección ante las circunstancias adversas, como el desempleo, la enfermedad o la vejez. En Europa Occidental se inicio la creación del moderno Estado de Bienestar, que aun persiste en nuestros días.

En España ocurrió algo parecido en la transición política tras la muerte de Franco. No sólo se exigía libertad, también se deseó el modelo social europeo, en el que la prosperidad se aunaba con la solidaridad, asegurando condiciones dignas para todos. Este deseo de cambio culminó con la victoria electoral apabullante de Felipe González, y fueron sus gobiernos los encargados de culminar el programa del Estado de Bienestar, incluyendo sanidad y educación de calidad para todos, con la equidad como norma, y asegurando un sistema de pensiones razonablemente justo. Obviamente, todo mejorable.

Desde entonces, salvo algunas pequeñas crisis económicas, España ha ido alcanzando cada vez más prosperidad económica. Como consecuencia, una o dos generaciones de españoles no tuvieron necesidad de ocuparse de los asuntos públicos, se apolitizaron, y dedicaron sus energías a su vida privada o como mucho a organización solidarias no gubernamentales.

Se abandonó la participación en lo público, porque no importaba -las cosas iban bien- pero también ayudaron otros factores. Por un lado una espiral de consumismo sin precedentes creaba unas necesidades -en muchos casos artificiales- que constituyeron el nuevo opio del pueblo. Por otro lado los medios de comunicación, todos dependientes de los poderosos, se dedicaron a la magna tarea de intentar confundir o incluso idiotizar a la población, y aun siguen en este afán, comprando televisiones para programar sandeces. Por ultimo, desapareció la militancia activa en los partidos políticos y movimientos sociales, ambos quedaron en manos de profesionales de la política y lo público, convirtiéndose en una casta minoritaria endogámica, para lo que lo primero era defender sus intereses personales y de clan, y lo segundo desprestigiar a sus rivales. Gobernaron o gestionaron sin una base social potente que les orientara y exigiera, y terminaron siendo tecnócratas sin corazón. Esta forma de hacer política, estos políticos, fueron una presa fácil para los mercados y los poderosos, que terminaron marcando las reglas del juego.

Pero la actual crisis económica ha roto todos los esquemas. Su principal victima es una o dos generaciones de españoles sin trabajo ni porvenir, con el riesgo de que cuando por fin se genere trabajo, por efecto de la ley de la oferta y la demanda, el empleo del futuro sea precario y mal remunerado. En estas circunstancias, antes o después, sostener el Estado de Bienestar será ruinoso, y se irán perdiendo uno a uno muchos de los avances sociales que tan fatigosamente fueron consiguiendo los europeos tras la segunda guerra mundial y los españoles tras la transición democrática.

Corresponde sobre todo a jóvenes y parados indignarse contra una sociedad que se ha vuelto injusta. Stéphane Hessel, con 93 años, miembro de la resistencia francesa, expresa bien este cabreo en un breve ensayo justamente titulado “Indignaos”.

Sobre como plasmar esta indignación opinaré en otro artículo.

Damián Zamorano Vázquez

Estepona Información. 4.6.2011