lunes, 19 de septiembre de 2011

La piel que habito

El otro día acudió a Estepona el secretario provincial del PSOE de Málaga, Miguel Ángel Heredia. Su visita formaba parte de los actos previos a la futura campaña electoral. 


Hace años, Estepona era un vergel socialista y las visitas preelectorales de un secretario provincial eran motivo para una fiesta de reafirmación de la militancia, a la que todos acudían para ofrecer su trabajo y cargarse de energía. Tras la mortífera epidemia llamada Valadez, Estepona es un desierto para las siglas oficiales del socialismo, el PSOE, y los viajes de Heredia y otros dirigentes rozan la clandestinidad.


Las próximas elecciones nacionales y andaluzas son de vital importancia para el PSOE, pero sobre todo para la población en general. Austeridad y creación de empleo figuran en la agenda de todas las formaciones políticas, pero para muchos no será lo mismo que gobierne la derecha o la izquierda, y se supone que los partidos representan los intereses y los deseos de los sectores de la población que les apoyan, y debe movilizar a estos sectores, especialmente en una campaña electoral. 


En condiciones normales la agenda de visita de Heredia a Estepona hubiera sido muy distinta. Por un lado habría tenido reuniones con colectivos defensores de lo público, probablemente los más perjudicados por las medidas de austeridad y/o privatización a aplicar por la derecha. Maestros, sanitarios, asistentes sociales, trabajadores municipales son algunos de los colectivos que tendrían algo que decir y algo que oír de los dirigentes socialistas. Jóvenes, parados y sindicalistas formarían otros grupos con los que dialogar e intentar movilizar. Por último una asamblea informativa multitudinaria con la militancia socialista local seria el broche adecuado a un trabajo preelectoral fructífero. 


Pero en los desiertos no hay casi vida, y a lo mucho que aspiró Heredia cuando acudió a Estepona es que alguna personalidad, que no colectivo, lo recibiera sin incluir abucheos a Valadez en el acto de bienvenida. Triste sino el de un partido de masas que, tras expulsar a su militancia, solo le queda hacer visitas de incógnito, y por supuesto evitar el contacto con los colectivos que en teoría deberían ser su apoyo social y electoral. 


Los de Estepona Información tienen buen corazón y le echaron un cable publicitario a Heredia, concediéndole una entrevista publicada en su periódico. Se le preguntó a Heredia qué opinaba de Valadez, y contentó a su solitario acompañante con un encendido elogio a su persona. En sus palabras Valadez había dejado su piel en beneficio de Estepona. 


Otro malagueño distinguido, Antonio Banderas, también había tenido problemas con piel, conocidos en la película de Almodovar “La piel que habito”. En concreto, Banderas, eminente cirujano plástico, había perdido a su mujer quemada en accidente de tráfico y, empeñado en crear una nueva piel que le hubiera salvado la vida, no dudó en traspasar todos los límites permitidos para conseguir su propósito. 


Heredia también parece haber perdido la cabeza en su defensa de Valadez. En primer lugar se equivoca en su diagnóstico: no es Valadez el que se ha quedado sin piel defendido a Estepona, es Estepona la que se ha quedado despellejada tras la calamitosa gestión de Valadez. En segundo lugar debería de recapacitar sobre las nulas cualidades de su defendido. 


¿Dónde están los socialistas cuando Heredia acude a Estepona? En sus casas, esperando contestación a la carta con 300 firmas pidiendo democracia en el partido. ¿Dónde estuvo gran parte del voto de izquierdas en las últimas elecciones municipales?: en la urna de García Urbano, patriotismo obliga, lo más lejos posible de Valadez. ¿Dónde estará el voto de izquierdas local en las próximas elecciones generales y andaluzas?: pues dependerá del grado de abstracción del personal, de si es capaz de concluir que puede y debe votarse al PSOE a pesar de tener en su seno a un personaje como Valadez.

Estepona Información. 17.9.2011

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