jueves, 29 de mayo de 2014

El PP y Podemos


Imaginen la peor pesadilla para los poderes fácticos que sustentan al PP: que tras las próximas elecciones generales se imponga un gobierno de coalición PSOE-IU. Empresarios, financieros, jerarcas de la Iglesia pre-Francisco, amplios sectores de la clase media, todos tiemblan de miedo ante tal posibilidad. Un desastre: se derogaría la reforma laboral que promete pingues beneficios a los empresarios, se acabaría el adoctrinar niños en los colegios, habría normas fiscales que perjudicarían a los ricos, se vetaría el privatizar lo público para hacer caja, y la profundización de las libertades individuales crearía serias urticarias al conservadurismo que anida en el PP. Un gobierno PSOE-IU seria la peor tragedia posible para la derecha española.

Imaginen que los votos que ha obtenido Podemos en estas ultimas elecciones europeas hubieran ido a IU, como hubiera sido natural, quedando en este momento el PSOE con el 23% del voto e IU con el 18%. Sobre esta base electoral una victoria del PSOE en las próximas elecciones generales, aun por la mínima, podría permitir un gobierno razonablemente estable PSOE-IU. El PSOE es un partido de gobierno, y con fuertes compromisos con Europa y Estados Unidos, pero si la opción es compartir gobierno con IU sus militantes no tendrían duda alguna en hacerlo, e incluso estarían encantados, muy contentos de quitarse la mala conciencia de aquella bajada de pantalones de Zapatero en mayo del 2010, sin luchar y sin ni siquiera explicar lo que pasaba.

Pero ha ocurrido lo impensable, que un amplio sector del electorado, mezcla de los descontentos y del 15-M, no ha optado ni por la abstención ni por IU, sino que directamente ha dictaminado que todos los que están son “de la casta”, y ha convertido de la nada al Podemos de Pablo Iglesias en la cuarta fuerza electoral a nivel nacional. No sabemos que ocurrirá con este partido en próximas elecciones, puede que se hunda, puede que aumente su aceptación por el electorado, pero lo que no puede ocurrir en el corto plazo es que Podemos se ennovie con IU integrándose de forma clara en el sistema.

Tras el fracaso electoral del 2011 el PSOE decidió voluntariamente – y por falta de consenso interno- no mover ficha, salvo en Andalucía, y realizó lo que nunca podía funcionar: realizar la travesía del desierto desde el inmovilismo. Y así de mal le han ido las cosas. Pero es posible que el PSOE logre remontar algo gracias a un nuevo liderazgo, y dado que la situación económica no mejorará en unos años, no seria nada extraño que el PSOE gane por la mínima las próximas elecciones generales. Pero en este momento surgiría el gran problema, que sería intentar gobernar con una especia de heptapartito, con IU, tránsfugas de Podemos, Verdes, nacionalistas no catalanes ni vascos, y alguno mas que se deje. Seria una opción suicida, que solo llevaría a un mal gobierno de dos años para culminar el desastre con unas elecciones anticipadas y un triunfo aplastante del PP por años. Gobernar contra los poderes fácticos y contra una parte considerable del electorado es muy difícil, pero podría conseguirse si solo implica una coalición PSOE-IU, pero si implica una coalición de múltiples partidos pequeños, sin nada en común en el fondo, eso son ganas de suicidarse y el PSOE es demasiado serio para eso.

Cuando hace días Felipe González dijo que en caso de necesidad el PSOE debería hacer una gran coalición con el PP sabia lo que decía. Sabia que esta gran coalición seria aplaudida si una grave amenaza externa afecta al país, por ejemplo que Napoleón invada España, o los separatistas se tiren definitivamente al monte. Pero también sabe –creo- que si esta coalición es necesaria porque ambos, PP y PSOE, han fracasado espectacularmente, seria una coalición vergonzante, la coalición del fracaso de ambos, no impuesta por un enemigo externo sino por uno interno: un electorado que repudia a los de la casta. La coalición del fracaso PP-PSOE seria humillante para los militantes del PSOE, pero peores sapos se han tragado en su historia, y el PSOE en su momento se tragaría también este sapo, sabiendo que pueden salir medianamente airoso si mejora la economía, o puede directamente desaparecer como partido en caso contrario.

El PP lo tiene fácil. Su plan A es gobernar en solitario. Lo único que no le interesa en un gobierno PSOE-IU. Si falla el plan A le queda el B, que el PSOE gobierne solo, o la gran coalición PP-PSOE. Salvados sus intereses la derecha fáctica tiene su futuro asegurado, sea con la franquicia PP, sea con cualquier otro partido con cualquier otro nombre. El destrozo que le ha hecho Podemos a IU es lo mejor que le ha pasado al PP. Además el PP no tiene que calentarse mucho la cabeza respecto a que hacer en el día a día: atacar sin misericordia a todos, PSOE, IU y Podemos,  esperando que destrozándose entre ellos lleguen lo mas debilitados y desprestigiados posible a las urnas. Y si hace falta se aprieta atacando el prestigio del PSOE en el votante de izquierdas afirmando que lo mejor es la gran coalición.

El PSOE lo tiene mucho peor, mal si solo puede gobernar en un delirante heptapartito, mal si solo puede gobernar en coalición en el fracaso con el PP. Al PSOE solo le cabe empezar de cero, olvidarse del ajedrez, olvidarse de este artículo los que lo hayan leído, y reformular su oferta socialdemócrata, hacer una regeneración interna democrática radical, y con estas nuevas armas enfrentarse al futuro y pedir su apoyo al electorado. Dudo que sepa hacerlo, pero seria lo mejor para el PSOE y para este país.


Damián Zamorano Vázquez
Publicado en Diario Sur, Malaga, 29.5.2014

1 comentario:

  1. No sería posible otro panorama?, por ejemplo, PODEMOS baja de su poltrona a IU y la hace girar hacía la izquierda, y al ser estas dos organizaciones necesarias para un posible gobierno socialista, sirvan de control del PSOE, para que realice una política de izquierdas de una vez por todas?

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