viernes, 16 de octubre de 2009

Astapa todo lo tapa

Aviso que este artículo no trata de Astapa, no deseo que la legión de ciudadanos aburridos de Astapa abandone de inmediato la lectura.

Tratare de como un mal dirigente utiliza un manta opaca, Astapa la llaman, para cubrir una pésima gestión que ha culminado con la ruina de nuestro pueblo, de la que solo se saldrá con una fuerte hipoteca que pagaran nuestro hijos. Esto quizás interese mas a los lectores, que conocen que con la moneda local, los astapiños, no se compra en supermercados ni se pagan impuestos.

Me referiré a la situación económica. Valadez y sus compañeros llevaron al consistorio al borde del precipicio, y ya por ultimo Valadez en solitario ha logrado dar un paso decisivo hacia adelante. El despilfarro de anteriores equipos de gobiernos parecía poco dañino, el ladrillo lo pagaba todo, pero el ladrillo se acabo, y mas que lamentarse la cuestión era adaptarse a la nueva situación, y corregirla con el único objetivo de beneficiar a la ciudadanía, no a dirigir todos los esfuerzos a consolidar un poder personal, a mas INRI torticeramente conseguido.

En único reto real era hacer un plan de saneamiento, imprescindible en un Ayuntamiento cargado de deudas y con unas nominas que superan los ingresos. Se anunció un estudio por consultora externa, primero diagnostico, luego de aplicación de medidas. Esta segunda fase estaría elaborada en marzo del 2009 y se llevaría a la consideración de la oposición y agentes sociales. Para no salirse de la norma era una mentira más de Valadez. No existía plan de saneamiento, y lo que presento era un sucedáneo, más fantástico que las historias del barón de Munchausen, para poder aprobar un crédito leonino para que el gobierno de dentro de dos años gestione sin faldas y a lo loco. El inexistente plan de saneamiento trajo la caída del anterior delegado de Hacienda, Antonio Sánchez, que algún día debería explicar lo que pasó, aunque para gran consuelo tal delegación fue ocupada por una concejala experta en transfuguismo, ferias inseguras y bomberos cabreados.

Un plan de saneamiento debería tener cuatro componentes: disminuir gastos en nominas, buscar ingresos, negociar las deudas y, cortesía al ciudadano, disminuir los impuestos.

Disminuir el gasto en nominas es condición previa para todo lo demás. Si hablamos de buenos políticos incluso debería de conseguirse sin despidos. No es la cuadratura del circulo, es estudiar formulas que deben incluir externalizacion de servicios. Lo primero es tener un plan, luego negociarlo con los sindicatos. Lo que no puede hacerse en este momento crítico en una simple subrogación de los trabajadores de las empresas municipales en el Ayuntamiento. No es económicamente viable, ni es ético, como no lo es apoyarse en trabajadores contratados digitalmente para consolidar un cargo también obtenido de forma anómala, todo pagado a base de impuesto del contribuyente.

Buscar ingresos en época de crisis de la construcción, puede parecer difícil, pero hay formulas, entre ellas repercutir gasto público sin utilidad social demostrada en los consumidores directos. Paralelo a esto múltiples iniciativas de un alcalde diligente aportarían inversiones necesarias a un municipio de paro desbocado, que gestionar no es pedir limosnas al partido que gobierna.

La disminución de impuestos es una necesidad social. Como sabrán el cuerpo social predominante de Estepona esta formado por parados, pensionistas y mileuristas, a los que no se les puede decir con recochineo, como se hizo, que la bajada de impuestos propuesta por la Plataforma y la oposición es cosa de malvados traidores.

Pero lo que mas me duele de ese utilizar la manta de Astapa para tapar vergüenzas, es que mi partido, democrático y socialista, utilice la manta para entronizar como líder del PSOE a David Valadez, en momentos distintos directamente expulsable por incompetencia y mentir malintencionadamente para hundir a sus rivales políticos compañeros de partido.

Damián Zamorano Vázquez
Publicado en Estepona informacion el 17.10.2009

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