viernes, 21 de mayo de 2010

Krugman

Paul Krugman es un economista americano, galardonado con el premio Nobel en el 2008, siendo fácil su lectura para el no especialista, y profusa su producción, tanto en libros como en artículos en prensa. Crítico acerbo de Bush y el neoliberalismo, cercano a los planteamientos neokeynesianos, Krugman suena lo más parecido en EEUU a la izquierda europea.

En marzo del año pasado dio en Sevilla una conferencia, consiguiendo persona tan poco sospechosa amargar el día a nuestro optimista antropológico, Zapatero. Más o menos vino a decir que teníamos demasiadas deudas, que somos poco productivos, y que la recuperación económica de España seria lenta, y entre dolorosa y extremadamente dolorosa. Dijo que con la crisis éramos al menos un 15 % mas pobres, y que dado que estando en el euro no podíamos devaluar la moneda, como hizo Reino Unido, sólo cabía reducir salarios y precios al menos un 15 por ciento.

La receta de Krugman se ha aplicado, pero de forma extremadamente tortuosa. Primero se empobrecieron de forma rápida en la empresa privada, con muchos empresarios arruinados y muchos trabajadores en el paro o con el susto calándole los huesos. Ahora le ha tocado empobrecerse a los funcionarios e –injustamente, y un suicidio electoral- a los pensionistas, esta vez a golpe de decreto.

La hoja de ruta de Zapatero era la sugerida por los organismos internacionales, inyectar dinero para aumentar el consumo (por ejemplo con un plan de obras públicas), sin importar en ese momento el déficit y, una vez iniciada la recuperación, disminuir de forma lenta este déficit. Pero tres días después de reafirmarse Zapatero en su programa, mostrando su divergencia con Rajoy en el ritmo de disminución del déficit, llega el mercado, FMI y Alemania y dicen que no, que el reajuste debe ser inmediato. Por si Zapatero no entendió la indirecta Obama insistió en una insólita conversación telefónica, no insólita por que hablen por teléfono, sino porque motivara una nota de prensa emitida por la administración americana.

Zapatero dicen que ha tenido muchos desaciertos en la gestión de la crisis, con medidas tardías, contradictorias o directamente equivocadas. Desde luego erró en no informar a la población de la gravedad de la situación y la necesidad de apretarse el cinturón, aplicando las dolorosas medidas necesarias en el momento oportuno. Obama dijo la verdad, trato a sus ciudadanos como adultos, Zapatero no.

Pero probablemente se requieran mas recortes del gasto, y aumento de impuestos, y debe hacerlo el gobierno desde la soledad mas absoluta pues la oposición no piensa mancharse apoyando medidas impopulares.

Lo peor de todo es que estas drásticas medidas para diminuir el déficit no motivan crecimiento, sino todo lo contrario, por lo que tardara en crearse empleo, siendo el paro el principal drama en España, mucho mayor que un empobrecimiento que si afectara a todos por igual seria socialmente mas aceptable.

Y aun queda hacer los deberes más importantes, aumentar la productividad, tanto en el sector privado como en el público, siendo necesarias reformas en todos los sistemas productivos y en la administración del Estado. La reforma laboral, la más comentada, es sólo una parte de todo lo que es necesario reformar.

Aviso a navegantes. Zapatero ha tenido que aplicar medidas drásticas con las que no está de acuerdo, pero no hacerlas era un suicidio. En Estepona tenemos la crisis general y una particular, un Ayuntamiento que gasta en nominas mas que lo que recauda. Ya hace tres años quedó claro que los ingresos del ladrillo disminuirían brutalmente, y sólo cabía adaptar el gasto corriente a los ingresos propios. Valadez, por incapacidad y por oportunismo político, no ha sido capaz de disminuir los gastos del consistorio, y hablo de nominas. Su técnica de ocultar o directamente mentir no les valdrá cuando culmine el drama local, y no haya dinero ni para gasolina ni para nominas, y queda ya poco para que esto ocurra.

Damián Zamorano Vázquez
Estepona Información. 22.5.2010

No hay comentarios:

Publicar un comentario