domingo, 9 de mayo de 2010

Un mundo infeliz

Hace 3 años vivíamos en un mundo feliz, no había paro, acudían ingente cantidad de emigrantes, se cobraban buenos sueldos en trabajos manuales, el Estado de Bienestar funcionaba aceptablemente, hasta el punto de aumentarse las prestaciones en un ambicioso proyecto de atención a la dependencia, había superávit en las cuentas públicas, y en definitiva éramos un país prospero y feliz, con el único horizonte de mejorar lo existente.

Pero llegaron unos facinerosos financieros americanos, que en su codicia estafan a la sociedad, y crean un severa crisis económica mundial, que en España se acentúa por nuestro modelo de crecimiento basado en el ladrillo, que depende íntimamente del préstamo, y éste se derrumba por la crisis del sistema financiero. Los que provocaron el problema son subvencionados con dinero público, prosiguen su felonía acosando al euro, empezando por el país mas incompetente en su finanzas (Grecia, por cierto bajo gobierno de derechas cuando cometió sus tropelías), y no contentos con lo anterior pontifican que el desastre creado por ellos sólo puede ser arreglado abrazando con devoción mariana el neoliberalismo sin control que permitió su millonaria estafa, y todo en nombre del un así llamado mercado, que en el fondo no es sino una mafia de especuladores insolidarios que serían severamente reprendidos por el puritano padre del capitalismo: Adam Smith.

Uno de estos ideólogos, a sueldo de los todopoderosos financieros que nos hundieron, no puede ser más claro al señalar el programa-mierda social que nos ofrecen. Escribe un señor, con cara de muchos masters:

“… Si el mercado no obtiene lo que está pidiendo a gritos. Y guste o no, muchas de las peticiones son harto impopulares: recorte creíble y significativo del gasto público, que pasa por una drástica reducción del gasto social y del coste de los empleados públicos; mejora de la competitividad y productividad, que supone una reducción salarial del sector público, y privado y una reforma laboral que abarate el despido; reforma del sistema de pensiones, que conlleva un retraso de la edad de jubilación y/o reducción de la prestación por desempleo; cambio de modelo productivo, desde una economía basada en el turismo y el ladrillo a otra fundamentada en el I+D+i ,algo que leído así suena muy bien, pero que en estos momentos deja fuera del mercado laboral a millones de trabajadores...”

Este “fistro duodená de la pradera” propone de forma clara optar por un mundo infeliz para la mayoría, pero sumamente beneficioso para los poderosos, pero hay gente abducida como para creer que esto es lo mejor. ¡No hombre no¡. Nuestro modelo social y de desarrollo no puede ser la ley de la selva que sólo beneficia a los predadores, nuestro modelo es la sociedad socialdemócrata nórdica o la mixta alemana.

La crisis nos obliga a cambiar muchas cosas e, imitando a nuestros modelos, lo fundamental es aumentar la productividad, avanzar a un modelo económico sostenible, potenciar las tecnologías avanzadas, disminuir el gasto administrativo o inútil del Estado -que nunca las prestaciones sociales- y eliminar la lacra de corrupción y parasitismo de lo público a la que nos tienen acostumbrados un puñado de nuestros políticos y ciudadanos.

Pero a partir de estos cambios hay que luchar por una sociedad amable, en la que los ciudadanos tengan asegurado una aceptable calidad de vida independiente de sus dramas personales, que tengan asegurado unos derechos mínimos en educación, sanidad, vivienda, paro, vejez, incapacidad, entendiendo que para que estos derechos puedan asegurarse se requiere una sociedad prospera y productiva, y eso -dicta la historia- se consigue mejor no desde el igualitarismo radical, sino premiando a los elementos más dinámicos, sean estos trabajadores a sueldos o empresarios.

Señores: los ricos de nuevo intentan engañarnos con ideologías y propuestas que sólo buscan su beneficio. No nos dejemos engañar, mandémoslos a feír espárragos.


Damián Zamorano Vázquez

Estepona Informacióm. 8.10.2010

1 comentario:

  1. Es bonito lo que has escrito el día 8.10.2010. Lo que han cambiado las cosas en 4 días.

    Tu último párrafo era ilusionante; ahora suena a una nueva derrota. Seguiremos luchando.

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