sábado, 16 de abril de 2011

En defensa de Estepona

Como era de prever, mi último artículo en Estepona Información, “En defensa de Zapatero”, me ha restado la escasa credibilidad que –intuía- aún tenía como columnista. Me alegro, no de perder credibilidad, sino de que al no dedicarme a la política todavía tengo el privilegio de escribir lo que pienso, y no estar obligado a escribir lo que pudiera ser aplaudido por la mayoría, objetivo por cierto siempre fácil de conseguir (el papel lo aguanta todo), pero más propio de borregos intentando conducir de borregos y no de aquellos que tenemos genes de lobo estepario.

Abusando de su amabilidad me van a permitir un nuevo artículo en defensa de los postulados del PSOE. Mi partido ha dejado claro que en estas elecciones municipales no se escrutina al gobierno de la nación, solo se vota a los mejores alcaldes, equipos y proyectos que faciliten el mayor progreso y bienestar a los ciudadanos, en algo tan cercano e importante como es su municipio.

La consigna del PSOE es nítida: vota al mejor alcalde. Traducido esto en Estepona: ni se te ocurra votar al PSOE de Valadez. Este sujeto ha culminado la ruina de Estepona, y si gobernara con sus compinches y adosados no nos quedaría otra opción que la que, también obligatoriamente, siguieron los afectados por el régimen de los Jemeres Rojos de Camboya: los agricultores a cuidar cabras en Sierra Bermeja, los marineros a emigrar en patera a Marruecos, y el resto a buscar cual lumpen proletariado trabajo en Marbella tras malvender sus propiedades.

Está claro que, siguiendo las consignas del PSOE (votar al mejor alcalde), ganará las elecciones José María García Urbano. Los votantes no son tontos, y después de tanto engaño y decepción optarán por la persona más seria con los decálogos más serios.

Un punto de fricción en las discusiones con mis amigos es si García Urbano debe obtener mayoría absoluta o no. Argumentan que las mayorías absolutas presagian arbitrariedad, cosa no cierta pues para arbitrario y dictador nuestro actual alcalde, ni siquiera votado por la población, y eso que gobernaba en minoría simple. Las mayorías absolutas pueden ser buenas o malas dependiendo de quien la ostente y, en el caso que nos ocupa, García Urbano ofrece suficientes garantías de no ser un sectario. Además, puestos a vacunarnos, no merece la pena vacunarse de una enfermedad desconocida en Estepona, una mayoría absoluta, y parece más útil vacunarse de la enfermedad endémica de nuestro Ayuntamiento: miríadas de partidos gobernando, más en postura de reparto de la tarta que de colaboración desinteresada por el fin común. Por cierto, la tarta la pagamos los ciudadanos.

Esta discusión parecería un estreñimiento de politólogos tomando café en el bar de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad de Estepona. El más cualificado de los contertulios, don David, tomaría notas para ilustrar su presentación al primer doctor “honoris causa” de nuestra universidad, el señor Hidalgo. No, no van por ahí los tiros, la campaña creando miedo sobre una mayoría absoluta de García Urbano deriva del miedo de los pequeños de no entrar en el reparto de la tarta.

Procedería, siempre a mi criterio, que los ciudadanos se olvidaran de las componendas post-electorales. Es incluso seguro que viendo sus impuestos, la dejadez, el paro, y las deudas de este bendito pueblo, definitivamente queden vacunados contra estas componendas. En tal caso quizás sigan mi consejo, olvídense de contubernios futuribles y voten en conciencia al mejor alcalde posible, lógicamente a su justo criterio.

Siguiendo mi habitual costumbre de no importarme ser impopular les aconsejo sigan las indicaciones del PSOE: no voten en clave nacional, voten en clave local. Voten al mejor alcalde para Estepona. No voten a Valadez, que dice ser del PSOE, pero que ejemplifica la ruina y la degradación. Personalmente he optado por dar mi confianza a José María García Urbano, soy leal a la consigna: vota al mejor.

Damián Zamorano Vázquez
Estepona Información. 16.4.2011

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