martes, 3 de mayo de 2011

Corrupción municipal

Se entiende por corrupción el uso indebido de un cargo público para obtener ventajas privadas.

En el top de la corrupción municipal está la malversación de fondos públicos (meterse dinero del Ayuntamiento en el bolsillo, hoy día difícil de realizar), y el cohecho: burlar la ley a cambio de dinero o trajes.

Cohecho es por ejemplo dar un dinerito al funcionario o concejal de urbanismo para que haga la vista gorda ante una ilegalidad, y se comprende que esta actividad delictiva es tan antigua como la función pública. Pero el cohecho entendido como gran negocio a nivel municipal surgió cuando recientemente se mejoró el trabajo de los alquimistas. Estos intentaron en vano convertir el plomo en oro. Los nuevos alquimistas han conseguido algo más productivo, convertir un melonar en una mina de oro, también llamado terreno urbanizable, todo ello a discreción del político de turno.

La naturaleza humana es débil, y se entiende que muchos no resistieran la tentación de trincar del dinero fácil obtenido de la especulación urbanística, y se enriquecieron políticos y funcionarios, se financiaron los partidos políticos, e incluso hubo dinero para facilitar el funcionamiento normal de los Ayuntamientos. Esta última versión de la corrupción se ha interpretado como altruista, como lo fue el fraude institucional en el caso del PER, pero es un craso error, pues los atajos fueran de la legalidad sólo llevan a precipicios.
Otra corrupción más sutil, pues con frecuencia no es ilegal, es la ineptitud y la desidia de los gobernantes, arruinando a los gobernados, siendo un ejemplo la gestión del Ayuntamiento de Estepona en los últimos tres años.

Pero hay otras muchas formas de corrupción y corruptelas, en general sancionables vía administrativa o penal, pero poco denunciadas -pues tampoco es cuestión de judicializar la vida política a extremos asfixiantes-, y demasiado comunes en la administración de todos los municipios. No se trata de la corrupción a gran escala, como el gran cohecho derivado del pelotazo urbanístico, sino de una corrupción mas corriente, estable y continua, institucionalizada, considerada como algo normal, y que siendo tolerada y aceptada por tantos socava la esencia de la democracia y, manchando la ética de tantos, configuran una mayoría de amorales que terminan justificando casi todo. Ejemplos:
. Considerar el Ayuntamiento como un cortijo del alcalde y su partido político, contratando personal a destajo independientemente de la necesidad, mérito y capacidad, primando familiares y militantes, o simplemente comprando voluntades, inflando las plantillas a extremos imposibles de pagar. Dentro del mismo esquema de clientelismo es primar a los trabajadores adictos, contratar sólo con empresarios amigos, usar la disciplina urbanística como arma sólo contra los no afines y, en definitiva, es arrinconar, intimidar o hacer la vida imposible al que no es de la cuerda del vencedor.
. Mentir y manipular a la opinión publica, usando los medios de comunicación públicos para este fin.
. Comprar tránsfugas y no cumplir los acuerdos plenarios.
. Burlar la ley según interese, si es preciso expulsando o manipulando a los funcionarios habilitados para asegurar la legalidad.
. Despilfarrar el dinero público, por activa gastando en prebendas, y móviles, o por pasiva siendo ineficientes.

Es necesario por el bien de la democracia y de nuestra economía y progreso una administración menos corrupta. Y no es cuestión de tener más leyes, policías o jueces. No es más limpio el pueblo que tiene más barrenderos, sino el que tiene menos guarros. La lulonecesario por el bien d tado nñaerudo a vida politica a extremos asifixieantexz, lizada, consoderada dad.
en definitiva, se cha contra la corrupción municipal sólo será viable cuando los partidos políticos y los políticos –las personas- incluyan la lucha contra la corrupción en sus prioridades y en su genoma ético. La lucha contra la corrupción municipal sólo será viable cuando todos y cada uno de los ciudadanos, administradores y administrados, tengan tolerancia cero contra esta lacra.

Damián Zamorano Vázquez
Estepona Información. 31.4.2011

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