viernes, 23 de marzo de 2012

Cuando ruge la marabunta

Antecedentes. Existen unas especies de hormigas, llamadas hormigas guerreras, legionarias o marabunta, caracterizadas por su agresivo comportamiento, realizando « razias» en las que un enorme número de hormigas se desplazan en masa devorando a su paso todo ser vivo que encuentren. Durante la caza son acompañadas por varias aves, como hormigueros, tordos y chochines, que devoran a los insectos que huyen al paso de las hormigas. Antes de la fase nómada o invasora estas hormigas pasan por una fase sedentaria, en la que se dedican a engordar a la reina madre, para parir más hormiguitas.

Escenario 1. Noche del 25 de marzo. El PP ha obtenido mayoría absoluta en las elecciones andaluzas. Su reina madre (Arenas), bien cebada y lustrosa, pues han sido muchos los años de fase sedentaria o de oposición del PP andaluz, anuncia su nueva buena para el pueblo andaluz. Se inicia un espectacular proceso por el que la marabunta pepera invade los organismos públicos, devorando cualquier puesto de libre o pseudolibre disposición, de chofer a director de centro de salud. Durante su caza de puestos de trabajo y mando son acompañados por otra fauna (empresarios, constructores, obispos, periodistas, arquitectos de postín) dispuestos a aprovecharse del festín. En pocas semanas, emulando a Atila, tras el paso de la marabunta no queda vestigio de presencia socialista, salvo los que en su momento supieron blindarse o camuflarse. El culmen de la invasión se produce cuando la televisión pública es claramente partidista, pero ya no del lado oscuro, sino del lado bueno, y el momento de mayor hastío cuando nos estropeen la sobremesa de la cena en una tertulia en la que un gordo libidinoso procedente de la caverna asegure que la crisis es culpa de Rubalcaba y de la concupiscencia.

Escenario 2. Mañana del 30 de Marzo. El PP no obtuvo mayoría absoluta y, tras duras negociaciones, el líder de IU, Valderas, anuncia que gobernará en coalición con el PSOE, encargándose de tres consejerías. El PP pasa directamente de la fase sedentaria a la fase cabreada. Se suceden descalificaciones de tono grueso. La reina madre de Madrid, Esperanza Aguirre, repite su celebrada frase de que los andaluces son gallinas solo atentas al pita, pita, mientras estudia si en el PSOE hay algún Tamayo comprable. Algún catalán hace un chiste referente a los bares llenos de parados ociosos. La gran reina hija, Rajoy (hija de Merkel y Aznar, se entiende) simplemente afila la tijera de los recortes.

Escenario 3. Tarde del 7 de abril. El PP no obtuvo mayoría absoluta y, tras duras confrontaciones, la mosca cojonera de IU, Sánchez Gordillo, anuncia que ellos nunca apoyarán al PSOE, un partido derechista que ni siquiera quiere nacionalizar la banca. El PP, presto a gobernar, pasa súbitamente de la fase sedentaria la fase suavona. Nunca se habían conocido políticos tan centrados, tan de buenas palabras, tan amantes de los débiles. Incluso lloran cuando un obrero es despedido por su nueva regulación laboral, o un pobre desahuciado por los malvados banqueros, o un estudiante coge una pulmonía en su gélido instituto. La fauna acompañante luce monísima con su nueva piel de cordero. Causa asombro mundial cómo a la chita callando consiguen lo mismo que marabunteando.

Moraleja. El mundo se divide en dos tipos de personas: los que piensan que hay que fumigar algo la administración pública para evitar plagas demasiado masivas, y los que piensan que no se debe fumigar nada, que todo está bien. Estos últimos reciben el nombre de políticos.

Conclusión. Dicen que la política es mala, pues convierte a una madre en suegra. Nada más falso, el político es el mayor defensor de la familia conocido, pues tras colocarse bien coloca a sus familiares, además de a sus amigos y compañeros de mitin.

Otra cosa cierta. Según “The Economist”, España es una democracia plena, pero ocupa el puesto 25 en el ranking; en el puesto 26 ya se habla de democracia defectuosa.

Damián Zamorano Vázquez
Estepona Información. 23.3.2012

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