sábado, 20 de julio de 2013

El dedo tonto de Griñan

Si algo debería preocupar hoy día en España en la crisis de legitimidad de la mayoría de los poderes públicos y actores sociales. Podíamos empezar por el rechazo ante una política económica ante la crisis que no ha sido explicaba, debatida y aceptada por la mayoría, seguir con un Rajoy que ganó las elecciones acumulando mentira tras mentira, y concluir, para abreviar y no perdernos en el infinito, con una justicia ineficaz por lenta y sospechosamente politizada. Pocas cosas suscitan hoy el aplauso y el reconocimiento de los ciudadanos, y solo la gente anónima (médicos, docentes, etc.) que cumple con su trabajo merecen una aceptación generalizada según indican las encuestas de opinión.


Legitimidad en tiempo de crisis es lo que permite que la gente acepte los sacrificios impuestos. No es lo mismo concluir que las cosas están mal, pero que entre todos decidimos y entre todos saldremos adelante, que tener la sospecha o seguridad de que estamos en manos de unos poderes venales mas atentos a la defensa de sus privilegios particulares que al bien común.

Sea porque Griñan se va, o porque es persona muy precavida, el caso es que ha decidido que se elija ya a su sucesor. También ha optado por la persona, Susana Díaz, y sus razones –que no comparto- tendrá. Hasta aquí poco que objetar. Pero lo que sigue es de una torpeza sin límite.

El poder real sobre la militancia en el PSOE andaluz emana de las instituciones que controla el partido, y estas son estructuras jerárquicas, presa fácil para el clientelismo. El dedo de Griñan señalando al sucesor es pues casi un mandato divino. Susana Díaz, señalada por el dedo de Griñan, habría obtenido probablemente sin problemas el puesto de sucesora. No se entiende pues la torpeza de Griñan de obligar a unas primarias tan precipitadas, tan alejadas de un proceso limpio y participativo.

El fiasco de estas primarias tendrá graves consecuencias:

. Un procedimiento amañado no legitima al vencedor, y Susana Díaz se inicia con un serio pecado original. No podrá apelar a la lealtad y a la unidad de los militantes, pues los críticos puede aceptar una derrota en una lucha limpia, pero no que se les robe la dignidad. El proceso ha dividido de forma irremediable al partido.

. Se espera de unas primarias una corriente de simpatía de la ciudadanía, en este caso progresista, que vean con buenos ojos a PSOE y a sus formas. Hemos sido el hazmerreír de estos ciudadanos, sobre todo de los que crean y transmiten opinión.

. Ante una crisis de legitimidad de los poderes públicos y actores sociales que vive España, un partido progresista como es el PSOE debería extremar el tacto en su actuaciones. Era el momento de la renovación de los ideales y las practicas, de aplicar principios éticos en los comportamientos, de ilusionar a los ciudadanos con el fondo y las formas. Una primarias tan chapuceras no solo han dañado al PSOE, dañan a toda la ciudadana pues ante la triste situación nacional recibe otro mensaje negativo: no esperen regeneración por nuestra parte, en el PSOE seguimos a lo nuestro, ¿quién me quiere tanto como para poder ser delegado de la Junta?


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